La destrucción disfrazada de progreso

La destrucción disfrazada de progreso

La necesidad de progreso ha llevado a las grandes empresas a invertir en zonas extremas con promesas de trabajo y riquezas. Negocios rentables como centros comerciales (que contribuyen al consumismo y al sobre endeudamiento de las personas) o la explotación de recursos naturales (termoeléctricas, hidroeléctricas o mineras), hacen que los habitantes de la zona se sientan más incluidos en el desarrollo económico del país.

A pesar de que estamos tan lejos de las zonas extremas, existen dos nuevos proyectos para la zona norte del país: La termoeléctrica en el cerro Chuño y la Minera Los Pumas, ambos, en la ciudad de Arica. Y a pesar que prometen ser “el gran cambio” económico para la ciudad, no serán más que la destrucción del medio ambiente, los valles y la tranquilidad de la ciudad.

El progreso, siempre viene de la mano con la destrucción de algo. Ya sea de la flora y fauna, o de los paisajes naturales. Las mismas ciudades fueron construidas sobre lo que, alguna vez, fueron bosques, valles, campos o costas naturalmente hermosas.

La termoeléctrica en el cerro Chuño (Arica), es un negocio que promete trabajo y reducción de los costos energéticos para la zona. Sin embargo, se presume que para el 2018 la contaminación, a causa de los vapores y polvo industrial, aumentará en cerca de un 500%, considerando que ya existe una toxicidad previa por polimetales (plomo, arsénico, manganeso).

En el caso de la minera los Pumas, esta al ubicarse cercana a los valles liberará todo s sus solventes químicos directamente en el suelo fértil de los agricultores cercanos, y a sólo 400 kilómetros del río Lluta contaminándolo gravemente, junto con la tierra y las plantaciones. El manganeso, principal elemento liberado por la empresa minera, es considerado como uno de los más tóxicos a largo plazo, dificultando la calidad de vida de los pobladores futuros.

A pesar de que el estudio de impacto ambiental le dio el pase a las empresas para instalarse con ambos proyectos en la ciudad, los pobladores han luchado para que esto no ocurra. Desde Junio, diversas manifestaciones han demostrado el descontento ciudadano, ya que el costo medioambiental del progreso, destruirá la agricultura y ocupará las tierras de los pueblo indígenas del norte. El portal AricaDespierta indica que el 71,2% de los Ariqueños no está de acuerdo con la construcción de la termoneléctrica y un 67% rechaza el proyecto minero Los Pumas por considerarlos perjudiciales para la salud y tranquilidad de la ciudad.

Actualmente, existen otras maneras de potenciar la economía en Arica: el turismo o la creación de extractores de energía limpia como la solar o eólica. La zona norte de nuestro país es el lugar donde la radiación para obtener energía solar es la mejor y más provechosa

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