Los Olvidados (Luis Buñuel, 1950)

La sinopsis: Pedro y “Jaibo” forman parte de una banda de delincuentes en un barrio pobre de la ciudad de México. Roban a un ciego (Don Carmelo) que acaba de contratar como su lazarillo a “Ojitos”, niño indio quien ha sido abandonado por su padre. Entre las fechorías de la banda está un ataque a un lisiado. “Jaibo” mata a Julián –joven trabajador- al que acusa de traición. Pedro busca desesperadamente el amor de su madre (Marta), pero ella muestra signos de odio hacia él, argumentando que es el producto de una violación. Ella lo lleva a la correccional, acusado de un robo (obra de “Jaibo”). Marta y “Jaibo” comienzan una relación carnal. Los dos chicos se vuelven a encontrar fuera del reformatorio. “Jaibo” mata a Pedro. Finalmente, la policía mata a “Jaibo” a balazos.

Voy a analizar “Los olvidados” siguiendo tres ideas principales. En une primera parte, veremos que es un retrato muy particular y sutil de la miseria; luego, estudiaremos los personajes de la película y la construcción de sus relaciones. Para terminar, abordaremos otras pistas de comprensión de esta obra maestra…

I- “Los olvidados”: retrato de la miseria y de sus atributos.

“Los olvidados” es esencialmente una película sobre la pobreza. Buñuel se inspiró de Sciuscia de Vittorio de Sica (que ya ponía en escena niños de la calle en Roma, en 1946).

A- Una película-demonstración: la tesis de Buñuel.

¿Cómo Buñuel introduce la miseria, de qué punto de vista intelectual se posiciona? Desde el principio (con los títulos de créditos) de la película, la construcción de la narración es muy rigorosa. Los primeros minutos son como la introducción de una argumentación. Los títulos desfilan sobre la imagen fija de la casa de Meche (que aparecerá cuatro veces en la película), eso es como el lema de la introducción, el tema general (la miseria, con algo casi abstracto también: es difícil reconocer aquí una casa de un barrio pobre de México). La escena de apertura es muy sorprendente: vemos imágenes de tres ciudades con fundidos encadenados (Londres, Nueva-York, Paris) y una voz en off (que desaparece en toda la secuela de la peli) anuncia el tema, la problemática: el problema de la pobreza, “el mundo de los olvidados” es una realidad universal. El caso de México es un ejemplo de este fenómeno invisible. La voz toma mucha precaución: Los olvidados no será una película que va juzgar sino que va a describir, a revelar un problema; no tratará de moralidad, de lo bueno o de lo malo, de las culpas, será una fresca, una observación social. Esta escena de apertura es muy demostrativa, académica, como si Buñuel anticipara las críticas potenciales sobre el carácter militante de su trabajo por ejemplo.

Esta precaución se encuentra en toda la película, a lo largo de una narración linearía (no hay flashbacks, no hay prolepsis): nos cuenta una realidad supuestamente bruta. El análisis de Buñuel es compuesto de naturalismo (los personajes son tipos cuyo comportamiento puede ser modelizado) y realismo (es una película social). En la escuela, al fin de la película, el profesor dice: “si podíamos poner la miseria en cárcel”. Si ningún maniqueísmo y con mucho rigor, Buñuel habla esencialmente de victimas. Sólo la pobreza es culpable.

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