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MODUS OPERANDI: EL SECUESTRADOR, PERFIL CRIMINOLÓGICO


Enviado por   •  13 de Agosto de 2014  •  Síntesis  •  2.941 Palabras (12 Páginas)  •  742 Visitas

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MODUS OPERANDI: EL SECUESTRADOR, PERFIL CRIMINOLÓGICO

Publicado: abril 4, 2013 en Criminologia

Etiquetas:criminologia, perfil criminal, politica criminal, secuestro. 0

Mocha Orejas

El estudio del perfil del victimario en casos de secuestro, es esencial para entender y contestarnos las preguntas básicas de la investigación criminal en cuanto al ¿Quién?, se vuelve muy importante la perfilación de estos sujetos de conducta antisocial, ya que realizando esta técnica criminológica, tendremos la información necesaria del sujeto para darle un orden y de ahí partir a una investigación efectiva del delito de secuestro, puesto que tendremos todas las herramientas para combatir de manera frontal este delito, y al realizar un trabajo de inteligencia de campo, el agente encubierto podrá explotar a su favor todos los recursos de información de los que se ha allegado, incluyendo dentro de estos recursos el perfil criminológico de los delincuentes que cometen esta alevosa conducta criminal.

Si bien es cierto, es muy difícil llegar a una perfilación única del secuestrador, ya que este delito, por la facilidad de comisión y por sus distintas clasificaciones y formas, no es igual quien comete un secuestro tradicional que el que comete un secuestro exprés, razón por la cual, al realizar la búsqueda de un perfil del delincuente dedicado al secuestro, encontramos una gran diferencia de perfiles, ya que encontramos perfiles diversos que depende de la función que se realice, ya que algunos solo participan en la preparación, otros en la ejecución, otros en el cuidado y unos más en la negociación de este delito.

PERFIL DE LOS SECUESTRADORES

De acuerdo a la nota publicada por Notimex el Domingo 2 de agosto del 2009, informo que la SSPF presento un informe sobre el perfil de los secuestradores en México, el cual indica que generalmente se trata de jóvenes que se dedican al comercio informal y que por su adicción a las drogas terminan cometiendo el delito de secuestro, ya que a mayor consumo de droga las conducta delictivas va evolucionando hasta llegar a la cúspide de la pirámide del delito, involucrándose en la comisión de el hecho criminal en estudio, como ya lo mencionamos anteriormente por la facilidad en la comisión del secuestro y el beneficio económico que ello lleva implícito, ya que el factor sorpresa está del lado del victimario cuando la víctima NO ESPERA LO INESPERADO.

También menciona dicho informe, que la cifra de secuestradores encarcelados ascendió a 9,014 personas hasta la fecha de presentación del mismo, es decir hasta agosto del año 2009, lo cual incremento en un 19.96 % con relación al año anterior, en el cual se sometió a prisión a 7,514 personas por la comisión de este delito de privación de libertad personal.

Señalan en su informe “El Secuestro: Conceptos y Estrategias de Atención”, que el perfil del secuestrador es el siguiente: la mayoría tienen entre 22 y 35 años, comienza robando pero en buena medida por su adicción a las drogas se convierten en secuestradores tal cual lo hemos mencionado anteriormente.

Las personas dedicadas a este delito suelen ser choferes o personas dedicadas al comercio informal en un principio, procedentes de familias disfuncionales, quienes con la intención de aumentar sus percepciones económicas se involucran en el negocio del secuestro.

La actividad inicial de estos delincuentes es el robo en la calle, posteriormente a lugares cerrados y más tarde se da el asalto a vehículos de carga y a conductores, para posteriormente realizar asaltos a bancos y vehículos blindados de traslado de valores, culminando con la comisión del delito de secuestro, es en sí, toda una carrera criminal para llegar a la comisión del secuestro. En muchos sujetos este periodo de aprendizaje se dio en el breve lapso de un año y medio.

Este estudio se elaboro en base al análisis del perfil de 685 secuestradores capturados en los últimos 31 meses a la fecha de presentación del estudio; así mismo, se señala que en el país hay tres tipos esenciales de secuestro, el de “alto impacto”, que perpetran grupos armados o radicales, los relacionados con el “crimen organizado”, que buscan captar recursos para las mafias, y los “exprés” que se hacen para extorsionar, captar recursos con facilidad y por venganzas o motivos pasionales.

En relación con los rescates, durante el 2009, los secuestradores solicitaron un promedio de 9.7 millones de pesos por cada secuestrado, por debajo de los 14 millones que demandaban en el 2008. Sin embargo, de los montos que los secuestradores solicitan solo se llega a pagar el 5.5% de los mismos.

De igual manera y de conformidad con el estudio realizado por la LXI Legislatura del Congreso de la Unión y su Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública,[2] se establece de manera general el siguiente perfil para aquellos que realizaron este delito en el D.F. y el Estado de México:

La información disponible coincide en señalar que los secuestradores, en general, tienen un nivel considerable de integración social.

Para quienes delinquieron en el DF y Estado de México, se trata de personas con una edad promedio de 31años; en 81 % de los casos con tres hijos en promedio; también en 81 % con un trabajo en el mes previo a su detención. 22 % prestó sus servicios en las fuerzas armadas o en la policía.

Las bandas están integradas, en su mayoría, por entre tres y nueve personas, entre las cuales es frecuente encontrar vínculos familiares.

Los antecedentes penales no parecen tener una presencia mayoritaria, aunque sí está presente en una quinta parte de las personas detenidas.

Entre los secuestradores detenidos por la Policía Federal, muchas características tienen una gran coincidencia con la descrita anteriormente: la mayoría tienen entre 22 y 35 años de edad; eran choferes o personas dedicadas al comercio informal.

Su carrera delictiva marca una espiral creciente de especialización y violencia: se iniciaron con robo, continuaron con asaltos bancarios o a transportes de valores y continuaron con secuestros. Este ciclo se puede cumplir en un año o año y medio.

En 2008, en casi 30 % de los secuestros denunciados, las autoridades identificaron la participación de grupos de delincuencia organizada.

La siguiente información es extraída del documento elaborado por Carlos J. Villalta, “Perfiles criminales: secuestro”, presentado en el foro “Alto al secuestro”, Senado de la República, marzo

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