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LOS SIETE HABITOS DE LA GENTE


Enviado por   •  2 de Abril de 2014  •  3.265 Palabras (14 Páginas)  •  196 Visitas

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LOS SIETE HABITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFICAZ

Los 7 hábitos que muestra Sthepen Covey, presentan una nueva forma para cambiar estos paradigmas, al instaurar nuevos hábitos que le permitirán escapar de la inercia y encaminarse hacia sus objetivos. Los tres primeros hábitos tratan del auto-dominio. Es decir, están orientados a lograr el crecimiento de la personalidad para obtener la independencia. Los siguientes tres hábitos tratan de las relaciones con los demás, trabajo en equipo, cooperación y comunicaciones; están orientados a lograr la interdependencia. Finalmente, el hábito siete, se refiere a la renovación continua que le llevará a entender mejor los hábitos restantes.

PRIMER HABITO.- SEA PROACTIVO

Si bien la palabra proactividad, no significa sólo tomar la iniciativa. Significa que, como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas, de nuestras propias conductas, de nuestras propias decisiones. Por el contrario, si otorgamos poder a las cosas para que nos controlen, nos volvemos reactivos, y se debe a que nosotros les hemos dado ese poder. El carácter de las personas reactivas se ve influenciada por los factores físicos, sociales o psicológicos, en cambio las personas proactivas realizan un trabajo de calidad, sin importar que haga un buen tiempo o no, que se les revise el trabajo o no. Las personas proactivas también son influenciadas por esos factores, pero la diferencia es que su respuesta es una elección basada en valores. Centran sus esfuerzos en el círculo de influencias. Se dedican a las cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva: se amplía y aumenta, lo cual conduce a la ampliación del círculo de influencia. Por otra parte, las personas reactivas centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación. Su foco se sitúa en los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. De ello resultan sentimientos de culpa y acusaciones, un lenguaje reactivo y sentimientos intensificados de aguda impotencia.

Tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan. Tomar la iniciativa no significa ser insistente, molesto o agresivo, o tener siempre la razón, o ser siempre el que habla primero o habla más. Significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer y poner lo mejor de nuestra parte para que las cosas sucedan.

Las personas reactivas se ven a menudo afectadas por su ambiente físico. Si el tiempo es bueno, se sienten bien. Si no lo es, afecta a sus actitudes y su comportamiento. Las personas proactivas llevan consigo su propio clima, el hecho de que llueva o brille el sol no supone ninguna diferencia para ellas, su fuerza impulsiva reside en los valores, y su valor es hacer un trabajo de buena calidad, no depende de que haga buen tiempo o no. Las personas reactivas se ven también afectadas por el ambiente social, cuando se les trata bien, se sienten bien, cuando no las tratan bien, se vuelven defensivas o autoprotectoras, construyen sus vidas emocionales en torno a la conducta de los otros, permitiendo que los defectos de las otras personas las controlen. Las personas proactivas se ven influidas por los estímulos externos, sean físicos, sociales o psicológicos, pero su respuesta a los estímulos, consciente o inconsciente, es una elección o respuesta basada en valores. Si pensamos que el problema está ahí afuera, ese es el problema, ya que esperamos a que cambie lo que está afuera, antes que nosotros cambiemos. Es por eso que debemos cambiar de adentro hacia fuera; y no de afuera hacia adentro. El modo más positivo en que yo puedo influir en mi situación consiste en trabajar sobre mí mismo.

SEGUNDO HABITO.- EMPIECE CON UN FIN EN MENTE

Consiste en empezar hoy con la imagen, el cuadro o el paradigma de vida como marco de referencia o criterio para el examen de todas las otras cosas. Significa comenzar con una clara comprensión de nuestro destino. Significa saber adónde se está yendo, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está, y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta. Podemos estar muy atareados, podemos ser muy eficientes, pero solo seremos también verdaderamente efectivos cuando empecemos con un fin en mente.El hábito de empezar con un fin en mente se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero un creación mental, y luego una creación física. Ejemplo: Antes de emprender un viaje, fijamos nuestro destino y planificamos la mejor ruta. En la medida en que comprendamos el principio de las dos creaciones y aceptamos la responsabilidad de ambas, actuaremos dentro de los límites de nuestro círculo de influencia y lo ampliaremos. En la medida en que no operemos en armonía con este principio y nos hagamos cargo de la primera creación, reduciremos ese círculo.

Este hábito se basa en principios de liderazgo personal, por lo cual el liderazgo es la primera creación, y la administración es la segunda creación. Liderazgo no es administración. El liderazgo aborda el límite superior, determina si la escalera está o no apoyada en el lugar correcto; en cambio la administración se centra en el límite inferior y busca la eficiencia en el ascenso por la escalera del éxito. La metamorfosis que tiene lugar en todas las industrias y profesiones requiere liderazgo primero y administración después.

TERCER HABITO.- ESTABLEZCA PRIMERO LO PRIMERO

El tercer hábito es el fruto personal, la realización práctica del primero y el segundo. El tercer hábito es la segunda creación, es la creación física. Es la realización, la actualización, la aparición natural del primero y segundo hábito. Es el ejercicio de la voluntad independiente que pasa a ser centrado en principios. Es la puesta en práctica incesante, momento a momento. En el tercer hábito abordamos muchas de las cuestiones concernientes al campo de la administración de la vida y el tiempo. Es por eso que debemos organizar y ejecutar según prioridades.

Existen tres generaciones:

Primera generación que se caracteriza por notas y listas de tareas. La segunda generación se caracteriza por agendas. Y la tercera generación refleja el campo actual de la administración del tiempo, planifican día tras día, pero da prioridad a los cuadrantes 1 y 3. Esta emergiendo una cuarta generación, la cual no consiste en administrar el tiempo, sino administrarnos a nosotros mismos. Esta desea mantener el equilibrio P/CP.

El foco esencial de la cuarta generación se puede captar con el siguiente cuadro:

URGENTE NO URGENTE

IMPORTANTE I

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