La Finalidad

Gabriel tiene 55 años y es el socio principal en una gran firma de abogados donde él ha trabajado desde que se graduó en la facultad de Derecho. El y Beatriz, su mujer, con quien estuvo de novio desde la escuela secundaria, tienen dos hijos que estudian ya en la universidad. Gabriel es miembro de la junta de varias instituciones no lucrativas y es muy respetado en su iglesia. La mayor parte de sus días laborables trabaja hasta tarde pero generalmente dedica tiempo los sábados para jugar golf con sus clientes importantes y todas las mañanas se levanta temprano a practicar natación.

Gabriel y Beatriz mantienen una relación cordial pero bastante distante. Gabriel es decididamente el amo de casa y fue él quien impuso la disciplina mientras los niños eran pequeños, castigándolos con más frecuencia y más severamente que Beatriz. Ama a su mujer y a sus hijos, pero no es capaz de enfrentar su amor con frecuencia y de maneras comprensibles para ellos. Les ha fijado expectativas muy elevadas, y no vacila en manifestarlo cuando ellos no han sabido estar a la altura. Cuando le parece que Beatriz no tiene la casa bien organizada, se siente defraudado. Si sus hijos no obtienen las notas más altas en cualquier asignatura, piensa que deben estar perdiendo el tiempo porque cree que son capaces de desempeñarse mejor.

También él se exige el máximo en su trabajo y espera que el personal haga lo mismo en interés de la firma. Recientemente cuando la que durante diez años había sido su secretaria renunció, se sintió traicionado y se negó a participar en la fiesta de despedida. Se enorgullece de su propia lealtad, y se ha mantenido en contacto con los antiguos socios que se jubilaron cuando él se hizo cargo de la firma.

Todas las semanas visita puntualmente a su madre, que está en una residencia y paga todos sus gastos. En su momento la invitó a vivir en su casa, pero la señora no quiso ser una molestia para la familia del hijo.

Byron tiene 53 años, está soltero y trabaja como vendedor de zapatos. Tiene un coche deportivo que vale treinta mil dólares, pero no es dueño de la casa en donde vive. Tiene más deudas de las que puede pagar, debido en parte a las cantidades que gasta en cigarrillos y bebidas. Es un fumador empedernido y, aunque no se tenga por tal, alcohólico.

Se pasa la mayoría de noches en el bar más próximo. Se lleva bien con casi todo mundo y realmente se hace querer cuando está sobrio, pero cuando bebe suele ponerse desagradable. Tiene muchos amigos pero son pocos los que realmente son tolerantes con él.

Durante varios años mantuvo relaciones con una mujer casada que trabajaba con él. Cuando el marido de ella se enteró, Byron se vio obligado a dejar el trabajo. Durante seis meses cobró un subsidio de desempleo hasta que encontró otro trabajo como vendedor.

Evelyn tiene 49 años, pero aparenta 35. De cabello rubio casi natural,

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