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Las Operaciones Del Pensamiento*


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2012  •  2.698 Palabras (11 Páginas)  •  1.984 Visitas

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Las operaciones del pensamiento*

Louis E. Raths, Arthur lonas, Arnold M. Rothstein y Selma Wassermann

Cabe suponer que la mayoría de las personas estarán de acuerdo en que los procesos del pensamiento constituyen un importante objetivo de la educación y que las escuelas no tendrían que escatimar esfuerzos para proporcionar al educando amplias oportuni¬dades para pensar. Pero ¿cómo se hace? ¿Qué procedimientos emplean los buenos maes¬tros? ¿Qué clases de tareas y actividades escolares déstacan la significación de este fenómeno? Muchas de las sugerencias consignadas a continuación no son nuevas para los maestros; pero su enfoque puede ser instructivo. Los subtítulos de esta parte sirven de guía para que el maestro vaya orientando su propia enseñanza en el aula. Al terminar la mañana y el día de clase, el maestro podría consultar esta lista y preguntarse si prac¬ticó -y en qué medida- algunas de sus sugerencias. No se pretende que ésta sea com¬pleta, ni que se incluyan algunas de las actividades propuestas en todas y en cada una de las jornadas escolares. Esta lista sugiere; no obliga a incluir nada. Contiene, empero, mu¬chas ideas ampliamente utilizadas para darle su importancia a todo lo que significa pen¬samiento.

Comparar

Cuando le pedimos a un alumno que haga comparaciones lo colocamos en situación de tener que emplear el pensamiento. Cuenta entonces con la oportunidad de observar diferencias y similitudes por la vía de los hechos o la contemplación. Examina dos o más objetos, ideas o procesos procurando observar cuáles son sus interrelaciones. Busca puntos de coincidencia o de no coincidencia. Observa qué hay en uno y qué falta en otro. Lo que los niños ven y nos dicen que han visto depende con frecuencia de los propósitos que orientaban la labor que les asignaron. Al variar los propósitos, es proba¬ble que también varíen sustancialmente las comparaciones que haga el escolar.

La tarea asignada, o sea comparar, puede variar muchísimo en dificultad y objetivo: desde comparar entre sí dos números enteros, hasta la música moderna con el arte moderno; desde comparar dos monedas hasta dos escuelas filosóficas. Se puede pedir a un alumno de la escuela secundaria que compare el Hemingway de las primeras novelas

* En Cómo enseñar a pensar. Teoría y aplicación, Leonardo Wadel y León Mirlas (trads.), Buenos Aires, Paidós (Paidós studio, 56), 1999, pp. 27-46 [título original: Teaching and Thinking. Theory and Application, 1967].

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con el de las últimas, o que lo compare con Joyce. O bien solicitar a estudiantes de mate¬mática que comparen dos teoremas; a los de ciencias exactas, dos experimentos científi¬cos; a los de lenguas extranjeras, dos traducciones o dos estilos literarios. Cada asignatura es pródiga en posibilidades de comparaciones, posibilidades que son tan importantes a nivel del jardín de infantes o de primer grado como en la escuela secundaria.

Si se le dio la misma tarea a un grupo de alumnos, es interesante ¡comparar las com¬paraciones!, pues aprenden los unos de los otros. Viendo cómo los demás reparan en semejanzas o diferencias que ellos pasaron por alto, su sensibilidad suele agudizarse.

Este proceso de comparar implica abstraer y retener mentalmente la abstracción, mientras se concentra la atención en-los objetos comparados. Practicado superficialmente y sólo por el hecho de hacerlo, suele ser casi tan aburrido como las lecciones habituales, pero si en este análisis media una finalidad, real y genuina, si existe una motivación verdadera en la búsqueda de lo semejante y lo desemejante, esta tarea resulta de interés y excitante para el maestro y para los alumnos. Cabe destacar que la comparación de los objetos, incluso los más triviales, encierra más motivaciones y enseñanzas básicas que esas tareas que sólo enfatizan la memorización. El lector puede anotar en su lista la siguiente pregunta: en estos últimos tiempos, ¿les pedí a mis alumnos que realizaran comparaciones significativas?

Resumir

Si se solicitara al lector que resumiera lo anterior, sin duda convendría en que para eso se necesita pensar. Resumir es establecer, de modo breve o condensado, la sustancia de lo presentado, y replantear la esencia del asunto, de la idea o ideas centrales. Concisión sin omisión de puntos importantes.

Se empieza por reflexionar retrospectivamente sobre las experiencias pasadas, lo cual se puede hacer de múltiples maneras. Por ejemplo, enhebrando los recuerdos en una secuencia temporal: lo que vino primero, segundo, tercero, etcétera. O bien enumerar las ideas principales y luego resumirlas por separado. O también resumir un debate indicando qué personas sostenían determinados puntos de vista. No hay una sola manera de resumir y cada alumno hace la misma tarea de manera distinta.

Cuando a los niños se les interroga acerca de un viaje realizado, cuando se les pre¬gunta sobre un programa de televisión, cuando se les indica que hablen de un cuento o de un libro, cuando se les solicita que expliquen cómo reaccionaron al escuchar un concierto, todos cuentan entonces con buenas oportunidades para resumir.

Algunos educandos parecer tener grandes dificultades en esta tarea y necesitan ayu¬da, la que a veces se les puede brindar enseñándoles a bosquejar lo que iban a hacer o decir. Subráyese que primero hay que exponer las ideas básicas, los conceptos impor¬tantes, y luego hablar de cada uno de ~lIos. La última fase podría resumir las ideas básicas principales.

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Frecuentemente es posible combinar las operaciones de resumir y comparar. Por ejemplo, pidiendo a la clase que resuma cuanto s'e ha dicho sobre las semejanzas y diferencias. Esta manera de ejercitar la sensibilidad ante lo que va junto, o es pertinente o no pertinente, o de mayor o menor significación, contribuye al desarrollo de un sen¬sato criterio discriminativo. Proceso lento, pero que implica la necesidad de que los maestros se empeñen constantemente en agregar algo que permita el cabal crecimiento y desarrollo del niño en esta espera.

Se han analizado hasta aquí dos clases distintas de trabajos. Suponiendo que ambas sean importantes en la lista de actividades para enseñar a pensar, ¿suele usted utilizar¬las regularmente?

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Observar

Observar y observación encierran la idea de vigilar, reparar, notar, percibir. Usualmente prestamos estricta atención y vigilamos atentamente movidos por un propósito defini¬do; algo nos concierne y tenemos buenas razones para observar con cuidado. En ciertas ocasiones nos concentramos en los detalles; en otras, en lo sustancial o en los proce¬dimientos; y a veces, en los dos. A veces queremos

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