La Flor De Texao Y El Duende

EL DUENDE Y LA FLOR DE TEXAO

Si alguna vez fuiste de paseo a Charcato, Sabandia, Paucarpata o por la Campiña Arequipeña, seguro viste el Texao. Te preguntaras qué es? Es la flor arequipeña, que crece en las riveras de las acequias y que aparece en los tallados de sillar en las casonas antiguas e iglesias de nuestra blanca ciudad. Se dice que el Texao es una flor mágica, ¿quieres saber por qué? entonces conoce su historia.

Arequipa siempre fue conocida por sus historias de duendes, casonas encantadas y hasta se decía que el diablo se paseaba por los campos en las noches sin luna, asustando a cuanto campesino encontraba; pero esta no es una mas de esas historias de terror, sino la historia de un pequeño duende cojo que habitaba en los puquiales (acequias) ,era algo ermitaño , se sentía diferente y hasta pensaba que era inútil debido a su cojera , pues no podía correr por los campos y hacer bromas a los campesinos como todos los demás. Los duendes, no solo se divierten haciendo bromas, sino también, son celosos guardianes de la naturaleza; así que nuestro pequeño amigo siempre trasladaba el agua en os, sobre sus hombros, trasladándola del Ojo de Characato hasta la planicie de Yumina .El cántaro que llevaba al lado izquierdo siempre se derramaba porque era el lado de su pierna corta, pero él siempre hacia su trabajo con mucho amor y alegría aunque a veces, los demás duendes lo hacían sentirse inútil.

Un buen día el más viejo y sabio de los duendes llamo a una asamblea importante, a la cual también asistió nuestro disminuido amigo, a pesar de las burlas de los demás, que le decían:

_“¡para que vienes si no eres tan útil, siempre derramas el agua en el camino y eres muy lento en todo lo que haces!”

Entro el viejo duende y les dijo:

_“tengo una misión para todos: ¡Quiero que me traigan algo muy especial para regalarle a nuestra querida Campiña arequipeña! Al ganador lo inmortalizaremos colocando su creación donde todos la puedan apreciar”.

Así que todos los duendes comenzaron a pensar y a trabajar duro, todos ellos querían ser inmortalizados. El pequeño duende cojo pensó que no podría competir así que siguió con su trabajo.

Uno de los duendes entro al volcán Misti y trajo el “sillar”, otro trajo el “acero” de las entrañas de la Tierra, pero el viejo sabio no estaba contento; así que, un buen día salió de paseo y a su regreso, muy feliz y dijo:

_“¡ya encontré el regalo especial para nuestra campiña!”

Los duendes se miraron y se preguntaban quien era el elegido. De pronto, apareció el duende cojo y todos se quedaron admirados

_¡¿él? ¡…

Se preguntaban ¿pero qué hizo? El viejo sabio

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