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Las Paradojas de Mihura


Enviado por   •  7 de Febrero de 2016  •  Apuntes  •  2.721 Palabras (11 Páginas)  •  209 Visitas

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Introducción

Las Paradojas de Mihura

Miguel Mihura tenía fama, además, de desencantado y huraño, de crédulo y de soltero impenitente. Aunque se consideraba un hombre tímido y parece que se sentía un poco acomplejado por su cojera, Mihura ejerció de donjuán con cierta fortuna, pues incluso llegó a mantener una relación amorosa con Sara Montiel. Él mismo reconoció haber tenido suerte con las mujeres.

Mihura era capaz de declarar sin rubor que le aburrían los clásicos españoles y que prefería, en cambio, a un autor de sainetes como Arniches, e incluso a dramaturgos de tan escaso relieve como Muñoz Seca, García Álvarez y los hermanos Quintero, autores de teatro humorístico popular. De estos últimos y de Jardiel Poncela aprendió “cómo se mueven los personajes en escena, cómo se dirigen, cómo deben estar colocados para que las frases tengan más efecto y más valor, y el público […] no se pierda ni una réplica.”

Aunque alcanzó un dominio extraordinario del lenguaje dramático, Mihura escribió en cierta ocasión que no le gustaba escribir, ni tan siquiera asistir al tatro. Tampoco apreciaba demasiado la poesía, por más que en sus memorias Mihura se considere a sí mismo un poeta.

A Mihura debió de sorprenderle que su reconocimiento literario le llegara, sobre todo, por Tres sombreros de copa, la obra que menos ingresos y más disgustos le proporcionó, aunque fuera la que había escrito con mayor ilusión y entusiasmo. Que su obra más compleja e incomprendida sea hoy la más leída y apreciada, es una más de las paradojas de ese singular escritor que fue Mihura.

Biografía. Trayectoria Artística y Literaria

Nació Miquel Mihura Santos en Madrid el 21 de julio de 1905. Su padre, Miguel Mihura Álvarez, fue actor, autor y empresario teatral. Mihura describió a su padre como un hombre de una simpatía arrolladora, guasón, con “ángel”, con una gracia muy andaluza.

Desde muy pequeño se familiarizó con las giras y con la vida irregular y bohemia de los hombres y mujeres de la farándula, por la que sentía una atracción irresistible. Solo tuvo un hermano, Jerónimo, que era mayor que él. Ambos estudiaron en el selecto colegio de San Isidoro, de Madrid. Poco inclinado a los estudios, Miguel superó el bachillerato con algunas dificultades; posteriormente estudió piano, idiomas y dibujo. Pero acabó trabajando, en 1921, en la contaduría del Teatro Rey Alfonso, donde conoció a autores como Muñoz Seca y Carlos Arniches y donde se dedicaba, entre otras cosas, a leer obras del teatro francés contemporáneo, con el propósitode encontrar nuevos autores que pudieran representarse en el local en el que trabajaba. En 1925, al morir su padre, abandonó momentáneamente el negocio teatral, que siempre consideró como su auténtica vocación y el oficio para el que de verdad estaba preparado. La experiencia de estos años y su relación directa con todas las facetas del hecho teatral serán decisivas para su futura vida profesional. Quizá por eso Mihura nunca pretendió ser un literato, un autor intelectual de minorías, sino un hombre de teatro que aspiraba simplemente al reconocimiento de un público muy amplio para poder así vivir de su propia obra.

Tres Sombreros de Copa

De la realidad a la ficción

El origen de Tres sombreros de copa se encuentra en dos episodios de la vida de Mihura que él mismo se encargó de relatar. En 1930, el joven aspirante a escritor emprendió, en calidad de director artístico, una gira con el actor Aladay por Lérida, Tarrasa y Barcelona. La compañía de revistas del cómico estaba compuesta por un ballet de seis chicas vienesas, dos negros y una domadora de serpientes alemana, corpulenta y gruesa. Mihura ha relatado que abandonó la gira porque se enamoró de una de las bailarinas, lo que no le dejaba tiempo para preparar el nuevo programa. Aunque no hay que descartar la versión del autor, el abandono pudo deberse a otra razón más prosaica: los dolores de cadera que Mihura padecía a causa de una coxalgia. Al volver a Madrid, el dramaturgo fue operado y, durante la larga convalecencia de tres años en su hotelito de Chamartín, escribió en la cama Tres sombreros de copa

Mihura escribió la obra en unos tres meses y acabó el 10 de noviembre de 1932. Según sus propias declaraciones, la craó “sin esfuerzo” y ”con facilidad, con alegría, con sentimiento”. El autor quedó muy satisfecho del resultado porque había encontrado un estilo propio y sin influencias ajenas, y se mostró especialmente orgulloso de la “virtud melódica” de la obra, de su ritmo, de esa “cadena especial que sonaba a verso”.

Sin haber llegado a estrenarse, Tres sombreros de copa se publicó en 1947 con un interesante prólogo y una “Advertencia” del autor, en los que Mihura traza su propia biografía, relata su temprana vinculación al mundo teatral y sus primeros pasos como escritor y describe cómo se gestó su primera obra dramática. Cinco años más tarde, en 1952, la comedia fue finalmente estrenada en el Teatro Español, aunque menos por deseo de Mihura que por el empeño del joven Gustavo Pérez Puig, entonces director del TEU (Teatro Español Universitario) de Madrid. Lostrajes y el decorado se encargaron a Emilio Burgos, y entre los actores del reparto figuraron los entonces jovencísimos Gloria Delgado, Juanjo Menéndez, José María Prada, Agustín González y Fernando Guillén, que representaban respectivamente los papeles de Paula, Dionisio, don Rosario, don Sacramento y el Anciano Militar.

Género, estructura, espacio y tiempo

Mihura definió Tres sombreros de copa como una comedia en la que intervienen “los muñecos de la farsa”. Quizás al filo de esa afirmación se ha calificado la obra como farse: no en balde la comicidad se utiliza a menudo para refrenar lo patético y lo lírico. Sin embargo, son otros los rasgos que mejor singularizan a Tres sombreros de copa con respecto a la mayoría de las comedias de su tiempo: el escamoteo del típico final feliz y su innovadora concepción del espectáculo teatral. En relación con esta última, es significativo que Mihura utilice en la obra números propios del circo y del music-hall; algunos de ellos, en momentos tan culminantes como la peculiar escena final, le sirven para desdramatizar la acción. Por otro lado, en la última escena de los dos primeros actos nos encontramos con una parodia de la apoteosis de las revistas de variedades.

Tres sombreros de copa es una obra perfectamente trabada, lo que permite que los episodios se sucedan con absoluta naturalidad y los personajes entren y salgan de escena con total fluidez. La construcción de la comedia se basa en parte en el uso de simetrías, dado que abandona y retoma incesantemente unos pocos motivos y establece continuos paralelismos entre escenas distantes; posee, además, una estructura circular, pues acaba en el mismo punto donde empezó. El lugar de la acción es un cuarto de un “hotel de segundo orden”, situado “en Europa, en una capital de provincias de segundo orden”. Acertadamente, Mihura ubica la acción en el cuadro de un hotel, un territorio neutral donde los personajes de los dos mundos pueden encontrarse y entrar en contacto con facilidad. Las dos puertas de la habitación cumplen al respecto una función primordial, ya que permiten la entrada en la escena de los miembros de ambos mundos: por la del lateral izquierdo llegan Paula y el resto de los participantes en la fiesta; por la del foro entran don Rosario y don Sacramento. Precisamente por esta última salida abandonarán de forma definitiva la escena el Odioso Señor, Fanny, el Anciano Militar y Buby, este tras golpear a Paula al final del segundo acto. Cabe añadir que, a pesar de su apariencia realista, el espacio escénico posee un carácter simbólico, como ha señalado Margarita Villar.

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