Las civilizaciones más importantes. Apaporis.

Las civilizaciones más importantes.

Comprobación audiovisual del video ‘APAPORIS’.

Por: Ginna Marcela Rodriguez Casallas.

Frente a la existencia de inequidad, segregación social y discriminación, hay quienes afirman que las comunidades indígenas son tan importantes en términos sociales como cualquier otra civilización, sin embargo yo me atrevo a pensar que son incluso mucho más importantes que cualquier otra.

Si algo nos ha dejado el desarrollo académico y la experiencia respecto a la evolución de las ciencias sociales que reconocen la diferencia y se han dedicado al estudio de estas fascinantes culturas es que, tal como afirman Maturana y Varela, como sociedad occidental y occidentalizada “No vemos que no vemos” (Maturana & Varela, 1990).

Las comunidades indígenas no requieren de todo los niveles académicos que cursamos nosotros ni de todas las investigaciones que articulan los paradigmas hermenéutico y positivista para entender la necesidad de complejizar el pensamiento, de integrar todo los elementos de la vida en pro de un desarrollo que más que concebir el descubrimiento y creación de elementos nuevos y en gran medida sintéticos, se dirige hacia la preservación de la vida.

Un buen ejemplo para la afirmación anterior es encontrar que los indígenas ven a su maloka como un modelo de cosmos, lo cual es una fortuna si se tiene en cuenta que “el pulmón del mundo”, el lugar que nos provee de los recursos naturales más importantes para la vida humana, se encuentra habitado por estas personas que cuentan con una riqueza de pensamiento invaluable.

En el documental APAPORIS, las fotos del botánico Schultes nos muestran una comunidad indígena diferente a la visión que tenemos hoy en día de ellas, una comunidad con jóvenes de cuerpos saludables sin el menor signo de desnutrición, contrario a lo que las nuevas generaciones hemos conocido a través de los medios de comunicación amarillistas que nos muestran una realidad que hemos aprendido a naturalizar, la de familias indígenas “haraposas”, de cabello ralo, huesos prominentes, pieles pálidas pese a su nativo color moreno, ojos tristes, entre otros signos que en el presente texto son mencionados de manera coloquial, con el único fin de indicar que estas nuevas generaciones de comunidades indígenas están sufriendo de física hambre.

¿Por qué en el presente siglo se ven indígenas muriendo de hambre y antes no?, ¿Se deberá éste fenómeno a que los medios ahora si muestran las desgracias de una población antes ignorada?, o, ¿Será que la intervención de la sociedad occidentalizada es la causante de éstas desgracias?

APAPORIS nos presenta una comunidad sana, saludable y feliz cuando apenas hace 60 años muchos niños tenían su primer contacto con el “hombre blanco”, pero también nos deja ver una sociedad con niños de caras tristes, adultos de huesos prominentes y ante todo una sociedad con miedo. Una sociedad con miedo de ser nuevamente explotada como en la época en que fueron sometidos a la fuerza bruta de los caucheros, con miedo a tener que vivir la violencia cuyas herramientas de guerra fueron fabricadas con el producto de la explotación de su tierra, esa misma tierra que les brinda alimentos fuente de proteína como los insectos, o alimentos fuente de calcio como la coca, esa tierra de cuya exploración han obtenido ancestralmente el conocimiento “para transformar cada día el veneno en alimento” (Dorado Zuñiga, 2010).

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