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La Reserva Ecológica

rafael301314 de Junio de 2014

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La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel del Campus Ciudad Universitaria de la UNAM.

Una experiencia de Gestión Ambiental, Educación e Investigación.

Pilar Candela Martín

Silvia Toro Badillo

José Efraín Cruz Marín

La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) se encuentra al Sur de la Ciudad de México, sobre una zona de roca basáltica producto de la erupción del volcán Xitle hace aproximadamente 2,300 años. El Xitle forma parte del Eje Volcánico Transversal que atraviesa el país aproximadamente por el paralelo 19 del Pacífico al Golfo de México. Este eje ha sido el factor principal del modelado del paisaje, formando el llamado “malpais” o pedregal, nombre que se da a las áreas cubiertas de lava que, después de permanecer prácticamente desiertas de vida, inician una etapa de depósito de sedimentos producto de la erosión y la acción de organismos pioneros que prepara las condiciones para una sucesión ecológica. El Pedregal de San Ángel es el más grande de los pedregales con una extensión de unos 80 km2. Jerzy Rzedowski, (1978) señala que el Pedregal contiene mayor número de especies vegetales que cualquier otra área de igual extensión en el Valle de México, es decir, es la zona florística más rica de la cuenca.

Esta zona se mantuvo en buen estado de conservación, pero en la segunda mitad del siglo XX el desarrollo urbano de la ciudad alcanzó el área, iniciándose un proceso rápido e intenso de destrucción y fragmentación. La mayor afectación se debió a la construcción de Ciudad Universitaria (CU) y la primera zona residencial exclusiva: Jardines del Pedregal, en la década de 1950. Los años sucesivos marcaron su casi total pérdida por la especulación, invasión y en última instancia, el crecimiento desorganizado de la ciudad de México. Ante esta situación un grupo de universitarios de la Facultad de Ciencias, estudiantes y académicos, iniciaron un movimiento en 1983, proponiendo medidas de protección que evitaran su total destrucción, dando como resultado la creación de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) en septiembre de ese año, por el Rector Dr. Octavio Rivero Serrano. (Castillo-Argüero, et al., 2004)

La REPSA, con una extensión de 2.37 Km2 protege la porción remanente más importante de este ecosistema y se trata tan sólo del 2.9% del total de la extensión original, lo que muestra la pérdida de su biodiversidad por el caótico crecimiento de esta ciudad. A pesar de lo anterior aún conserva una cantidad importante de especies.

El Pedregal de San Ángel incluye dos zonas de vegetación: a) El matorral xerófilo que forma parte de los matorrales semiáridos del altiplano y b) La zona de bosques de montaña en la porción montañosa sur occidental. El matorral xerófilo es la comunidad característica y también la que cuenta con mayor número de especies, es un matorral muy heterogéneo en el que el estrato arbóreo es casi inexistente debido a la escasez de suelo, el herbáceo formado por pastos, hierbas erguidas y hierbas trepadoras es el más abundante y el estrato arbustivo está bien representado por la especie típica llamada “palo loco”, Senecio praecox (Seminario de Estrategias Didácticas Experimentales en Biología (SEDEB) Producto del período anual 2006-2007).

En relación a la fauna, el Pedregal de San Ángel aún cuenta con 106 especies de aves, cuatro de las cuales son endémicas de México; 37 especies de mamíferos entre las que se incluyen 12 de murciélagos y 16 de roedores. Han desaparecido del área el lince, la comadreja, probablemente la zorra y el puma, pero aún se encuentran en ella conejos, cacomixtles, zorrillos, varias especies de ardillas y el tlacuache. También se encuentran tres especies de anfibios, uno de los cuales es una rana endémica, además de tres especies de lagartijas, seis de culebras y la serpiente de cascabel (Rojo y Rodríguez, 2002). Muchos de estos ejemplares han disminuido su población por ser cazados por la población de gatos y perros ferales abandonados en esta zona.

El Colegio de Ciencias y Humanidades, Plantel Sur

El Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Plantel Sur se ubica al suroeste de la Ciudad de México, colinda en un 50 % con un área urbana residencial y el otro 50 % con la REPSA. Aunque forma parte de la misma zona de vegetación que la Reserva, tiene una serie de condiciones particulares entre las que destaca su cercanía con el cerro de Zacatépetl el cual ha aportado suelo, materia orgánica y semillas de especies más afines a la zona de bosque de montaña, particularmente de la comunidad de encinos, Quercus spp. Por ello en el Plantel están presentes elementos de ambas comunidades: matorral de palo loco y bosque de encino.

Originalmente el Plantel presentaba una superficie mucho más irregular y por lo tanto con mayor cantidad de microhábitats, los cambios consistieron en el relleno de depresiones y huecos para crear jardines, además de la ampliación de las instalaciones. Sin embargo, todavía existen depresiones, hondonadas y grietas que constituyen hábitats para diversos organismos.

La vegetación en la REPSA registra cambios estacionales pronunciados: las lluvias abundantes inician en abril o mayo y varias especies florecen en este último mes, pero en junio, la mayoría de las plantas reverdecen y la floración es abundante. Los meses en que la vegetación adquiere su mayor volumen son agosto y septiembre. El periodo de secas prácticamente inicia en diciembre y termina en abril.

Por lo descrito anteriormente, es evidente que la biodiversidad de la REPSA nos proporciona grandes referencias ambientales naturales, entre las que destacan la recarga de los mantos acuíferos, el control de la contaminación del aire, la reducción del calor y el ruido, entre otros. Por ello es importante conservar este ecosistema evitando la extinción de especies —que están en diversos grados de peligro— y permitir su estudio, no sólo en términos puramente académicos, sino también para la sensibilización y educación ambiental de los estudiantes y la comunidad del Platel Sur del CCH y de toda la comunidad de la Ciudad Universitaria.

Un caso de gestión

En diciembre del 2004, durante el periodo vacacional, la Dirección de Obras inició “desmontes” y relleno de áreas verdes para obras viales y de infraestructura sin permiso del Comité Técnico de la REPSA. Los corredores que utilizan estas áreas para realizar sus entrenamientos y los profesores del CCH que la utilizamos como laboratorio vivo para la docencia y un acercamiento de los estudiantes a la investigación, nos percatamos del asunto.

A principios de enero se publica una nota en la gaceta UNAM, sin autor y posiblemente de la Dirección de Obras donde se anuncian obras de infraestructura en CU y se justifica su importancia. A mediados del mismo mes, la Dirección de Obras cita al Comité de la REPSA para que se aprueben dichas obras y aseguran que no afectaran las áreas protegidas. El Comité las aprueba. El 24 de enero los profesores que integramos el Seminario de Estrategias Didácticas Experimentales de Biología (SEDEB) conseguimos los acuerdos de 1996 y el plano de la REPSA, lo estudiamos y nos reunimos con el Responsable Académico de la REPSA, el doctor Zenón Cano. Le manifestamos la importancia de la Reserva para nuestras tareas académicas con estudiantes y le planteamos que las obras estaban invadiendo áreas de Reserva y afectando áreas con vegetación nativa. El doctor Cano nos sugiere mandar una carta al Dr. Druker Colín, para ese periodo, Coordinador de la Investigación Científica y presidente del Comité de la Reserva. El 27 de enero le hacemos llegar una carta con copia al Rector y al Comité de la Reserva, señalando la gravedad de las afectaciones y un extrañamiento por el hecho de que la UNAM, con su trayectoria educativa, de investigación y extensión, no aplique la ley ambiental vigente. Solicitamos información de impacto ambiental, medidas de mitigación y rescate de ejemplares. El mismo día contesta el Dr. Druker, agradeciendo nuestra preocupación y reconociendo la importancia de la Reserva y nos informa que ha solicitado una reunión del Comité para realizar la revisión in situ para que en caso de afectación se corrijan errores. Nos solicita designar un representante del Plantel Sur para acompañar al Comité durante la inspección.

El 28 de enero con los planos de la Dirección de Obras para la nueva Unidad de Seminarios y su estacionamiento, acompañados del Dr. Zenón Cano y otros profesores se hacen las mediciones del área rellenada para estacionamiento y se constata que sí se afecta la Reserva al sur en su zona núcleo poniente. Asistió un periodista del Diario Reforma y el Director de Obras quien no ocultó sus molestias. Al siguiente día se publica una nota en ese diario donde el secretario general de rectoría, Enrique Del Val manifiesta que: “La UNAM no afectará la REPSA, si hay algún error en las obras se corregirá”. A diferencia de la nota anterior, el periódico La Jornada publica una carta donde más de 70 universitarios piden un alto al concreto en CU. En este mismo diario Arturo Ramos, un deportista corredor de la Reserva manifiesta su indignación porque sigue el ecocidio. A lo anterior Druker responde que “en ningún momento y en ningún lugar la Universidad ha atentado contra zonas ecológicas” “vigila con enorme responsabilidad y particular interés... la reserva ecológica”.

El 7 de febrero los profesores del SEDEB enviamos una nueva carta a Druker explicando porqué sigue nuestra preocupación, pues las obras continúan; asimismo, redactamos un documento con recomendaciones y considerandos —con copia

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