Madame Bovary

En cuestión de tabúes el siglo en el que está situada la obra no es tan distinto al presente, la sociedad de aquel tiempo tiene muchas características similares a las de ahora, nos han hecho prisioneros a lo largo de la historia a las mismas cadenas. Seguimos viviendo en un mundo en el que como dice John Lennon ¨Ahí que escondernos para hacer el amor, pero la violencia se practica a plena luz del día¨. Aún, la feminidad va de la mano con la castidad, la sumisión sigue siendo una característica de una buena mujer o una buena esposa, la pasión se considera algo totalmente irracional.

Actuar haciendo lo que sientes ha sido en todo momento un acto de rebelión, la misma sociedad nos ha orillado día a día a una lucha egoísta e individual de defender el placer, la realización de nuestros sueños y deseos, aquello que violenta la sociedad, disfrazándolo de pecado; eso o el sometimiento de nuestra vida a cambio de las promesas eternas. Como manifiesta Mario Vargas Llosa en ¨La Orgía Perpetua¨ nuestro incurable materialismo, nuestra predilección por los placeres del cuerpo sobre los del alma, nuestro respeto por los sentidos y el instinto, nuestra preferencia por esta vida terrenal a cualquier otra, no tratando de huir hacia la muerte sino tratando de vivir aquí y ahora. Más allá de someter los placeres de la vida para ganar los beneficios (probablemente) inexistentes de la muerte, se trata de detenerte, prestar la atención y concentración a esta vida sin tratar de huir a la muerte, tratando así de encontrar la cura de todos los ¨males¨ que provoca existir. Y la nostalgia de lo que nunca fue se apodera del pensamiento que quiere más de lo que solo hay, entonces buscas para encontrar aquello que está en tu mente pero nunca se ha materializado. Ir en contra de las normas ¨morales¨ es un acto de rebelión pero ir en contra de ti mismo te condena a la infelicidad, creer en tus sueños para los demás puede ser una tontería arriesgar todo aquello que es seguro por tus deseos suele ser objeto de todo tipo de críticas. Sin embargo si hay algo peor que arriesgarse a hacer las cosas, es no hacerlas por el miedo que te provocan el pensar en las consecuencias que conllevan tus actos.

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