Juan Jacobo Rousseau

Juan Jacobo Rousseau.

Juan Jacobo Rousseau fue un personaje con una vida complicada, desde pequeño se le inculcó el amor por la lectura, y al crecer, para sobrevivir se dedicó a escribir comedias y melodramas, también colaboró en la enciclopedia referente a la música. Después se mudó a Francia donde escribió uno de sus mayores éxitos: “Emlilio” en el cual expone una nueva teoría de la educación, subrayando la importancia de la expresión, antes que la represión, para que el niño sea equilibrado y librepensador. Los cinco libros de Emilio trazan el desarrollo del alumno, desde el nacimiento hasta el matrimonio y la paternidad. Los dos primeros predominan el sentido (hasta 12 años) el tercero prevalece las consideraciones de la utilidad (13-15 años) el cuarto alcanzar la edad de la razón (15 años) al mismo tiempo se desarrolla el sentido de la moral y empieza a despertar el interés por la religión y el quinto libro está dedicado a la formación de la mujer, a la entrada de Emilio a la vida social y al matrimonio con Sofía

Rousseau tenía dos filosofías, el romanticismo hace referencia en que el sentimiento va antes de la razón y que el ser humano debe de educar sus sentimientos, evaluándolos para poder llegar al principal fin que es encontrar la felicidad, y en la ora filosofía, busca que fuera pragmática la educación, que fuera práctica. La clave del pensamiento es la conciencia entre la felicidad individual y la felicidad general, esta coincidencia no es algo que se da sino que se necesita conquistar. El sentimiento debe educarse en un sentido altruista no es fácil. Para Rousseau la relación entre sentimiento y experiencia no es menos estrecha, la relación entre conocimiento y experiencia.

El contrato Social en esta obra, expone que todos los hombres son iguales, y que en ellos reside la soberanía para gobernar, aunque la descansan en sus representantes, afirmando que la auténtica libertad es la obediencia a las leyes emanadas de la voluntad de los habitantes, y que la mejor forma de gobierno es la república. “El único soberano es el pueblo mismo, y entra en una convivencia social sin sacrificar su libertad”.

Desde Rousseau, la doctrina educativa impuso la exigencia de “partir del niño”, de ver en él, centro y fin de la educación. En la educación, el niño ha de permanecer en su naturaleza de niño.

La educación, debe ser gradual. El profesor debe esperar con alegre confianza la marcha natural de la educación e intervenir lo menos posible en el proceso de la formación. La naturaleza humana no es originariamente mala. Por ello, la primera educación debe ser negativa; no hay que enseñar los principios de la virtud o de la verdad, sino preservar el corazón del niño contra el error. La educación del niño debe surgir libre y con desenvolvimiento de su ser, de sus propias aptitudes, de sus naturales

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