La función de la lectura

LA IMPORTANCIA DE LEER

“Muchos se jactan de los libros que han escrito, a mí me enorgullecen los que he leído”. – J. Luis Borges.

Sin duda, una de las actividades más disfrutables y útiles es la lectura, resulta útil porque una de sus funciones es transmitirnos conocimientos, que podemos aplicar en las actividades diarias para obtener mejor provecho de nuestro desempeño profesional e incluso humano.

La lectura implica un proceso estimulador del cerebro, pues al igual que los músculos del cuerpo se desarrollan si un individuo hace ejercicio físico, el cerebro se desarrolla si se ejercita.

El mejor ejercicio del cerebro es aquel que lo obliga a realizar operaciones de abstracción y razonamiento, es decir el ejercicio intelectual. “La lectura” dijo Joseph Addison, “es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo”. Esto es importante entre los niños, adolescentes y jóvenes, pues en esas etapas tempranas, la mente está en pleno desarrollo y las neuronas, al verse estimuladas, desarrollan nuevas conexiones con otras neuronas y se potencia así la capacidad cerebral del ser humano.

Más allá de que leer es algo que hacemos en el día a día por necesidad de información, por tareas laborales o escolares, existe el hábito de leer, el gusto, la afición de sumergirse en historias, relatos, textos, investigaciones, ensayos y todo aquello que llena el interés determinado de cada quien. No deja de ser sorprendente que algunos no lean más que lo “obligadamente” necesario y que la cantidad de lectores vaya en descenso cada año.

Pero.. ¿Por qué no leemos?

En lo personal, creo que existen tres razones o más bien excusas para no leer.

En primera instancia, se dice que los libros son caros. Una gran cantidad de personas desperdician 30 pesos semanales con el fin de saber con quién se casara su galán de telenovela favorito. No parece haber justificación alguna para no invertir en un libro o una enciclopedia, los cuales además tienen el beneficio de poder ser leídos o consultados por todos los miembros de la familia o un grupo de amigos, o de una escuela y por tanto muchos le pueden sacar provecho, lo cual representaría además un considerable ahorro y hasta una plusvalía.

En segundo lugar, se argumenta que para leer no hay tiempo en esta agitada vida moderna.

Esto es totalmente falso. Al día desperdiciamos varios pares de horas en ocio, sentados frente al ordenador o televisor, tomando una siesta, etc. Si como individuos tomásemos conciencia y utilizáramos al menos 10 minutos de nuestro tiempo diario en leer un libro, Mexico no sería el país 107 de 108 con el más bajo índice lector, leyendo por persona alrededor de 1.2

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