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Libre comercio, el negocio de la azúcar y por qué los trabajadores solo somos una mercancía más.


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2016  •  Ensayos  •  1.622 Palabras (7 Páginas)  •  203 Visitas

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Libre comercio, el negocio de la azúcar y por qué los trabajadores

solo somos una mercancía más.

La noticia del proyecto de reducción de los aranceles para la importación de azúcar, es la manifestación de la lucha entre poderosos del país, poderosos que siempre han exprimido la sangre de los pobres del campo y la ciudad, sin embargo en su lucha han llamado a los trabajadores para defender los intereses de ellos, y para esto se disfrazan de ser benefactores de la clase obrera.

El sector azucarero nacional está representando por Asocaña que agrupa la producción de los ingenios del Valle del Cauca. ¿Cómo está conformado este sector? Varios grupos empresariales son dueños de los ingenios azucareros, se destaca la Organización Ardila Lule (1) y la vieja aristocracia Valluna con Harold Eder a la cabeza, su tatarabuelo ya explotaba a los campesinos y trabajadores con el negocio de la azúcar desde 1901 (2). En el Valle del Cauca se tienen cultivadas en Caña 225.560 hectáreas (3), los ingenios son propietarios del 25% de las tierras en la cual se cultiva la caña, el restante 75% corresponde a grandes propiedades. Para entender la propiedad de ese restante 75% de las tierras, de se debe saber que en el Valle existe una fuerte “concentración de la propiedad territorial rural con el 5.1% de los propietarios en posesión del 60.9% de la tierra, mientras que el 88,3% de los propietarios solo posee el 22.2%” (4). Los trabajadores son aproximadamente 18 mil hombres, los mismos que en el 2008 lograron paralizar durante dos meses los ingenios Manuelita, Providencia, Central Tumaco, Mayagüez, Pichichí, Castilla, María Luisa, Cauca. Miles de trabajadores contratados por empresas temporales. En resumen, durante la producción de azúcar y alcohol carburante participan Miles de corteros de caña, unos cuantos terratenientes y los dueños de los ingenios. Esa semiesclavitud es la que Robledo y la CUT llaman con ahínco a todos los trabajadores a defender y salvar, como veremos más adelante.

En el otro bando está las multinacionales de comestibles y bebidas (Coca Cola Femsa, Bavaria, Nestle, Bimbo, la Compañía Nacional de Chocolates, Galletas Noel, Casa Luker, entre otros.)(5) quienes fueron los que entablaron la denuncia en el 2012 ante el gobierno por la creación de un cartel azucarero en el país conformado por los ingenios del Valle y estas industrias son las que presionan para la reducción de los aranceles.

Los dos grupos empresariales en disputa, el agroindustrial y las multinacionales de alimentos, llaman a los trabajadores y campesinos pobres en su ayuda para defender sus negocios. La Andi (Asociación de Industriales de Colombia) ya le indicó al gobierno su posición “la racionalización del arancel del azúcar es un avance positivo en el marco de la política comercial nacional” (6) en pocas palabras, la Andi apoyo las multinacionales de alimentos. El gobierno nacional quien es la representación de los industriales ante las demás clases sociales, recibió la orden y tomó cartas en el asunto “A través del proyecto de decreto, el Gobierno busca reducir los aranceles de importación hasta el 70%, y en los próximos tres años hasta el 40%” (7).

Ambos bandos manipulan a los trabajadores

El bando de los agroindustriales del Valle por medio de su principal periódico, El País, le dicen a los trabajadores: “La agroindustria azucarera vallecaucana se declaró ayer preocupada por la inminente expedición de un decreto que rebaja de forma sustancial los aranceles al azúcar importada, lo cual pondría en grave riesgo la estabilidad socioeconómica de 2,2 millones de personas que dependen del sector” (8) Ahora cuando los demás industriales piensan acabarlos, recurren al pueblo trabajador y sumiso. Si, son los mismos agroindustriales que nunca le dieron la oportunidad de estabilidad laboral a miles de corteros de caña, esos 18 mil trabajadores que en 2008 salieron a dar la pelea por más de dos meses por estabilidad laboral, y que se enfrentaron al Esmad por mejorar las condiciones en su fuente de empleo . Lo único valioso en el negocio de la agroindustria son los trabajadores, algo que Robledo ni la CUT ven, lo demás son vampiros para la clase trabajadora.

En el otro bando, las industrias de alimentos, bebidas y el Gobierno no reconocen abiertamente que arruinarán los ingenios azucareros del Valle y que el desempleo inundará los departamentos del sur occidente colombiano. Sin embargo, los industriales de los alimentos necesitan embaucar a los trabajadores también, necesita de su apoyo, la estrategia del gobierno es entretener a la mayoría de los trabajadores diciendo que necesitamos azúcar más barata y la Andí lo ha soportado con estudios “los hogares pagarían $1.300 el kilo, a diferencia de los $1.900 que se pagan ahora” (9) ¡Los industriales luchando por el bienestar de las familias colombianas! Tristemente la mayoría de trabajadores no perciben los verdaderos intereses de los industriales.

¿Y los trabajadores? A la mayoría no les interesa esta lucha entre las clases dominantes, a pesar que el resultado determina su futuro, y la principal Central sindical, la CUT, ha escrito en su periódico “A defender la Producción y el Trabajo nacionales que generan la agroindustria azucarera… Le exigimos a Santos y a su gobierno: deje de perseguir, en favor de multinacionales, al sector azucarero. Estos empresarios [los dueños de los ingenios], y sus gremios, son importantes para el país pues han generado desarrollo regional y nacional…” (10) Así, la posición oficial de los trabajadores está al lado del señor Ardila Lule y de la aristocracia Valluna.

Y la izquierda, con Robledo a la cabeza de los reformistas ha salido en la defensa de los dueños de ingenios azucareros, para esto Robledo le envía una carta pública a Santos en la que afirma “El gobierno todavía está a tiempo de no causarles nuevos daños a azucareros y paneleros” (11). Síntesis, la izquierda y las organizaciones sindicales defienden un sector del empresariado, es decir las organizaciones y sus líderes traicionan a la misma clase que dicen representar.

Un análisis marxista, un análisis de clases en esta lucha de fracciones del empresariado.

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