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Juan Jacobo Rousseau


Enviado por   •  12 de Enero de 2014  •  2.513 Palabras (11 Páginas)  •  306 Visitas

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Introducción

En el presente ensayo se realiza una síntesis acerca de la vida y obra de uno de los principales pensadores que más aporto a la teoría pedagógica, Juan Jacobo Rousseau realizo diversas investigaciones que permitieron establecer un panorama más amplio de lo que se debe enseñar en las aulas, así como la importancia que tiene la educación infantil, fue el primer filósofo que considero que la niñez era importante y debía ser tomada en cuanta.

Para la realización de este ensayo se considera la lectura “Historia de la Pedagogía” en la cual se presenta principalmente los ideales de Rousseau plasmadas en sus obras La nueva Eloísa, El contrato social y Emilio.

Rousseau cambio de raíz el objetivo de la ilustración, para el ya no es la razón el criterio supremo sino el sentimiento. El objetivo del sentimiento coincide con el de la utilidad y felicidad del género humano. La interioridad del sentimiento sobre el juicio se convierte en juez del valor de la razón. Por ello la importancia de “educar los sentimientos”; se necesitan situaciones que la desarrollen ya que sin esas causas el hombre nacido con sensibilidad no sentiría nada y moriría sin haber conocido su ser. Existe una relación entre sentimiento y experiencia mientras tanto para la ilustración la relación entre conocimiento y experiencia.

Para complementar este ensayo también se retoma un poco sobre el libro de “Emilio”. Para Rousseau “EMILIO” es un tratado sobre la bondad original del hombre; en el pasaje inicial dice que todo lo que procede del autor de las cosas es bueno, pero todo se degenera en las manos del hombre. En relación al hombre, Rousseau tiene como máxima; los primeros movimientos de la naturaleza son siempre rectos, no existe ninguna perversidad original en el corazón humano. Nacemos como seres dotados de sensibilidad y por eso establecemos relaciones con los objetos externos, las cuales están sometidas a un proceso de maduración, estas disposiciones espontaneas, antes de ser alteradas por las costumbres y opiniones humanas, constituyen lo que Rousseau llama “naturaleza”.

Rousseau contrapuso dos términos a la cultura virtud y simplicidad natural. Este último visto como un estado limpio de constricciones e injusticias sociales, hombre es feliz porque puede dar libre expresión a su naturaleza sencilla.

Desarrollo

Jean Jacques Rousseau nació en Ginebra, Suiza en el año 1712. Huérfano de madre desde temprana edad, Rousseau fue criado por su tía materna y por su padre, un modesto relojero. Sin apenas haber recibido educación, trabajó como aprendiz con un notario y con un grabador, quien lo sometió a un trato tan brutal que acabó por abandonar Ginebra en 1728. Fue entonces acogido bajo la protección de la baronesa de Warens, quien le convenció de que se convirtiese al catolicismo (su familia era calvinista). Ya como amante de la baronesa, Rousseau se instaló en la residencia de ésta en Chambéry e inició un período intenso de estudio autodidacto. En 1742 partió hacia París, donde presentó a la Academia de la Ciencias un nuevo sistema de notación musical ideado por él. Pasó un año como secretario del embajador francés en Venecia, pero un enfrentamiento con éste determinó su regreso a París, donde inició una relación con una sirvienta inculta, Thérèse Levasseur, con quien acabó por casarse civilmente en 1768 tras haber tenido con ella cinco hijos.

Rousseau trabó por entonces amistad con los ilustrados, y fue invitado a contribuir con artículos de música a la Enciclopedia de D’Alembert y Diderot; este último lo impulsó a presentarse en 1750 al concurso convocado por la Academia de Dijon, la cual otorgó el primer premio a su Discurso sobre las ciencias y las artes, que marcó el inicio de su fama.

En 1756 se instaló en la residencia de su amiga Madame d’Épinay en Montmorency, donde redactó algunas de sus obras más importantes. Julia o la Nueva Eloísa (1761) es una novela sentimental inspirada en su pasión –No correspondida– por la cuñada de Madame d’Épinay, la cual fue motivo de disputa con esta última. Posteriormente redacto dos obras más, “El contrato social” (1762) y “Emilio o De la educación” (1762) cuya parte religiosa le valió la condena inmediata por parte de las autoridades parisinas y su huida a Neuchâtel, donde surgieron de nuevo conflictos con las autoridades locales, de modo que en 1766, aceptó la invitación de David Hume para refugiarse en Inglaterra, aunque al año siguiente regresó al continente convencido de que Hume tan sólo pretendía difamarlo. A partir de entonces Rousseau cambió sin cesar de residencia, acosado por una manía persecutoria que lo llevó finalmente de regreso a París en 1770, donde transcurrieron los últimos años de su vida, en los que redactó sus escritos autobiográficos.

¿Qué se propone Rousseau en el Contrato social? Él mismo lo enuncia claramente: “Encontrar una forma que defienda y proteja con toda la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado y por medio de la cual cada uno, al unirse a los demás, no obedezca más que a sí mismo y quede tan libre como antes”. Pero inmediatamente el designio se revela más ambicioso aún. Se trata no tanto de conservar intacta la libertad natural, sino más bien de transformarla en libertad cívica, con un real enriquecimiento y una ulterior expansión de la personalidad. Este enriquecimiento es la moralidad y, al mismo tiempo, lo que suele llamarse vida espiritual del hombre, pues sólo en el estado social “sus facultades se ejercitan y desarrollan, sus ideas se extienden, sus sentimientos se ennoblecen, su alma entera se eleva a tal punto que, si los abusos de esta nueva condición no lo degradaran a menudo por debajo de aquella de la cual ha salido, el hombre debería bendecir constantemente el instante que le hizo abandonarla para siempre y que, de un animal estúpido y limitado, hizo un ser inteligente y un hombre”. De igual forma transformar la libertad natural en libertad cívica enriquecida moralmente. En el estado social las facultades se ejercitan y desarrollan las ideas, se entienden y sus sentimientos se ennoblecen. Solo con la convivencia fundada en el contrato social y que realiza la voluntad general, es posible que cada uno sea libre en el respeto de la ley. Relación ideal, de carácter democrático, relación entre los asociados y entre el conjunto de los asociados. Para Rousseau el único soberano es el pueblo.

Existe un contraste grave entre educación del hombre y la del ciudadano este es el creer que son inconciliables ya que es absurdo querer educar fuera de la sociedad para la sociedad como lo presenta Rousseau con su Emilio, una novela pedagógica con la intención de exponer los criterios que se han sugerido, en ella presenta tres tipos de educación la de la

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