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Lolita


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2013  •  3.051 Palabras (13 Páginas)  •  247 Visitas

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La hermosa y atrevida novela de Nabokov, escrita en 1955, ha dejado una huella profunda en la cultura occidental, al punto de que el nombre propio de la protagonista, que coincide con el título de la obra, se ha convertido en un sustantivo que es sinónimo de ninfa= “joven hermosa” o “cortesana” según los usos coloquiales que señala el Diccionario de la Real Academia Española en su edición del 2001. Lo que no ha rescatado el recuerdo colectivo, frivolizado por la cultura popular y acentuado, pienso yo, por las dos películas basadas en la Lolita de Nabokov, es la situación de víctima que sufre la niña, Dolores Haze.

La prosa es fascinante, perturbadora y muy bella, y el relato oscila entre el género erótico, la novela policial, el drama psicológico, y el alegato legal presentado como una tardía confesión. Esta riqueza narrativa produce cambios de ánimo en el lector quien modificará su sentir conforme avance en la lectura: rabia e impotencia ante el engaño urdido por el falso padre, sorpresa ante los avances de la niña, dolor por la impostura que tiene que tragarse Charlotte, desconsuelo ante los avatares que le depara la vida a Lolita, y en algunos momentos, hasta compasión por el pederasta. Todo ello expresado con un lenguaje impecable, de trazo fino, que refleja el buen gusto del narrador, hombre complejo, de una exquisita sensibilidad.

Recursos utilizados para contar la historia

¿Cómo consigue Nabokov meternos en la ficción y que nos entreguemos al discurso de H.H. sin ninguna reserva?

1. El relato en primera persona: lo que cuenta Humbert Humbert, es lo que nosotros aceptamos como la historia real. El punto de vista es suyo, él nos convence de lo que él está convencido y no deja espacio para otros puntos de vista. Sabemos lo que él quiere que sepamos: es su defensa ante la justicia, pero también una declaración de amor y el deseo de inmortalizar a su amada.

2. El tono confesional es también un acierto, porque refleja una aparente humildad sumada a una voluntad de entrega total al querer compartir sus vivencias y sus sentimientos. La postura intimista reclama credibilidad: me desnudo para que me comprendan y los invito a conocer todo lo que hubo en mí: atracción, deseo, conciencia de no estar actuando correctamente, maniobras para quedármela y marginarla del mundo por temor a perderla, desesperación, celos, delirio y locura.

3. El reclamo de una publicación póstuma: H.H. dice que una condición para que su escrito salga a la luz es que sea publicado cuando él y Lolita estén muertos. Por lo tanto, no habría posibilidades de cotejarlo con la realidad. Ninguna posibilidad de establecer comparaciones, ninguna versión que cuestione la suya porque Charlotte, la madre de Lolita, también está muerta.

4. El prólogo que precede al cuerpo de la novela es otra trampa literaria muy oportuna. Los prólogos suelen ser comentarios que no pertenecen a la novela, ayudan a comprenderla, la sitúan, la presentan. Y, en la mayoría de los casos, no las escribe el autor. Por lo tanto, es ajeno al relato, no forma parte del discurso narrativo. En Lolita, el prólogo es obra de Nabokov quien crea un personaje ficticio (John Ray, Jr. Doctor en Filosofía) para avalar al testimonio de H.H. En realidad, lo que está avalando es la autenticidad de toda la ficción, y estructurando, de esa manera, la dinámica narrativa: el relato que sigue, asegura John Ray, fue escrito en tales circunstancias y dado que me lo entregó el abogado de H.H, creo que es mi deber dar curso a la voluntad de un reo que murió sin juicio, estando en la cárcel.Como estrategia, señala la responsabilidad moral que asume al publicarlo, pues podemos aprender, según anuncia Ray, la lección de lo que no se debe hacer. O sea, el escritor Nabokov da una atrevida vuelta de tuerca: no piensen que apoyo al protagonista, pero su historia es un buen pretexto para hacer literatura:

“…Cierta desesperada honradez que vibra en su confesión no le absuelve de pecados de diabólica astucia. Es anormal. No es un caballero. Pero ¡con qué magia su violín armonioso conjura en nosotros una ternura, una compasión hacia Lolita que hace que nos sintamos fascinados por el libro al mismo tiempo que abominamos de su autor…

…el impacto ético que el libro tendrá sobre el lector serio; pues en este punzante estudio personal se encierra una lección general; la niña descarriada, la madre egotista, el anheloso maníaco no son tan sólo los protagonistas vigorosamente retratados de una historia única: nos previenen contra peligrosas tendencias, señalan males potenciales.” (pág. 12).

5. El azar: la historia fluye porque Nabokov permite que el azar intervenga y termine por redondearla. Veamos de qué manera interviene el azar:

1. Humbert hereda dinero de su tío, lo cual le permitirá, más adelante, viajar con Lolita sin tener que sufrir problemas económicos.

2. Decide retirse una temporada en la casa de la familia Mc Coo a escribir, pero como la casa de los Mc Coo se quema, lo derivan a la casa de Charlotte;

3. Se casa con la madre para quedarse cerca de Lolita, pero Charlotte muere en un accidente de tráfico.

4. H.H. consigue rescatar las cartas que ella estaba enviando al descubrir la verdad de su matrimonio. Al no haber cartas, se silencia la versión de Charlotte y así H.H. puede engañar a los amigos respecto a su paternidad “secreta”. Esta situación falsa, le concede una mayor libertad respecto a la niña: puede recogerla del colegio y llevársela a vivir con él sin que nadie vea nada sospechoso en ello.

5. La mención a Clare Quilty como dramaturgo norteamericano, en un libro que hojea Humbert antes incluso de conocer a Lolita, es otro dato importante. El hecho de haberlo registrado como personaje “real” dentro de la ficción, lo convierte en una persona que existe con autonomía de los celos y la relación de éste con Lolita, luego el azar hará que sea su profesor de teatro y que suceda lo que sucede.

Todos estos detalles de la ficción son determinantes porque establecen el status quo para que surja la trama con naturalidad, presentando la cercanía de los dos protagonistas dentro de una, aparente, situación normal.

6. El humor: las constantes notas de humor aligeran el tono dramático y ayudan a sugerir la locura de H.H., quien se ríe de sí mismo en momentos en donde la risa no tendría cabida. La ironía contribuye a crear cierta complicidad entre el lector con el narrador- protagonista quien, consciente de su lado patético, antes de que el lector pueda juzgarlo, da un paso adelante y ofrece una caricatura de sí mismo, tomando una distancia tal que se observa como

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