Los Niños Sacrificados

Imaginaba que el ser humano era lo especialmente razonable como para evitar estas situaciones, sin embargo me doy cuenta que solo son ilusiones que nos da a entender la sociedad.

Esta obra teatral, me ha sorprendido. Ahora me doy cuenta de la frialdad del ser humano, de la complejidad que puede ser. Y que no podría considerarlo como alguien racional. La madre tan desinteresada, con tal de que no la dejaran por no estar en la calle, sacrifico a sus hijos por sentir esa seguridad, que, con el perdón de la palabra, pero me parecen “chingaderas”.

El respeto algo que se ha perdido en la sociedad, principalmente en los países 100% capitalistas, donde una persona vale por lo que tenga, no por lo que en verdad vale. Para mí las personas somos iguales.

Nos hemos convertido en una sociedad demasiado perversa, que permite el abuso de infantes. Eso es algo garrafal, tan asqueroso, que de verdad merecen sufrir la gente que practique estas cosas. Como los padres pedófilos; que lo único que puede hacer el vaticano es solaparlos de las porquerías que hacen.

Lo único que podría recalcar es la necesidad de denunciar a estas “personas”, que solo hacen robar el aire.

Para estas personas el estar con la sociedad no les sienta bien, porque no están psicológicamente bien, y se les debería internar, por las porquerías que tan en la cabeza. Y no solo eso, tratar de que salgan adelante.

Lo más importante de la obra, es al no abuso de infantes que últimamente va aumentado, puesto que las autoridades, tan ineptas en esto, no saben cómo controlarlas. La denuncia es la opción más necesaria, pero a veces no es lo esperado

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