La delincuencia juvenil.

La delincuencia juvenil puede provocarse por dos factores personales significativos. En primer lugar, se manifiestan los con jóvenes con problemas psicológicos y de comportamiento en otras palabras consisten en una conducta inadecuada que la persona emite en un entorno determinado, lo cual impiden a la persona adaptarse a dicho entorno. Es decir, estos jóvenes desarrollan problemas de conducta como la hiperactividad e impulsividad por ejemplo un joven o menor que está en constante movimiento o no puede estar tranquilo en lugares que necesiten silencio. Además, se consideran los factores vinculados con la represión de la personalidad, por ejemplo la cautela y evitar emociones estimulantes, y los factores vinculados con la emotividad negativa  por ejemplo la nerviosidad, ansiedad y la alienación. En segundo lugar, se manifiestan tres posibles categorías tipológicas. A ello se le suman los jóvenes con la incapacidad de manifestar empatía o alguna clase de calor humano es decir carecen de capacidad de ponerse en lugar del otro. Por consiguiente se incluyen los jóvenes o menores que a causa de la confluencia de predisposiciones psicobiologicas, mezclan fantasía y juego de una forma intensa que empiezan a vivir fuera de la realidad, precisamente ese estado anómalo es el que puede conducirlos a cometer actos antisociales o delictivos. En conclusión, no podemos considerar la existencia de un solo tipo de delincuente ya que para algunos la delincuencia es algo transitorio, es decir que tiene una duración limitada o que dura relativamente poco tiempo, mientras que para otros se convierte en norma de vida.

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