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La inmortalidad del cangrejo.

guherrerrrraApuntes5 de Julio de 2016

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Examen Literatura
Guillermo Herrera

  • Analice la actual situación (política, social y económica) del país, y luego proponga cuál de todas “las éticas” vistas en clases cree usted que puede conducir a superar de mejor manera los múltiples problemas que nos aquejan. Fundamente su respuesta.

Chile ha sufrido en los últimos años la mayor crisis política del país, la cercanía y confianza de la ciudadanía con sus representantes políticos se ha ido desvaneciendo y  han dado lugar a un sinfín de consecuencias negativas que impiden  una correcta armonía y avance para un país en desarrollo.

Parlamentarios con intereses personales, sistema judicial ineficiente, crecimiento económico por bajo al 2% anual, tasa de desempleo del 6%, lobby de empresas en la toma de decisiones parlamentarias, junto muchos otros factores han desencadenado un descontento común en la sociedad, una sociedad que se siente lejos de ser escuchada, y que lleva años levantando inquietudes a través de manifestaciones con las que solo han percibido soluciones temporáneas que no son tratadas con la cercanía y honradez que estas requieren, como es el caso de las demandas por la educación universitaria, que este año no estuvo conforme con una precaria ley de gratuidad, que demostró solo ser un suero calmante formulado en poco tiempo, y que no logró su cometido.

Estas aristas Políticas – Sociales – Económicas, han generado en Chile un círculo vicioso difícil de romper: Las demandas de la gente no son escuchadas, esto genera desconfianza y descontento, lo que frena a nuevas empresas a surgir o ingresar al mercado del país, y disminuye la renta y los fondos de un gobierno, que no posee los recursos necesarios ni interés para escuchar la totalidad de las exigencias de sus ciudadanos, y lo que nuevamente inicia esta bola de nieve que nadie sabe con certeza donde se estrellará.

A este desalentador contexto nacional, se le suma un preocupante hábito de la sobrevaloración de la llamada “libre expresión, según afirman filósofos como  Lipovetsky, quien afirma en su texto “La era del vacío” que el nuevo paradigma social trae consigo una necesidad de exponer ideas y hacer abuso de la pluralidad de opiniones para manifestar descontento sin ningún fin, donde el receptor es el principal emisor de los mensajes, que carecen de verdadero constructivismo.

Es por este escenario que una solución posible a los problemas, es implementar correctamente la ética dialógica, es decir, determinar las distintas normas morales que debiesen regir al país, deben ser fruto de acuerdos determinados gracias a un correcto diálogo argumentativo, donde los participantes puedan involucrarse en condiciones de igualdad y libertad, velando siempre por el bienestar de todo el sistema y dejando de lado las ambiciones y pretensiones personales.

Para Chile, la ética dialógica daría lugar a poder romper con esas barreras que hoy separan a la sociedad con sus representantes, generando una cercanía humana que demuestre que independiente de los roles, todos son humanos que deben lidiar de la mejor manera el desafío de compartir un país. Adicionalmente, esta ética luego de generar una cercanía, entregaría un espacio de contención ideal para que todas las inquietudes y anhelos puedan ser escuchado, en un ambiente alejado de la violencia que hoy se generan en manifestaciones, para así poner real énfasis en el mensaje que busca entregarse.

Con el correcto uso de discurso, se permitiría a poder escuchar un sinfín de propuestas y posibles soluciones a los problemas económicos/sociales, y que hoy lamentablemente no poseen ni las herramientas ni el espacio para ser escuchados, y poder dar fin a esta peligrosa bola de nieve.

De todas maneras, la ética dialógica llega a ser una herramienta que puede resultar muy útil, pero esta requiere ser utilizada con sabiduría y honradez. De nada servirá si el momento del dialogo nos mostramos en pro a un avance, pero a las horas volvemos a colocar los intereses personales por sobre los comunes. De nada servirá si la hipocresía a la que tan acostumbrado estamos, toma lugar en el dialogo. Esta ética no solo requiere una reestructuración de dinámicas, sino que requiere de un verdadero cambio de paradigma nacional, un cambio profundo que logre sacarnos del status quo, y nos haga sentir que estamos sufriendo una perdida inicial, pero consientes que a largo plazo traerá grandes beneficios comunes.

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