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Lateralidad


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2012  •  2.198 Palabras (9 Páginas)  •  657 Visitas

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LA LATERALIZACIÓN: ACTIVIDADES LÚDICAS QUE LA DESARROLLAN Y FOMENTAN APRENDIZAJES ESCOLARES

Montserrat Marugán de Miguelsanz

Resumen

El objetivo de este artículo es describir las ideas más relevantes sobre un concepto psicomotriz de tanta relevancia en el contexto escolar como es la lateralidad. Se analizan los tipos de tareas que las pruebas psicométricas utilizan para evaluarla, así como las actividades que padres y educadores podrían usar para averiguar la dominancia lateral de sus hijos y alumnos. Con el fin de ir consolidando la lateralidad del alumno de Educación Infantil y primeros años de Primaria, se efectúa una propuesta de actividades lúdicas que trabajan contenidos básicos del currículo escolar.

Palabras clave

Lateralidad, lateralización, orientación espacial, balance psicomotor, psicomotricidad

LA LATERALIZACIÓN: ACTIVIDADES LÚDICAS QUE LA DESARROLLAN Y FOMENTAN APRENDIZAJES ESCOLARES

La lateralización es el proceso de maduración mediante el cual los niños y niñas desarrollan su preferencia lateral. El cuerpo humano, pese a ser anatómicamente simétrico, presenta una funcionalidad asimétrica, utilizamos preferentemente uno u otro costado corporal (mano, pie, ojo u oído) y ese hecho, en condiciones normales, facilita la especialización y efectividad de la actividad humana.

Este proceso de lateralización está íntimamente relacionado con el desarrollo del esquema corporal y la toma de conciencia del propio cuerpo, así como con la progresiva diferenciación de izquierda-derecha y percepción espacial.

La dominacia lateral: dextralidad, zurdería, ambidextrismo, lateralidad cruzada o mixta o latealidad invertida, puede haber estado determinada por diversas causas, desde factores neurofisiológicos, hasta factores genéticos, o incluso otros factores de tipo ambiental y social, como pueden ser los condicionantes religiosos, el lenguaje, la influencia familiar o el propio diseño de mobiliario y utensilios cotidianos.

En las diversas definiciones que los expertos han aportado sobre la lateralidad, nos encontramos distintos enfoques, desde aquellos que implican directamente a conceptos espaciales, así Tasset (1980), identifica ésta con la comprensión de derecha o izquierda; otros como la definición de Fernández Iriarte (1984), que identifican lateralidad por el predominio funcional de un lado del cuerpo sobre el otro, determinado por la supremacía que un hemisferio cerebral ejerce sobre el otro; y otros, Hildreth o Roudinesco y Thyss cit, por Lerbert (1977) que solo contemplan la predominancia relativa a la mano, olvidándose de los otros segmentos simétricos del cuerpo “diestro es un individuo que se sirve de la mano derecha en la mayoría de las circunstancias que implican una elección de la mano.. ,se denomina zurzo al individuo cuya mano izquierda es más hábil o al menos lo sería si no hubiera ninguna influencia externa que contrarrestase esa tendencia natural”.

Una definición más amplia nos la ofrecen Conde y Viciana (1977) los cuales definen lateralidad como el dominio funcional de un lado del cuerpo sobre el otro que se manifiesta en la preferencia de servirnos selectivamente de un miembro determinado (mano, pie, ojo, oído), para realizar actividades concretas.

Aunque la sociedad se ha vuelto más permisiva con los hijos y alumnos zurdos y está más concienciada de la importancia de respetar la lateralidad natural del niño o niña, sigue existiendo una preocupación de los padres en aquellas edades en las que el niño aún no tiene una lateralidad perfectamente definida y manifiesta respuestas ambidextras. Son los maestros y educadores los que han de tranquilizarles y guiarles para, en caso de existir un trastorno en la adquisición de este proceso, darles pautas de actuación que minimicen las alteraciones y desarrollen una perfecta lateralización del estudiante.

Hoy en día se reconoce ampliamente que la detección precoz de alteraciones del aprendizaje o del comportamiento es una herramienta muy útil para prevenir futuras alteraciones en la escuela (Marugán, 2006). Actualmente poseemos una ingente cantidad de test y pruebas que sirven de evaluación y predicción y aportan indicios sobre aquellos alumnos que deben ser controlados en su escolaridad.

La evaluación de la dominancia lateral puede ser realizada por profesionales especializados, pero también por el profesor en el aula, la sencillez de las pruebas permite un fácil conocimiento de éstas. Existen dos tipos de pruebas de aplicación individual, el primer grupo consta de actividades o cuestionarios de preferencia manual, en las que a los estudiantes se le indican una serie de tareas y ellos deben realizarlas con la mano que prefieran o bien realizar el gesto. Estas tareas han recibido críticas ya que en su realización puede existir una influencia del aprendizaje previo. El otro grupo de pruebas, llamadas pruebas de eficiencia manual cuando se refieren a esta extremidad, averiguan cuál es la mano (el pie, o el ojo) que mayor habilidad demuestra en las tareas propuestas. Se evalúa la fuerza, la manipulación, la estabilidad o el tapping (velocidad de movimiento del dedo), en tareas como por ejemplo puntear, repartir cartas, escritura siumultánea, golpear con un martillo, enhebrar una aguja, recortar, construcción de torres, patear un balón, etc.

Actualmente se han diseñado múltiples instrumentos para la evaluación de la lateralidad y la habilidad manual en todas las edades, que van desde Escalas generales de desarrollo psicomotriz -Balance Psicomotor de Bucher-, hasta aparatos –test de punteado. Tapping Borrad-, hasta programas de Software – Software Minnesota-, hasta test específicos que suelen ser los más utilizados (test de dominancia lateral de Harris, test de Zazzo, Galifret-Granjon “derecha-izquierda”, entre otros). Estos últimos utilizan uno u otro grupo de ítems (preferencia o eficiencia) o bien los combinan para una evaluación más eficaz.

Además de los test se puede utilizar la observación por parte del profesor o la información de los padres, pero quizá sean las actividades de eficiencia manual las que ofrezcan una información más precisa.

Pilar Cobos (1995, 1998) ofrece una selección de actividades para que padres y educadores

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