La prostitución, trabajo o delito

La prostitución, trabajo o delito?

La prostitución no es un delito ni un crimen, pero no podemos ddenominar trabajo, a una actividad de subsistencia que es violatoria de los derechos humanos además de una forma de explotación y violencia contra las mujeres. Si fuera un trabajo común y corriente la dignidad no se vería afectada pero aquí no se respeta ese derecho. ``Si consideramos que es un trabajo, entonces los tratantes y proxenetas dejarían de ser delincuentes y pasarían a ser empresarios``(la voz ciudadanos.com).

Si bien es cierto que es un oficio de forma que se le dedica tiempo, y hay que tener un espacio para ejercerla, y un consumidor que la consuma, pero un trabajo no lo es.

La Alcaldía Mayor de Bogotá muestra gracias a las diferentes investigaciones que la prostitución no puede ser reconocida como un trabajo porque su práctica es una forma de esclavitud y desprestigio social que no respeta ni protege a la mujer.

Además un claro ejemplo de porque no se debe legalizar la prostitución como un trabajo es porque se promueve la prostitución infantil, pues el abuso al que son sometidos los menores cuando son obligados a prostituirse es el problema de salud mental más grave y destructivo. Por ejemplo la UNICEF calcula que en Colombia hay en este momento 55 mil niños y niñas vinculados a la explotación sexual. Según el mismo estudio la cifra se ha triplicado en los últimos tres años, y la edad en que se induce al abuso se ha reducido incluso por debajo de los 10 años.

Legalizar de la prostitución aumenta la demanda de la prostitución. Incentiva a los hombres a comprar a las mujeres por sexo en un entorno social más permisible y de mayor aceptabilidad.

Considerar la industria de la prostitución como trabajo puede ser una de las causas clave del tráfico de mujeres con fines de explotación sexual, dejando libre el camino al proxenetismo y a los prostíbulos de cometer crímenes de lesa humanidad sin ninguna clase justicia.

De modo que un sistema basado en la legalización de la prostitución como un trabajo en el que se obligue a las mujeres, y no a los clientes, a chequeos y certificados de salud es descaradamente discriminatorio para las mujeres.

Finalmente la prostitución no es ninguna clase de delito pero no puedo considerarla según mi propia moral como un trabajo normal porque aunque no hace daño a nadie es una actividad que no valora a la mujer; además en vez de sancionar la prostitución, los Estados podrían centrarse en la demanda y penalizar a los hombres que compran mujeres para tener sexo, y podrían apoyar el desarrollo de alternativas para las mujeres que están en la industria del sexo. En vez de beneficiarse de los impuestos recaudados de la industria del sexo, los gobiernos podrían embargar los bienes de la industria del sexo e invertirlos en el futuro de las mujeres que están en la prostitución

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