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Magica Formula

ssbby7 de Junio de 2013

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La mágica fórmula de la Inca Kola

Óscar del Álamo

Analista IIG

La globalización es un hecho irreversible que ha dado lugar a nuevas alternativas de crecimiento y oportunidades de inversión, al mismo tiempo que ha promovido el desarrollo del mercado de capitales y de nuevos instrumentos de financiación. En América Latina ha significado retos importantes para el sector empresarial y ha planteado un escenario de negocios muy distinto al pasado. En este sentido, este sector empresarial debe desarrollar nuevas estrategias para tratar de mejorar la competitividad y generar fuentes de valor importantes para sus accionistas.

Lo cierto es con la llegada de la globalización el mercado nacional se resiente. Países de la región, como Perú, han notado una caída de la demanda tanto por efecto de la recesión interna como por la preferencia del producto importado ( al que se considera de mejor calidad ), de menor precio y que, sin duda, afectó al producto nativo. Las tasas de interés, el tipo de cambio, la liquidez o el valor del dinero eran variables que parecían constantes ya que la economía peruana era “cerrada”. Hoy día, la economía actual es intrínsecamente internacional, de manera que puede deducirse que: por el proceso de internacionalización de la economía mundial, lo que ocurre en un país afecta seriamente a las empresas industriales o de servicios de los demás países; como es un proceso, influye prácticamente en todos los empresarios sean éstos grandes o pequeños.

En esta situación, los empresarios peruanos deben establecer nuevas estrategias para insertarse en la economía mundial. Una estrategia común pasa por adaptarse al nuevo modelo de desarrollo consistente en enfocar al país hacia el mercado internacional, es decir, hacia la exportación. Se trata de detectar qué cosas se puede ofrecer con una calidad y eficiencia de categoría mundial y aplicar allí el esfuerzo máximo, dejando que los demás países produzcan aquellos bienes por los que están mejor dotados.

Según estas directrices, una de las grandes esperanzas del país, de cara al exterior, ha pasado por las posibilidades de la “Inca Kola”, uno de los productos estrella de la economía y del mercado peruano. La Inca Kola es una bebida gaseosa dulce, una “rara avis” por su color ( la Inca Kola es fácil de reconocer por su brillante y luminoso color amarillo ) y sabor ( único y difícil de describir, incluso indefinible para algunos ), que se ha convertido, con el tiempo, en un símbolo nacional para los peruanos y ha hecho pensar que el éxito de la bebida a escala nacional podría exportarse más allá de las fronteras del país tratando de igualar la aceptación de otros productos dentro del sector como las archiconocidas Coca-Cola o Pepsi. Aunque esto podría parecer una idea un tanto exagerada, basta con comprobar algunas evidencias para comprobar que las posibilidades no son tan descabelladas.

En esencia, Inca Kola es una de las pocas, por no decir la única, bebida gaseosa en el mundo que ha logrado vender más que Coca Cola en su propio terreno. Desde que Inca Kola arrebatara el liderazgo a Coca Cola en 1994 ( Orozco, 1998 ), la bebida peruana no se desprendía del primer lugar pese a las millonarias campañas de la competencia. Basta comprobar, por ejemplo que, hasta finales de 1997, el producto Inca kola dominaba el 34,3 % del mercado peruano, seguida por las gigantes Coca Cola con 31,9% y Pepsi Cola con 10,9% ( La Tercera, 1998 ) . Un dominio que se extendió hasta principios del año 1999, momento en el que se podía seguir afirmando que la peruana Inca Kola disputaba con éxito el mercado peruano a la poderosa Coca Cola. Es algo muy cierto el afirmar que el mercado peruano era el único mercado en América latina que Coca-Cola no dominaba ( La Nación Digital, 1999 ) mientras que, en cuanto a cuota de mercado, el dominio de la compañía de Atlanta en mayoría de la región latinoamericana era incontestable; una expansión que ha ido ha ido creciendo con promociones y adquisiciones.

Para hacernos una idea de la situación a la que hacemos referencia, podemos indicar que el cambio fundamental de mercadeo desarrollado a finales de los ochenta fue el origen de los grandes éxitos de Inca Kola en los noventa. A corte anecdótico, puede señalarse que el éxito fue tal que incluso la avasalladora cadena de comida rápida McDonald´s se vio obligada a romper su pacto de exclusividad con Coca Cola y ofreció Inca kola en sus locales de Perú . En este sentido, la Inca Kola se convertía rápidamente en un dolor de cabeza para Coca-Cola.

Observando estas cifras y el peculiar dominio del producto peruano en el mercado de las bebidas gaseosas, no era extraño confiar en las posibilidades de una mercancía tan innovadora hacia el exterior. No obstante, desarrollar intentos de tal envergadura en el panorama de la actual globalización supone hacer frente a diversas complejidades y, fundamentalmente, al poder económico que ejercen las grandes firmas multinacionales en los diversos mercados de actividad.

1. Un poco de historia

A comienzos del pasado siglo XX, el matrimonio británico formado por José R. Lindley y Martha Stoppanie e hijos, llegó a Perú y se estableció en el distrito de Rimac, en un pequeño terreno de 200 metros cuadrados, fundando una empresa destinada a elaborar y procesar bebidas gasificadas. A esta empresa se la conoció como Fábrica de Aguas Gasificadas “Santa Rosa” de José R. Lindley e Hijos.

En esos 200 metros cuadrados fue donde la familia Lindley inició sus actividades en forma manual y con una producción promedio de una botella por minuto. Posteriormente se fueron introduciendo innovaciones dentro de la empresa que llevaron a engrandecer el rubro de bebidas a través de cambios como el del antiguo sistema de tapa e corcho o tapa de bola por la tapa corona.

Ya en 1918, la Familia Lindley adquirió la primera máquina semiautomática, lo que permitió aumentar el promedio de producción de una unidad por minuto a un promedio de quince botellas por minuto.

Ya en el año 1928, la empresa familiar se transforma en Sociedad Anónima asumiendo las actividades que desarrollaba la Fábrica de Aguas gasificadas Santa Rosa de José Lindley e Hijos, ampliando sus instalaciones a un área aproximada de 1.400 metros cuadrados y renovando los equipos procesadores.

Con motivo del Cuarto Centenario de Fundación de la Ciudad de Lima, en 1935, la empresa José Lindley e Hijos S.A lanzaba al mercado de bebidas gasificadas el producto Inca Kola, lo que, con el tiempo, ha constituido un acontecimiento en la historia de las bebidas. La frase publicitaria que acompañó al nuevo producto, atendiendo a las particulares características de la bebida, fue: “Inca kola solo hay una y no se parece a ninguna”. Así, la empresa mostró por primera vez una campaña publicitaria coordinada y de carácter masivo, empleando para ello las posibilidades de comunicación de los medios existentes en aquella época.

En 1948, la empresa adquirió la primera máquina totalmente automática, la misma que permitió incrementar la producción a un promedio de 36 botellas por minuto. Hasta ese momento se empleaban botellas de vidrio lisas con etiquetas de papel, envases que se cambiarían en el año 1952 con el empleo de botellas de vidrio con el logotipo de Inca Kola en alto relieve.

Para el año 1960, año del cincuentenario de José R. Lindley e Hijos S.A, la empresa siguió agregando nuevas extensiones de terreno a las ya empleadas y moderniza los equipos de procesamiento; las normas de control, higiene, calidad y embotellado que se hacen más rigurosas, teniendo en cuenta los adelantos tecnológicos de la época.

En 1961, el envase con el logotipo en alto relieve se cambia por el nuevo envase con logotipo vitrificado. A partir del año 1972, Inca Kola se encuentra ya en la totalidad del territorio nacional imponiendo su sabor. La planta embotelladora ya emplea en esta época más de 20.000 metros cuadrados para sus operaciones productivas y sus máquinas embotellan a velocidades que oscilan entre 400 y 600 unidades por minuto como promedio.

El avance de la empresa prosigue ya durante los ochenta y, concretamente, en 1984, aparecen los envases de plástico para diferentes capacidades . En 1996, la empresa adquiere la línea de embotellado alemana Krones, totalmente automática, que embotella un promedio de 1.000 botellas por minuto. Este espectacular aumento de capacidad es una clara muestra de la progresión de la marca y de la aceptación del producto en el país. Así mismo, con la adquisición de las innovaciones tecnológicas de última generación la empresa ha visto fortalecida su posición de liderazgo en el país ( por ejemplo cuenta con una planta de soplado de botellas de plástico que produce 15.000 botellas la hora ).

Si bien estas transformaciones han provocado que, a lo largo de ocho décadas, el envase de Inca Kola, haya sufrido una constante transformación, no ha sucedido lo mismo con la fórmula de su sabor, que es la misma desde 1935, celosamente guardada por los herederos de José R. Lindley y que tiene a una hierba, la verbena, como su ingrediente principal .

Ya el 1 de abril de 1997, Inmobiliaria Lintab S.A, constituida el 22 de febrero de 1960, absorbió por fusión a José R. Lindley S.A, Frutos del País S.A y Distral S.A y la parte industrial, previamente escindida de Sabores Perú S.A , empresas que se disolvieron sin liquidarse. En la misma fecha, Inmobiliaria Lintab S.A cambió su denominación por Corporación José R. Lindley

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