La selva magica

La Selva mágica

Hace mucho tiempo dos personas decidieron investigar sobre un mito de una selva misteriosa en la isla Nabú. Pablo y Jake decidieron emprender el viaje con un pequeño grupo de investigación.

Les tomó varios días llegar a la isla. Cuando llegaron le preguntaron a los habitantes de la isla sobre la selva misteriosa, lo único que les contaban es que era una selva mágica y quien entraba jamás salía. Llegaron a la entrada de la selva y vieron a un habitante muy peculiar, los investigadores soltaron un grito “!Es rojo¡” y decidieron seguirlo. Mientras más se adentraban en la selva más rápido se oscurecía y entendieron el porqué era llamada una selva “mágica”. A cada paso que daban y hoja que tocaban se iluminaba con colores muy hermosos.

De tanto asombro que causo en ellos la iluminación de las plantas se dieron cuenta que habían perdido el rastro del habitante. Siguieron adentrándose a la selva y ¡PUM¡ cayeron en una trampa y quedaron inocentes. Al despertar estaban en jaulas de un material muy precioso, el jade.

Para no quedar encerrados para siempre, Pablo y Jake solicitaron hablar con el líder; para explicarle que ellos no buscaban su piedra preciosa, solo querían conocer sobre su cultura y su mágico hogar. Liberaron al grupo de investigación, a Pablo Jake, con la condición de no tomar fotografías ni divulgar nada. Pablo y Jake decidieron quedarse a vivir allí, los investigadores no tenían los mismos intereses y se fueron.

Aprendieron mucho de sus costumbres, tenían un árbol sagrado, llamado “Madre” al que le hablaban todas las noches sobre, le agradecían y le pedían lo que necesitaban, era como su “dios”. La tecnología que utilizaban era muy avanzada, pero respetaban a la naturaleza por todo lo que les daba.

Pablo y Jake tuvieron una pelea en la que Pablo quedo al borde de la muerte a Pablo, porque Jake quería robar la piedra preciosa a las habitantes de la selva mágica. Jake decidió irse para volver más preparado en el futuro.

Pablo se recupero de esa pelea y aprendió más sobre la cultura de los habitantes, no cazaban y si por salvar su vida tenían que matar a un animal hacían una oración antes de quitarle la vida por completo. Pablo vio cosas asombrosas, aves que parecían dragones, especies que jamás han sido vistas en la tierra.

Tiempo después llegaron invasores, estos solo querían la piedra preciosa de la isla Nabú. Estos invasores llevaban armas de fuego y tanques, iban preparados para todo porque quien los dirigía era Jake. Empezaron a destruir a la naturaleza, mientras que los habitantes luchaban para pararlos, fue una larga guerra.

Mientras todos dormían Pablo le fue a rezar al árbol madre, pidiéndole ayuda para proteger al pueblo de los invasores.

Los invasores estaban perdiendo terreno en la guerra, estaban a punto de ser expulsados, Pero Jake que conocía bien el territorio mando a destruir el árbol madre para afectar a todos los habitantes. Muchos murieron de tristeza, su madre había muerto, luego de eso los habitantes parecían perdidos, a punto de ceder y que todo a su alrededor fuera destruido, algo sorprende ocurrió, la tierra se empezó a mover, parecía que la naturaleza estaba viva, las raíces del árbol madre salían debajo de la tierra para atrapar a las maquinas enemigas e inutilizarlas. Los animales empezaron a luchar contra los soldados y lo habitantes se sintieron protegidos, sacaron fuerza de su interior y lograron vencer a los invasores.

Jake con avaricia y deseos de poder, ataco al rey de los habitantes, hiriéndolo de muerte. Pablo, dolido por ese acto lucho contra Jake, pero no se repitió lo del pasado, Pablo ganó la pelea y Jake, como su viejo amigo, le rogaba que lo perdonara y lo dejara ir, que había aprendido de sus errores, pero Pablo, con lagrimas en los ojos, decidió matarlo para que la historia no se repitiera.

Los habitantes Ganaron la guerra, pero perdieron mucho de su naturaleza, todos tenían lágrimas en los ojos, pero algo mágico sucedió, como que fueran pétalos de dientes de león iluminados, se empezaron a juntar en el cielo, apareció un ser luminoso, era madre, les dijo a los habitantes que sus oraciones habían tenido fruto y que Pablo, a pesar de no ser originario del lugar, le pidió ayuda con el corazón. Se desvaneció el ser de luz y dejó una semilla para que volvieran a plantar su árbol madre.

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