No hay fórmula mágica para derrotar el auge de las drogas en nuestro país y en el mundo

II. Justificación

No hay fórmula mágica para derrotar el auge de las drogas en nuestro país y en el mundo. La prevención es la medida más efectiva que podemos tomar como padres y encargados responsables. Esta prevención exige un trabajo duro y constante que permita desarrollar positivamente  nuestros pre adolescentes y adolescentes desarrollando aun más  sus capacidades y destrezas para que tomen decisiones correctas ante los males sociales que afronten como lo es el problema de las drogas. Para lograrlo, debemos seguir pasos muy firmes como; cultivar en nuestra familia los valores de responsabilidad, disciplina, solidaridad y compromiso social. Respetar al joven y al niño como individuos capaces de opinar, decidir y participar en la vida familiar y la escuela. Orientar al  niño y al joven  sobre el buen uso de su tiempo libre. Educar al joven y al niño para que estimen y se respeten a sí mismos. Ser modelo para estos, conversar frecuentemente con estos sobre este y otros temas. Conversar de todo un poco incluso sobre los mensajes que se trasmiten en los medios de comunicación. Compartir actividades para estrechar los lazos familiares. Relacionarse con los amigos de los hijos para conocer sus intereses y los lugares que frecuentan. Conocer a través de la buena comunicación lograda sus preocupaciones, sus logros, sus tristezas, alegrías, inquietudes y las dificultades que puedan surgir en su entorno. Asumir posiciones claras y firmes al hablar de temas retantes como el de las drogas.

Muchos padres responsabilizan a las “malas compañías” de conducir a sus hijos por el camino equivocado, pero la realidad es que a veces la familia sin darse cuenta puede propiciar  en el niño o joven, el uso de drogas. Las razones varían: ausencia física de los padres u otros miembros de la familia, falta de apoyo emocional, no establecen normas y límites, problemas de autoestima, no construyen auténticas relaciones de afecto y limitarse a darle cosas materiales y dinero. El sobreproteger a los hijos, ignorar sus capacidades y no permitir su independencia también pueden incidir en el uso y abuso de sustancias controladas así como el exceso de autoridad, que se manifiesta en frecuentes maltratos y castigos además  de un clima permanente de discusión, tensión e incomunicación. Es común la falta  de preocupación en ocasiones por lo más básico, la  necesidad de satisfacer o suplir lo básico: alimentos, vestimenta, educación, recreación y lo esencial la protección y el afecto los cuales son esenciales. Existe en ocasiones la creencia de que cuanto más trabajo pasen nuestros hijos,  mejor y más aprenderán. Por un lado tiene lógica pero de la lógica en muchas ocasiones pasa al abuso, desprecio, despreocupación total empujándolos a adoptar “otra familia”, posibles pandillas o grupos negativos de presión.

 Dejar el  hábito de las drogas sin ayuda extrema puede resultar peligroso (debido a los síntomas de abandono) y difícil (debido a la necesidad psicológica), nosotros a través de este proyecto tendremos un banco de recurso de ayuda para este problema y otros a lo que sabemos sin duda que nos enfrentaremos. Contaremos entre otros con centros y clínicas de tratamiento que se especializan en tratar a personas con problemas de drogas, hospitales que tratan a pacientes internos o externos, centros de salud mental y de orientación, que pueden tratar a personas con problemas emocionales y otros, y estableceremos alianzas con agencias de salud pública y de servicio social los cuales pueden ser un factor determinante para finalmente lograr el establecimiento de una relación profesional y practica en el servicio de ayuda en general. Dado el caso que vamos a estar trabajando con una población vulnerable e inmersa en un lugar rodeado de todos los males sociales, estaremos preparados en todas las áreas.

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