La Voragine
dfgh3213 de Noviembre de 2011
5.354 Palabras (22 Páginas)826 Visitas
La novela de la selva, o de la tierra, como la denominó Arturo Torres Rioseco, ha sido cultivada por los escritores hispanoamericanos desde Bolivia hasta el Brasil. La novela prototipo es precisamente La Vorágine del colombiano Eustasio Rivera. Escribe de la tierra con un apasionamiento propio que la conoce, porque ha vivido en ella, porque viajó a través de ella cuando fue miembro de la comisión de límites venezolano-colombianos. En ella contrajo el beri beri. Fué amenazado por el hambre, la sed, la fiebre y el tormento de los mosquitos.
Rivera presenta en ella el honor y la violencia, el desorden y la lucha titánica del hombre por la supervivencia; Nada de ruiseñores enamorados, nada de jardín versallesco nada de panoramas sentimentales. Aquí los responsos de sapos hidrópicos, aquí las malezas de cerros misantrópicos, los rebalses de caños podridos. Aquí la parásita afrodisiaca que llena el suelo de abejas muertas; la diversidad de flores inmundas que se contraen con sexuales palpitaciones y su olor pegajoso emborracha como una droga, la liana maligna cuya pelusa enceguese a los animales, la pringamosa que inflama la piel, la pepa del curujú que parece irisado globo y sólo contiene ceniza cáustica, la uva purgante, el corozo amargo.
La novela pinta la vida de los caucheros y la inicua explotación de los indios y mestizos que son esclavizados en el infierno verde.
En las descripciones de la selva, Rivera se muestra con pupila de poeta observador, y logra captar todos los detalles con extraordinario lirismo, y maravilla al lector, atónito ante la indómita naturaleza. Sigue en todo la teoría determinista, en esa lucha epopéyica del hombre contra la naturaleza. Lucha a muerte en selva y llano.
La novela, escrita en primera persona, le da un carácter autobiográfico. Arturo Cova, el hombre, el héroe, está admirablemente descrito en sus estados depresivos y de locura.
Rivera tuvo seguidores, entre ellos Rómulo Gallegos con su novela Canaíma y el brasileño Jorge de Lima con Calunga.
En Canaíma, Gallegos pinta, como lo hace el mismo Rivera, la violencia no sólo objetiva; La de la selva y los llanos; sino la del hombre, Marcos Vargas, el personaje central se debate en una lucha contra las circunstancias que le obligan siempre a probar nuevos caminos. La naturaleza virgen se desborda en las descripciones y logra también salir victoriosa en su lucha contra el hombre. Solo que en Canaíma existe una esperanza. El hijo de Vargas será educado por Gabriel Ureña, quien lo hará un hombre de provecho y útil a la sociedad.
La novela presenta una gran diversidad de tipos u caracteres, unos inadaptados, como Vargas, otros tratando de vivir lo mejor posible en el medio inhóspito en que se encuentran o asimilados a la naturaleza completamente, como Juan Solito. Rómulo Gallegos es uno de los más destacados novelistas de Hispanoamérica y sus novelas Canaíma, Canta Claro y Doña Bárbara forman m un grupo inimitable.
1. ARGUMENTO
La novela trata de un joven llamado Arturo Cova, que su gran carga ahora era Alicia, una joven que salió huyendo de sus tierras ya que sus padres la querían casar con un terrateniente. Cova, Alicia y las pampas son los personajes principales que influyen en la historia "La Vorágine".
El criollismo influye en la historia en los conflictos y los personajes. La historia contiene la ambición de Arturo por las mujeres, el alcohol y la salida de la selva donde fue prisionero. Los personajes le dan vida a la historia donde el autor le dio una personificación a la selva.
2. RESUMEN ESTRUCTURAL
2.1 Primera parte
Se narran los motivos de la huida de Cova y Alicia y lo que les sucede en su viaje de Bogotá al Llano. En el camino se dan los encuentros con el "Pipa", el "General" y "Don Rafo". Poco después ocurre el encuentro con Griselda, Franco, Sebastiana y su hijo, Zubieta y Barrera. Se perfila la pugna entre Barrera y Cova, ocurre el flirteo entre cova y Griselda, terminan los sueños de prosperidad de franco y cova ocurre el enganche de las mujeres de éstos por Barrera. Esta sección termina con el incendio de la Malorita y la Llanura que provoca Franco y la determinación de este y de cova de perseguir a las mujeres.
2.2 Segunda parte
Empieza con una especie de "himno" o invocación a la selva. Lo más sobresaliente don los encuentros, primero con Helí Mesa, que narra buena parte de los desafueros que cometen las compañías caucheras amparadas en la ausencia de la Ley; y segundo, con Clemente Silva, que inicia el relato de su deambular incesante por la selva en busca de su hijo o lo que quede de él. Esta parte termina cunado Silva narra como recibió la noticia de la muerte de lulianito. Casi la mitad de esta segunda parte es ocupada por el relato de silva, que se extiende incluso al principio de la tercera parte. El relato silveano sirve para condensar todo una experiencia y gran riqueza de vivencias en la selva sin hacer perder el hilo y relativamente sencillo de la persecución que protagonizan Cova y Franco. No se recarga así el trayecto del protagonista con episodios novelescos innecesarios, intrincados, prolijos e inverosímiles. Sin ese relato de silva la experiencia del grupo de Cova en la selva se habría empobrecido notablemente, como también había perdido valor el contenido de denuncia social, que a la postre fue el propósito inicial del autor. Como se puede observar, la intervención de Silva no constituye una falla sino un recurso estructural ingenioso, necesario y enriquecedor.
2.3 Tercera Parte
La entrada a la tercera parte es otra especie de evocación generalizada un trozo impersonal que resume la voz colectiva de los caucheros y que ofrece una meditación sobre el oficio y las vicisitudes de estos hombres. Luego se retoma el hilo principal, donde Cova hace alocados ofrecimientos vengativos y de justicia. Pero pronto se retoma el cabo de la narración de Silva hasta llegar al presente de la trama principal. Faltando unas treinta paginas para que finalicemos la lectura de la novela, Cova empieza a escribirla. Su tarea tiene por objeto distraer la ociosidad, según afirma el mismo. Esa aclaración es indispensable, pues cabe justificar un escrito de alguna manera así como hay que calcular el momento y las razones por las que la escritura se detiene. De hecho, en esta obra, el fin de la escritura, antes que el fin de la historia o de las aventuras, cierra el arco novelesco. La obra es abierta por que responde a una lógica y a una necesidad técnica. Seria ridículo suponer que Cova expira sobre un cuaderno describiendo sus últimos estertores o los de sus compañeros. Se ampara pues, el procedimiento en el afán de verosimilitud que trata de hacer creer al lector que la historia es autentica y pertenece a un tal Cova que narra su odisea, y que el papel de Rivera es el de un simple intermediario, un revisor y corrector de estilo, alguien que encuentra el manuscrito y lo publica. En la tercera parte tiene un lugar el relato de Estevanez, que se centra sobre todo en la masacre de San Fernando. Como recurso literario cabe anotar que en este episodio el tiempo se hace denso y lento, logrando reproducir el tiempo interminable de esa noche infausta. Otro recurso estructural consiste en el redondeamiento de motivos narrativos que habían quedado en suspenso desde la primera parte. Ejemplo, lo que ocurrió en la Maporita mientras Cova estaba donde su Zubieta, solo lo sabemos a cabalidad mediante un relato Griselda cuando se da el reencuentro en la selva; también una promesa de mutilación hecha por un cauchero mucho tiempo atrás, tiene su cumplimiento como la súbita aparición del Pipa en el Carey de Váquiro.
3. DESARROLLO DE LA NOVELA
La novela La Vorágine se realiza durante el tercio final del siglo XIX.
Los personajes le dan vida a la historia donde el autor le dio una personificación a la selvaLas tres novelas tienen una estructura muy abierta: el lector goza de cierta libertad de movimiento dentro del mundo que evocan y se le delega el papel de interpretar el sentido, de entender lo que los protagonistas no entienden. Cada una de ellas relaciona la forma con el contenido. Se podría decir que la primera novela es la más realista, o la más convencional; sigue unos patrones considerablemente próximos al modernismo y sus categorías narrativas son relativamente sencillas.
En "La vorágine" ya hay suficiente vorágine como para complicar la lectura. De la misma forma, "Pedro Páramo" es una novela mágica, donde aparentemente nada es convencional ni realista; su estructura entrelaza dos historias de naturaleza mítica, íntimamente relacionadas; lo que, sumando el estilo sobrio del texto, sumerge al lector en lo más hondo de la espiritualidad. Es éste un mundo en absoluto comprensible bajo la lógica racional y por éste motivo el lector queda bastante desorientado durante la mayor parte de la lectura. La tercera novela, "El túnel", es un texto de razones, de indagaciones, de reflexiones desmedidas, es el monologo interior de un ser gobernado y traicionado por su razón, por su lógica aplastante.
Como ya se ha dicho, en cada una de las novelas prevalece uno de los tres elementos de la condición humana (el instinto, el espíritu y la razón), pero los otros dos tienen un papel relevante. De hecho, sin los otros dos no se puede explicar uno.
Los modernistas tuvieron muy claro el recurso de enfrentar en lucha directa y abierta las parejas de opuestos. Y es
...