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Laicidad reina reyes


Enviado por   •  25 de Junio de 2019  •  Resúmenes  •  2.006 Palabras (9 Páginas)  •  220 Visitas

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La educación laica respeta las características intelectuales y afectivas de cada niño y tiende a lograr una integración del pensamiento reflexivo con el sentimiento de igualdad de los hombres, aspectos que considera inseparables en la conducta laica, y los analiza ambos factores

  1. Pensamiento reflexivo

La esencia de la actividad del pensamiento son las relaciones y, por lo mismo puede definirse el pensamiento como actividad relacional,

En el niño pequeño el pensamiento se confunde con tendencias y deseos, siendo el momento más importante del desarrollo psíquico infantil cuando logra establecer relaciones objetivas, deduciéndolas de la realidad. Es muy complejo por su necesaria vinculación con imágenes y con símbolos que lo fijen. Al adquirir la lengua materna el niño recibe el lenguaje de la comunidad, representaciones de la sociedad y por eso su pensamiento no es de sí mismo, juega un papel importante las influencias de carácter afectivo que ejercen sobre él, y lo sugestiona.

Cita a Allport, que dice que no podemos decir a qué edad la sugestión desempeña su papel más significativo en el desarrollo de la personalidad. El niño pequeño es incapaz de resistir el peso de la autoridad, es totalmente sugestivo inconscientemente, y a los 8/9 años son también sugestionables debido al periodo de crecimiento del desarrollo lingüístico, y es la edad donde se configura el vocabulario de conceptos morales, religiosos, políticos, estéticos, que son significativos para el desarrollo de la personalidad.

En el hombre y en el niño el poder de sugestión da predominio a pensamientos y sentimientos ajenos que no responden a vivencias. Por otra parte cuando una persona es capaz de observar objetivamente la realidad para pensar y sentir comprueban que sus aspiraciones chocan con la realidad, dice que el reino de los deseos se enfrenta al reino de lo verdadero, ahí va a utilizar la creencia, por sentimiento, por necesidad, “creer es una disposición natural, el impulso mismo de la vida, la creencia es primitiva y el escepticismo adquirido”.

Creer etimológicamente es dar crédito, tener fe en su testimonio, la creencia supone una negativa para la afirmación del yo, y para la libertad- autonomía.

Cuando el contenido de una creencia es aceptada provoca actitudes que no son de u juicio personal.

Cuando el niño tiene una inteligencia normal y no sufre ninguna restricción para ver la realidad, destruye por experiencia muchas de las creencias que le habían sido impuestas por medio del lenguaje y muchas fantasías que respondías a sus deseos.

Dudar de las creencias aceptadas en la infancia es difícil, porque dice que la creencia tiene de aliada a la pereza, es mucho más fácil creer que crear una respuesta propia.

En el niño la creencia está marcada por la necesidad de seguridad, este estado afectivo interviene en la percepción objetiva de la realidad, intervienen los sentimientos y genera una dependencia intelectual.

El adulto va a condicionar la conducta que quiere lograr en él, el niño no lo va a cuestionar  por la relación de autoridad, mediante amenazas, y van a jugar un papel importante las “culpas”, “el método más afectivo para debilitar la voluntad del niño es provocar su sentimiento de culpabilidad”

La educación dogmatica cultiva hábitos mentales de aprobación, de sometimiento a la voluntad, sentimiento de culpabilidad si se desobedece a la voluntad, hábitos y sentimientos que se oponen a la autodeterminación.  

Algunas personas han cultivado el pensamiento reflexivo, no obstante incapacitadas para juzgar con sentido crítico ciertas creencias que se estructuraron en su infancia, es una en la que no se pueden poner resistencias a las influencias afectivas de carácter religioso, político, racial.

Dice también que es cierto que algunas personas que se formaron dentro de algunos credos, en la adolescencia los abandonan y toman posiciones contrarias, pero no son la mayor de los casos, verdades, si no que se dan por un cambio de sitio.

Muchas conductas de jóvenes y adultos no son racionales, si no que son sentimientos generados en la infancia.

El hecho que el desarrollo emocional anteceda al desarrollo intelectual y la comprobación de que ejercen una influencia sobre la razón explican los peligros para la libertad- autonomía, la afectividad impone en el niño valores y actitudes que difícilmente después pueden ser objeto en el juicio crítico. La inteligencia no puede operar libremente cuando esta interferida con emociones.

Entonces es evidente que una educación para la libertad está obligada  cultivar la duda frente a creencias, a cultivar el pensamiento reflexivo y a desarrollar emocionalmente seguridad en si mismo. Los métodos educativos tienen que considerar a la personalidad como un todo.

La educación laica entonces, utiliza métodos activos, que sustituyen la enseñanza verbalista impuesta por la autoridad, por una enseñanza en base a experiencias seleccionadas y dirigidas que el niño realiza en un clima de libertad y colaboración. De lo contrario el alumno cultiva actitudes de credulidad y lo deja indefenso.

La educación laica elimina en lo posible la imposición de dogmas, favorece la duda intelectual, cultiva la reflexión objetiva de la realidad y hace posible el pensamiento reflexivo y el juicio crítico.

En la educación laica el maestro no está preocupado por la respuesta correcta, si no por obtener que el pensamiento del niño sea el resultado de una  autentica e integral actividad mental y no la memorización.

La educación dogmatica por el contrario pone trabas al pensamiento reflexivo y en lo afectivo cultiva la autoridad, imposibilitando la afirmación del yo y por lo tanto la libertad autónoma.  

Cuando no se educa para la libertad, se prepara al hombre para estados de opresión, se forman personalidades  obedientes y dominantes “almas tutoriales”

Se reconoce igualmente que algunas personas que fueron educadas dogmáticamente se liberan.

No basta entonces que no se imparta enseñanza religiosa para asegurar el carácter laico, porque la laicidad emerge con los métodos de enseñanza y no de los programas. La defensa de la educación laica no entraña oposición a ninguna religión, ni ideología política, pero si se opone a que se adoctrine  al niño porque en ellas la razón queda sometida a la afectividad.

La democracia exige un pueblo liberado económicamente y maduro intelectualmente, un pueblo educado en la laicidad.

B) El sentimiento y la idea de la igualdad de los hombres.

Existen entonces grandes dificultades para obtener por educación un juicio crítico, también para crear conciencia de la igualdad de los hombres, imprescindible para asegurar el respeto  a otro, el respeto es esencial para la laicidad.

El hombre se asimila al grupo social que integra, en base a ello una cohesión social por oposición a otros grupos, esta situación se transforma en representación mental y constituye el más grave obstáculo para la idea moral de la persona humana, que exige reconocer una identidad de los hombres por su condición de tales. La psicología social descubre la existencia de mecanismos defensivos que originan formas colectivas de odio, culpa, temor que impiden la comprensión entre hombres de grupos diferentes.

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