Cooperacion
hectorinza20 de Diciembre de 2014
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1. Introducción
En el marco de un tiempo de evaluaciones, proyecciones, trazado de nuevos objetivos y redefinición de paradigmas se encuentra la cooperación internacional, de cara a la agenda que se generará a partir de 2015. Es en el presente trabajo que se plantea la necesidad de revisar los objetivos definidos en el año 2000 por parte de las Naciones Unidas, defendiendo el derecho de los Países de Renta Media a seguir recibiendo ayuda de los países desarrollados para continuar cambiando las estructuras económicas que los encasillan y los lleva al atraso tecnológico. Además de dicha revisión se explicita la urgencia del aumento y profundización en dos temas por parte de las agencias de cooperación internacional: la educación y el género. Educación entendida como la receta de transformación del hombre, y de la sociedad en su conjunto; y del género como tema necesario para igualar oportunidades, erradicar inequidades y buscar apalear un “mal” de nuestros tiempos: la violencia de género.
2. La importancia del desarrollo para la cooperación
La cooperación internacional es un concepto que ha ido teniendo nuevos ribetes, ya que está acompasada con la idea de desarrollo, el cual tenido varios cambios desde sus primeras “apariciones” como concepto en los Estados Modernos.
Diferentes autores han mostrado por medio de la relación entre Estado y sociedad civil, que algunos Estados son más propensos que otros a impulsar el desarrollo económico y social en los países en vías de desarrollo (Leftwich, 1995). Por consiguiente, el Estado no es mero reflejo o registro de lo que ocurre en la economía, o un obstáculo para el desarrollo, y debe ser analizado en sus propios términos. Leftwich (1995: 83) dirá que “la política estatal, entonces, gira en torno a la estructura, composición, control, rol y capacidad del Estado y sus relaciones con otras fuerzas socio económicas tanto dentro como fuera de la sociedad, y los tipos de política que pueden generar o proporcionar. Dado que el Estado, sea minimalista o maximalista, es central en el desarrollo, la política estatal y el desarrollo son por tanto íntimos entre si (…) si hay algo que ha quedado claro (…) es que el carácter y especialmente la capacidad del Estado ha sido una variable crítica en los relativos éxitos y fracasos de desarrollo que se pueden identificar”.
Entre los éxitos históricos más recientes que se han logrado en el desarrollo destaca el papel que ha cumplido el Estado “fuerte” o” desarrollista”. La clave del éxito de los Estados desarrollistas, como sostiene Leftwich (1995: 401), viene dado por el hecho de que “su política ha concentrado suficiente poder, autonomía y capacidad en el centro como para dar forma, perseguir y alentar el logro de objetivos explícitos de desarrollo, sea mediante el establecimiento y promoción de las condiciones y dirección del crecimiento económico o mediante su organización directa o una variada combinación entre estos”. Por lo tanto el desarrollo es un fenómeno meramente político (Leftwich, 1994), ya que implica acciones de cooperación, el conflicto en el proceso de definición y distribución de los diversos recursos en el armado de políticas.
Dos claves para tener resultados buenos o exitosos en materia de desarrollo económico son la autonomía y la inserción del Estado, la articulación con otros actores en el proceso de toma de decisiones, manteniendo posibilidades reales de toma de decisión, a pesar del normal proceso de discusión y armado de políticas. Es también necesario desarrollar un conjunto de estrategias (Haggard, 1990) ya que el Estado si quiere acertar en las decisiones para el desarrollo de su nación tiene que planificar, tener un claro objetivo/intención de lo que quiere y debe realizar, sabiendo que esa estrategia tendrá aciertos y errores, que su adecuación se hará en la “praxis” diaria ya que el paquete de políticas aplicadas necesariamente llevará consigo trabas, bloqueos, clivajes y conflictos ad intra y ad extra del proceso de construcción de políticas.
Pero en América Latina, el modelo ISI llegará a su fin. La industrialización por Sustitución de Importaciones se agota, dada la recuperación económica europea en tiempos de posguerra. A este aspecto, se agrega la incapacidad de los sectores industriales para colocar sus productos en otros mercados más allá del interno y la ineficiencia del Estado en su rol dirigista (prácticas identificadas con el clientelismo político). Al perecer dicho modelo, pilar del Estado desarrollista, le sucederá una etapa signada por la instauración de gobiernos dictatoriales (Graciarena, J.; 1995). Estos se consolidarían, realizando reformas de primera generación en el seno del Estado. Aquellas políticas recomendadas por el Consenso de Washington (Fleury, S.; 1999). El neoliberalismo en cierta forma, tuvo la intencionalidad de ser una propuesta modernizante, en la medida en que buscaba mayor eficacia y eficiencia en la esfera estatal (por ejemplo, en los aspectos burocráticos). Vistos los resultados, ciertas dimensiones como la institucionalidad política y gubernamental se vieron afectadas en mayor o menor medida según el grado de heterodoxia con que se hayan aplicado este tipo de políticas.
En definitiva, el neoliberalismo en Latinoamérica implica un regreso a la búsqueda de recetas económicas elaboradas por agentes externos. Particularmente, el rol de los organismos financieros internacionales fue preponderante en este sentido. Condiciones para efectuar préstamos que sostuvieran la delicada situación económica latinoamericana desembocó en este proyecto económico con consecuencias que permanecen latentes en la actualidad.
La década del noventa será decisiva en nuestra región. Gobiernos democráticos ascienden al poder buscando profundizar estos proyectos promovidos por agentes externos y las elites de sus respectivos países. El Consenso de Washington, propuesta teórica elaborada por John Williamson será influyente a lo que organismos financieros internacionales refiere. Este conocido decálogo incluye una serie de acciones gubernamentales entre las que se encuentran: 1. Disciplina fiscal; 2. Reordenamiento de las prioridades del gasto público; 3. Reforma Impositiva; 4. Liberalización de los tipos de interés; 5. Un tipo de cambio competitivo; 6. Liberalización del comercio internacional; 7. Liberalización de la entrada de inversiones extranjeras directas; 8. Privatización; 9. Desregulación; 10. Derechos de propiedad (Williamson, J.; 1989). Muchos de los países latinoamericanos habían tomado en cuenta estos puntos y los llevarían a cabo. Por lo tanto la idea de desarrollo y cooperación estará unida indefectiblemente con la libertad del mercado y la necesidad de gastar por parte del Estado lo menos posible.
Es como fruto de este tiempo que irrumpe la necesidad de entender al desarrollo con una visión más abarcativa del bienestar, no sólo desde el punto de vista de satisfacer la necesidades básicas en lo material, sino entender al hombre en su conjunto, en el total de sus dimensiones, aceptando que el desarrollo también está en las áreas políticas, sociales y culturales. Por lo tanto se abogará por planes y programas que tiendan a ampliar las opciones y capacidades de los individuos, para crear también el buen uso y goce de las mismas, tratando de asegurar la equidad del acceso a los distintos recursos, ampliando la ciudadanía y en donde el crecimiento económico es un medio para todo lo anterior (Sen, 1998).
3. El concepto de cooperación Internacional y los Países de Renta Media
Poco a poco, en nuestro mundo capitalista, se extendió la globalización, acercando “mundos” y realidades diferentes a las propias, y se fue entendiendo más la idea de comunidad global, en donde la situación económica y política de los países vecinos y de los influyentes, a escala mundial, necesariamente afecta al interior de cada nación. También al cambiar las estrategias económicas de los diversos países en cuanto al crecimiento o medidas paliativas a las diversas crisis se fueron entendiendo otras formas de impulsar el desarrollo (visto desde diversos ángulos). Es en este ámbito que se refuerza la idea de cooperación internacional. Pero ¿qué implica la cooperación internacional?
“La cooperación internacional es entendida como la interacción creativa entre los Estados, la promoción del diálogo y el acercamiento para resolver problemas comunes a partir del entendimiento y no del enfrentamiento. La realización de la cooperación internacional en la esfera política tiene como resultado el fortalecimiento de la paz y la seguridad internacional, así como el enfoque coordinado de problemas que afronta la comunidad internacional” (Pérez Bravo, 1998:19). Con esta frase se nos da la idea de que hay problemas comunes que aquejan a todas las sociedades, como la inseguridad, el desempleo, las crisis ambientales, la inequidad de género con su extremo de la violencia, los resultados adversos en educación, entre otros. Es desde la cooperación que las distintas soluciones para los problemas comunes se pueden sociabilizar, es decir compartir, buscando un “tráfico” de comunicación, de ayuda internacional, en donde los Estados jueguen un rol muy importante, coordinando acciones, llevando a la “mesa” a todos los actores que puedan contribuir para mejorar cada situación particular y general.
Para que se desarrolle una sólida red de coordinación es necesario Instituciones fuertes, que habiliten canales de diálogo real, que promuevan instancias de intercambio a nivel nacional e internacional, con actores diversos y activos en la realización
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