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MONOGRAFÍA CENTROAMERICANA

vicareMonografía14 de Junio de 2017

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INTRODUCCIÓN


El humor es uno de los principales componentes de la sátira, su intención es criticar y divertir a la vez. La Real Academia Española (RAE) define la sátira como: “la composición en verso o prosa cuyo objeto es censurar o ridiculizar a alguien o algo”, las obras satíricas, por ende, atacan los cimientos de la sociedad, en donde el autor expresa su desacuerdo con el mundo y su visión de éste como una permanente injusticia           (Feiberg, 1963).  

        Con este trabajo se pretende rastrear el tono satírico, que llega al humor negro en los relatos breves de La oveja negra y demás fábulas del escritor guatemalteco Augusto Monterroso. En un primer momento se hace un recorrido a través de la historia para comprender la evolución del término “humor” a nivel de significación y cómo éste llega a emplearse en el mundo literario. También se presenta una biografía del escritor con hechos concretos sobre los cargos políticos que desempeñó en el gobierno, las razones de su exilio en México y su acercamiento con la literatura y cómo ésta se convierte en un medio para satirizar a la sociedad, a través del humor.

        Se presenta además la clasificación que hace Santiago Vilas sobre los humoristas a los que divide en tres grupos, esto permite ubicar a Monterroso dentro del segundo; los que se dedican al deleite estético.

Más adelante se muestra el humor negro como estrategia narrativa y por último se introduce el libro La oveja negra y demás fábulas y la recepción crítica que tuvo la obra, además algunos retazos de entrevistas hechas a Monterroso sobre la valoración que da a su obra.

MARCO SOCIO HISTÓRICO


En este apartado se pretende hacer algunas aproximaciones históricas para comprender cómo se adopta el género “humor negro” en el quehacer literario y por ende en la crítica literaria, así mismo, rastrear en la vida del escritor guatemalteco, Augusto Monterroso, las razones del por qué recurre a este género literario.

        Es preciso hablar de los antiguos griegos para conocer su perspectiva con respecto al humor y cómo ese término se vuelve un recurso literario. Hipócrates y otros griegos, creían que el cuerpo humano contenía cuatro líquidos básicos llamados “Humores”  los cuales se relacionaban con los cuatro elementos: aire, fuego, tierra y agua. Estos líquidos eran la sangre (aire), la bilis amarilla (fuego), la bilis negra (tierra) y la flema (agua). Su balance era considerado esencial para preservar una buena salud (Ferreira, 2013).

Durante la antigüedad, la edad media y buena parte de la edad moderna, la medicina se basó en los principios galénicos de los cuatro humores o líquidos dominantes en el cuerpo. Así, han sobrevivido muchas palabras relacionadas con estos humores en el lenguaje actual. Entre ellas destaca la bilis negra o “humor negro”. Cuando éste predominaba en el cuerpo humano, se consideraba que producía tristeza, pesimismo, mala voluntad, por lo que actualmente se le llama “humor negro” a la voluntad de reírse de todos aquellos temas más oscuros y dolorosos para el ser humano, que, por norma general, suelen resultar controvertidos y polémicos para la sociedad porque están relacionados con la moral (Ferrerira, 2013).

Hasta el siglo XVIII, el término <> formaba parte del vocabulario médico. Los diversos temperamentos humanos se dividían en humores, como se ha dicho anteriormente. A partir del siglo XIX, los ingleses incorporaron el concepto en el vocabulario de la crítica para designar un género literario. Debido a que la adopción literaria ocurrió durante el romanticismo, caracterizado por su carácter idealista, el vocablo tomó solamente la acepción positiva. En esta tradición no había cabida para lo que representaba  el <>, la sátira o la crítica (Acevedo, 1966).  

A partir de los trabajos de Freud, la crítica comienza a manifestar interés por el humor negro. Con el tiempo, se ha constituido en vehículo privilegiado por los escritores para expresar su desprecio hacia los valores de una sociedad hipócrita.

Éste género literario, se desarrolla especialmente en contextos sociales problemáticos y en periodo de inestabilidad. Es por eso que, los escritores centroamericanos inmersos en un escenario especialmente conflictivo, “utilizan el humor como mecanismo de defensa ante un mundo irracional dominado por la violencia” (Gilden, 1981, p. 81) tal es el caso de Augusto Monterroso quien posee un alto sentido del humor.

La obra de este escritor está permeada del humor negro. Para comprender el por qué Augusto Monterroso recurre a este género literario, es necesario conocer parte de su vida ya que ofrece algunos elementos fundamentales; se debe comprender su compromiso político, su lucha contra las dictaduras, y su rechazo a la opresión de las potencias imperialistas, su exilio en México y, finalmente su vinculación al mundo de la literatura (Jiménez, 2000).

Monterroso, nace en Tegucigalpa, Honduras, sin embargo es considerado en el mundo como un autor guatemalteco. Su infancia y juventud la vivió en Guatemala, tiempo más tarde llega a México como un exiliado político, donde se establece  y desarrolla su valiosa vida literaria. Cuando cumple catorce años, se ve en la necesidad, debido a la mala situación económica de su familia, a trabajar como contable en una carnicería. En esa época uno de sus jefes le estimuló a leer a los autores clásicos, es así como nace su afán de aprender de forma autodidacta. En los años 40s entabla sus primeras amistades literarias, constituyendo así la denominada Generación del 40, ésta generación se sentía muy comprometida con la situación de su país, por lo que sus miembros alternan las labores literarias con la actividad política (Jiménez, XXX). Éstos jóvenes lucharon contra la dictadura militar en un contexto social marcado por el miedo y la falta de libertad (Jiménez, 2000).   En 1944 estallaron revueltas contra el gobierno del general Jorge Ubico, en las que participó Monterroso. Tras la caída de Ubico, colabora en la fundación del periódico político El Espectador. El clima de libertad no duró mucho, el general  Federico Ponce, nuevo presidente de la República, lo apresa, pero el escritor consigue escapar de prisión el septiembre de 1944 y pide acilo en la Embajada de México, es así como comienza el periodo de exilio, aspecto fundamental para comprender algunos de sus textos.

Todos estos acontecimientos le llevaron a expresar lo siguiente:

El medio y la época en que me formé, la Guatemala de los últimos treinta y los primeros cuarenta, del dictador Jorge Ubico y sus catorce años de despotismo no ilustrado, y de la segunda Guerra Mundial, contribuyeron sin duda a que actualmente piense como pienso y responda al momento presente  en la forma en que lo hago. (…) Mi formación fue esa, y mis reacciones como individuo siguen siendo las de una profunda preocupación por la suerte de mi pueblo y mi país (La letra, p. 129-130).

        En el mismo año de 1944 estalla en Guatemala la Revolución de Octubre, encabezada por Jacobo Arbenz. Monterroso consigue un  cargo en el consulado guatemalteco de México, prolongando así su estadía en ese país hasta 1953. Tras el derrocamiento de Arbenz por la intervención de los Estados Unidos, y con el ascenso al poder del nuevo dictador Carlos Castillo Armas, renunció a su cargo y se exilió en Chile donde conoce a escritores como Gonzalez Vera y  Manuel Rojas, trabajando como secretario de Pablo Neruda en La Gaceta de Chile. En 1956 regresa a México donde permaneció hasta el día de su muerte.

        Todos estos datos sobre la vida de Monterroso ofrecen, por consiguiente, algunos elementos fundamentales para comprender la significación del modo satírico en su obra. El arte de narrar y la clase de relatos breves que de él resultan por la forma que revelan, están profundamente arraigados en la sociedad y en la historia que le ha tocado vivir; la modernidad más contemporánea, caracterizada por la continua autodestrucción de la humanidad. Esta realidad socio-histórica genera un tipo de cultura que es esencialmente pesimista y sobre todo, crítica: una profunda y permanente autoconsciencia crítica le es indispensable a la persona que vive en él.

El humor negro en los micro relatos de                            La oveja negra y demás fábulas de Augusto Monterroso


Muchos estudios se  han realizado sobre la escritura humorística de Augusto Monterroso, uno de ellos es el de Francisca Noguerón Jiménez en La trampa en la sonrisa. Sátira en la narrativa de Augusto Monterroso, de 1995:

El acercamiento teórico al concepto de sátira nos ha permitido comprobar el cambio de valor semántico que ha sufrido el término a lo largo de la historia, pues ha pasado de ser considerado un género a la categoría más universal de modo literario. Aunque evito cualquier tipo de definición prescriptiva, he establecido una serie de rasgos fundamentales en el texto satírico como son la crítica al hombre y su entorno, la utilización de modos oblicuos de expresión y, finalmente, el recurso al humor negro en sus vertientes absurda y grotesca, elementos todos que veremos plasmados en la obra de Augusto Monterroso. (Noguerol, 1995, p. 30 -35)

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