La trama de la fantástica novela de Narnia

C.S. LEWIS

CLIVE STAPLES LEWIS (Gran Bretaña, 1898-1963) crítico, académico y novelista, es uno de los grandes escritores de literatura infantil y juvenil en lengua inglesa. Amigo y colega de Tolkien, ambos poseían un agudo intelecto, una sólida formación y una pasión por la mitología nórdica que marcaría sus obras capitales. Con Narnia, una obra fantástica y alegórica sobre la eterna lucha entre el bien y el mal, Lewis inauguraba un género que le convertiría en el fundador y referente inexcusable de la narrativa fantástica actual.

CARACTERÍSTICAS

Género: Narrativa

Subgénero: Novela fantástica

Argumento: Cuatro niños descubren un armario que les sirve de puerta de acceso a Narnia, un país congelado en un invierno eterno y sin Navidad. Entonces, cumpliendo con las viejas profecías, los niños –junto con el león Aslan- serán los encargados de liberar al reino de la tiranía de la Bruja Blanca y recuperar el verano, la luz y la alegría para todos los habitantes de Narnia.

Personajes primarios: Peter, Susan, Edmund, Lucy, Aslan y la Bruja Blanca.

Personajes secundarios: El profesor Kirke, el señor Tumnus, el señor Castor, la señora Castor.

Personajes circunstanciales: Ginabrik, Maugrim, la señora Macready.

Las crónicas de Narnia, el León, la Bruja y el Armario.

Había una vez cuatro niños que se llamaban Peter, Susan, Edmund y

Lucy Pevensie (Peter era el mayor, Susan la segunda, Edmund el tercero y Lucy la más chica) los cuales habían sido enviados a vivir a una casa muy grande en el campo para huir de la guerra. La casa a la que se irían a vivir pertenecía a un anciano profesor llamado Digory Kirke, y era muy antigua, además de estar llena de habitaciones y muchos secretos.

Un día en que los niños exploraban la casa, encontraron una habitación en la que únicamente había un enorme armario. Cuando los demás se fueron, Lucy sintió una gran curiosidad por ese armario y se metió en el. Le sorprendió ver que el armario era mucho más amplio de lo que parecía, pero lo que casi hace que se desmaye, fue descubrir que en lugar de ver el fondo del armario, vio un claro enorme lleno de nieve, el cual al centro tenía un farol. Temerosa, empezó a examinar ese farol, cuando de pronto vio una criatura muy extraña llamada “fauno”, la cual le preguntó que era, ya que nunca había visto a un humano, y después de saberlo, la invitó a cenar. Mientras cenaban, el fauno le contó que el lugar donde estaban se llamaba Narnia y que toda la nieve que había se debía a que la Bruja Blanca había puesto un hechizo de invierno eterno en el que no había Navidad.

Cuando Lucy estaba tomando su té, el señor Tumnus (que así se llamaba el fauno) empezó a llorar desconsoladamente, ya que la Bruja Blanca

había pedido a todas las criaturas que cuando se encontraran con un humano se lo entregaran, pero el señor Tumnus se había encariñado con Lucy y no quería entregarla, así que la dejó escapar.

Cuando Lucy llegó de nuevo al mundo real, descubrió que el tiempo no había avanzado, y aunque había estado fuera por horas, sus hermanos no habían notado su ausencia y cuando les contó sobre lo que había visto, no le creyeron nada. Un día mientras jugaban a las escondidas, Lucy sintió ganas de ir a ver al señor Tumnus, así que se paró de la cama y se fue hacia el armario, sin embargo, Edmund se dio cuenta y la siguió. Cuando Edmund llegó a Narnia, descubrió que su hermana decía la verdad, pero cuando estaba observando el lugar, un trineo con una señora altísima y un enano llamado Ginabrik se detuvo junto a él. Edmund no sabía que quien iba ahí era la Bruja Blanca, quien se hacía llamar la reina de Narnia. La Bruja le preguntó su nombre y Edmund se lo dijo, pero además agregó que tenía tres hermanos, una de las cuales estaba en Narnia. Al oír esto, la bruja se interesó mucho y pidió a Edmund que llevara a sus hermanos al castillo a cambio de convertirlos en príncipes y, a el en rey.

Cuando la bruja se fue, Edmund se encontró con Lucy, la cual se alegró mucho de ver a su hermano, y juntos regresaron a casa. Al llegar, Lucy les dijo a Peter y a Susan que Edmund y ella habían estado en Narnia, pero Edmund, para molestar a su hermana, lo negó y se burló de su imaginación.

Un día mientras paseaban los Pevensie por la casa, el ama de llaves del profesor, la señora Macready encontró a los niños en un lugar prohibido de la casa, y para ocultarse, se dirigieron a la habitación que tenían más cerca: la habitación del armario. Al no haber otro lugar en la habitación para esconderse, los cuatro se metieron al armario y fueron a parar a Narnia. Al ver que todo lo que había dicho Lucy era cierto, Peter y Susan pidieron perdón a Lucy y obligaron a Edmund a disculparse.

Como Lucy era la que más conocía Narnia de los cuatro, los llevó a visitar al señor Tumnus, pero al llegar, descubrieron que este había sido encarcelado por la Bruja, ya que había mantenido a un humano en su casa.

Cuando salieron un poco consternados de la casa del señor Tumnus, se encontraron con un castor que iba de parte del Señor Tumnus para decirles que el bosque no era seguro, por lo que les pidió que lo siguieran.

Al llegar a casa del castor, la señora Castor los recibió con una rica cena, y como todos estaban hambrientos, la comieron enseguida. Los castores les contaron que Aslan, el hijo del emperador Allende los Mares estaba en camino, y el era el que les devolvería la esperanza a todos. Fue entonces cuando Susan preguntó porqué la

Bruja quería capturar humanos, y los señores Castor le dijeron que era por que una profecía decía que “cuando el hijo de Adán en carne y hueso en el trono de Cair Paravel esté sentado, los malos tiempos se habrán acabado” y además porque una leyenda decía que cuando dos hijos de Adán y dos hijas de Eva estén sentados en los cuatro tronos de Cair Paravel llegará el fin del reinado de la Bruja Blanca.

Sin embargo, cuando los castores acabaron de contarles todo, se dieron cuenta de que Edmund ya no estaba.

Edmund había ido con la Bruja Blanca para solicitarle su pago por haber traído a sus hermanos, además de que pensaba que los castores, el señor Tumnus y Aslan no eran buenos y que la Bruja tenía la razón. Sin embargo, al llegar cometió el error de presentarse ante la bruja sin sus hermanos, lo cual la enfadó mucho.

La Bruja al enterarse

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