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Léxico Y Terminología Jurídica

joseboro17 de Agosto de 2011

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INDICE

Anfibología

Paronimia

Sinonimia

Connotación

Denotación

Lexicón.

Glosario.

Semiótica

Lingüística

Resumen Teoría de los Valores de Risieri Frondizi.

Principios rectores Derecho Civil.

Principios rectores Derecho Penal.

Principios rectores Derecho Laboral

Falacias argumentativas:

• Argumentum ad hominem

• Argumentum ad pupulum

• Argumentum ad verecundiam

• Argumentum ad ignoratiam

• Argumentum ad baculum

• Falatia Tu quoque

Aportaciones a la filosofía del lenguaje de los siguientes autores:

• Ludwig Von Wittgenstein

• Rudolf Carnap

• John Searle

ANFIBOLOGÍA

Del griego anphibología, ‘ambiguo, equívoco’. Doble sentido de una palabra a la que se le puede dar más de una interpretación; es recurso estilístico cuando se usa voluntariamente para exhibir el ingenio, como ocurre en el conceptismo, que lo tiene por uno de sus tropos preferidos; es vicio estilístico si es involuntaria y provoca ambigüedad pecando contra la precisión, por ejemplo tu/tú que puede ser determinante posesivo o pronombre personal. Normalmente se resuelve, como prescribe la Ortografía académica, acentuando una de ellas en función diacrítica o distintiva.

La anfibología es el empleo de frases o palabras con más de una interpretación. También se la llama disemia (dos significados) o polisemia (varios significados).

Una anfibología puede sugerir más de una interpretación. Para evitar esto, es necesario volver a escribir y acomodar las palabras de manera que las ideas estén lo más claras posibles.

Ejemplos:

Fuimos al hipódromo y después al zoológico. Te dejamos un recado para que nos alcanzaras allá. (Dónde? ¿En el hipódromo, o en el zoológico?)

Me encanta que hagas de comer enchiladas, porque el arroz es mi comida favorita. La próxima semana comemos eso. ( Qué van a comer enchiladas o arroz ?

Fui a comprarme un abrigo a la tienda y después al cine, te deje dicho que me alcanzaras. (¿ Dónde, en la tienda o en al cine ?

Mi carro es compacto porque no me se estacionar bien, para que se me haga más fácil, por eso me voy a comprar la camioneta que me encanta. ( Prefiere un carro compacto o una camioneta )

PARONIMIA

Parónimos son dos o más palabras que tienen pronunciación parecida, pero ortografía y significado distintos. En caso de que la pronunciación sea idéntica, se habla de homofonía

Las palabras parónimas son aquellas que tienen formal y fonéticamente un gran parecido, pero su significado es distinto

La semejanza formal de estos vocablos ocasiona algunos errores que debemos evitar. Observa el uso correcto de algunas parejas de palabras parónimas:

Aquel hombre murió en acto ("hecho") de servicio

Aquel hombre era apto ("idóneo") para ese servicio

No me gusta relevar ("sustituir") a Pedro en esta tarea

No me gusta revelar ("dar a conocer") los secretos

SINONIMIA

La palabra sinonimia puede referirse a dos cosas:

• En semántica, sinonimia es una relación de semejanza de significados entre determinadas palabras.

• En nomenclatura, sinonimia se refiere a la existencia de más de un nombre para un taxón.

Dos o más palabras son sinónimas si tienen el mismo significado. Es decir, la sinonimia consiste en la igualdad de significado, cuando existen diferentes significantes. Algunas lingüistas niegan la sinonimia, pues en realidad no habría dos palabras con un significado totalmente exacto. O cuando menos, sería prácticamente imposible encontrar palabras con el mismo significado teniendo en cuenta todas sus acepciones y contextos en los que podría aparecer. Por ello, se pueden distinguir diversas formas en que puede presentarse la sinonimia:

Sinonimia conceptual: Los significados denotativos son plenamente coincidentes. Ej: listo=inteligente

Sinonimia connotativa: Puede, en ocasiones, no haber coincidencia denotativa; sin embargo esto no impediría que se consideren sinónimos por los valores connotativos que encierran. Ej: listo=zorro

Sinonimia contextual: En determinados contextos, se pueden stablecer ciertas sinonimias que serían impensables en otros. Ej: listo=preparado, en contextos como ¿Estás listo?

CONNOTACIÓN Y DENOTACIÓN

Dentro de la gramática encontramos el criterio semántico que se refiere a las significaciones, denotación y connotación de los signos en el lenguaje. Del cual podemos decir que todo signo tiene designado, pero no todo signo denotado. Explicaremos mejor esto. Cualquier cosa que usemos como signo, sin excepción, significa algo. Sin embargo, no siempre eso que es significado por el signo, tiene o tuvo existencia concreta. Puede ocurrir, como de hecho ocurre, que el contenido de ese signo sea una construcción de alguna o algunas personas con o sin un fin específico. Por ejemplo, “centauro” o “unicornio” son signos que no tuvieron ni tienen algo concreto que significar, y no por eso decimos que no significan nada.

Cada uno en su caso designa una entidad, una producción (mítica en este caso, de ficción en otro, o simplemente una mentira: significar algo que no tiene su correlato en la realidad) de la cultura, sin denotado o referente (aun cuando estos dos conceptos tienen o se aplican en semiótica de modo diferente, nosotros no usaremos aquí esa distinción y los tomaremos como equivalentes).

Tener denotado implica que puedo reconocer el referente; es decir, el objeto, el hecho o la circunstancia a la que el signo hace referencia. ¿Por qué es importante esta distinción? Sencillamente, porque con los signos se construyen lenguajes (lenguaje verbal, escrito, visual, publicitario, cinematográfico, matemático, etc.). Con los lenguajes se cumplen distintas funciones: se puede informar (o desinformar), se puede divertir, se puede ordenar, se puede expresar sentimientos, se puede decir la verdad o se puede engañar.

El contenido de un signo es la idea que nosotros adquirimos sobre una cosa, hecho o situación que puede o no existir. El referente es cualquier cosa concreta significada por otra, y la expresión de un signo es el material con que se elabora o se expresa un significante.

Podemos distinguir cuándo un signo o un conjunto de signos (una palabra, un texto, una imagen) se refiere a un objeto que realmente existe, o cuándo un signo no hace más que asignar un contenido sin referente. Designar es expresar el contenido y no el referente. Sin embargo, siempre que designamos el contenido de un signo, invariablemente le añadimos nuestras propias connotaciones, que en cualquier caso están condicionadas por el medio en el que vivimos.

Veamos un ejemplo típico. Normalmente los sectores medios y altos de la sociedad hacen una valoración de los sectores populares de acuerdo con su forma de vida (también los sectores medios y altos de acuerdo con sus propios condicionamientos, sólo que el peso y la incidencia que estas valoraciones pueden tener y la difusión que pueden alcanzar es tan escasa, que no alcanzan a gravitar en el conjunto).

La denotación nos permite construir premisas inciertas e hipotéticas. Por ejemplo, cuando observo que en un cenicero hay un cigarrillo apagado, pero del que todavía sale humo, presumo que alguien estuvo en ese lugar un instante antes. Esa presunción la obtengo por una abducción del tipo: “Aquí no hay nadie. Sin embrago, en ese cenicero hay un cigarrillo que fue apagado no hace mucho. Por lo tanto, alguien pasó por aquí hace un instante”. Luego, la inducción y la deducción me permitirán probar o desmentir mi hipótesis. Por eso, la abducción pertenece a la lógica del descubrimiento, mientras que la inducción y la deducción pertenecen a la lógica de la prueba, porque necesitan partir de premisas ciertas, comprobadas o aceptadas, y explicitadas.

El conocimiento que obtenemos a partir de las interpretaciones que hacemos por abducción es siempre aproximado y falible. Eso significa que puede corregirse y reformularse. De manera que hay que tener en cuenta que la abducción no conduce a verdades absolutas, sino sólo a aproximaciones de la verdad. Pero ése es justamente su objeto: hacernos ir más allá de lo que sabemos, a partir de sucesivos descubrimientos.

En el tratamiento teórico usual, la denotación es definida por su literalidad mientras que la connotación consiste en el valor simbólico. Esta oposición, que se funda en la disyuntiva entre sintagmática y paradigmática, puede ser, primero, profundizada, explorando su sentido y segundo, criticada en base a los desarrollos posteriores de la teoría del discurso.

Que la denotación sea literal significa que se basa en un estrato material y físico, que no es el objeto referencial, sino que el significante. La connotación es más abstracta, no está pegada al significante. El eje de la denotación y connotación no puede basarse en la arbitrariedad.

Si se entiende que la denotación posee un significado cristalizado, fosilizado, como el incluido en los diccionarios, se verá a la connotación como teniendo, en cambio, un significado más socializado, más ligado a los códigos, y a la subconsciencia del hablante. De esta manera, se

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