Las Mujeres ¿Son Al Oferta?

Los hombres generan la demanda; las mujeres ¿son la oferta?

La represión y la explotación son dos formas diferentes, y a la vez complementarias, de controlar y de abusar de la sexualidad femenina. La represión de la sexualidad de las mujeres y de las niñas se garantiza gracias al estricto control ejercido sobre su actividad sexual a través de costumbres como las de premiar la virginidad de las niñas, centrar el honor de la familia en el control sexual de las hijas y esposas, imponiendo severos castigos por cometer adulterio, impidiendo el libre acceso al divorcio y, finalmente, separando a las mujeres y a las niñas de los hombres y los niños.

Pero, ¿Por qué las mujeres son propensas a caer en este tipo de problemática? Con relación al grado de escolaridad según las estadísticas realizado por parte del Sector Salud en el Distrito Federal a 750 prostitutas que laboran en diversos puntos de la capital, demuestran que el 38% de ellas no tiene terminada la primaria, que el 30% tiene la secundaria terminada el 27% tiene el bachillerato y el 5% restante poseen alguna carrera terminada, que no son ni siquiera originarias de esta ciudad sino que la mayoría vienen de los diferentes Estados de la República a ganarse la vida de esa forma, lo cual demuestra que el grado de escolaridad no es un factor determinante para el ejercicio de dicha actividad.

El Estado como tal es el encargado de erradicar dicho mal, atendiendo a las necesidades de la mujer y la solución a estas necesidades se encuentra en la existencia un tipo penal que sancione todo tipo de violencia que se infiera en contra de ellas, en la difusión de una cultura de respeto en la cual vaya implícita la confianza y el valor que tiene la mujer para la familia y para la sociedad en México.

El papel que desempeña la mujer en todos los aspectos en nuestra sociedad actualmente se encuentra en desproporción con relación al sexo opuesto, y ello se debe en gran parte como se ha venido reiterando a la cultura que se ha inculcado por generaciones en la cual a la mujer se le ha considerado como inferior al hombre.

La mujer en la actualidad desempeña un papel protagónico en el proceso de desarrollo y es sujeto fundamental del mismo, no debe pensarse, sin embargo, que el desarrollo promueve mecánicamente la emancipación de la mujer, como si solo fuera beneficiaria pasiva de este proceso. Por el contrario, debe reconocerse su papel estratégico no solo en la promoción del desarrollo económico y social, sino también en los avances democráticos y en la transmisión de nuestra cultura y valores. La mujer realiza asimismo una serie de actividades primordiales para el bienestar familiar y el desarrollo comunitario y a pesar de ello sus aportes han sido parcialmente valorados y reconocidos.

Para concluir creo necesario establecer que en la actualidad no es un sueño que las mujeres aun sean vendidas, maltratadas,

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