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Influencia de la televisión en los jóvenes

La televisión influye de manera significativa en los jóvenes por ser el medio de comunicación de mayor consumo, encuentran en su contenido pautas de comportamiento y formas de socialización que aportan al desarrollo de la personalidad e identidad. Por otro lado dejar ver los efectos adversos que causa la televisión en seres tan vulnerables como lo son niños y jóvenes que no cuentan con una buena orientación por parte de un adulto.

La televisión por sus estímulos visuales y auditivos se convierte en el medio de comunicación que más ejerce poder sobre una sociedad tal vez por la familiaridad que ofrece en la cotidianidad es el contexto en el que se experimentan procesos de interacción y disfrute con el medio y por el fácil acceso a ella. Pero la televisión no es mala en si misma; es un medio muy eficaz cuando se utiliza con fines educativos porque logra captar la atención y memorización del material visto. Las representaciones actuales en la programación televisiva de calidad tienen mucho de un modelo que motiva y a la vez exige a las audiencias infantiles el desarrollo de ciertas destrezas para la sobrevivencia cotidiana, destrezas que los adultos no necesariamente tienen, y donde los pequeños intervienen y toman el liderazgo con imaginación, según las narrativas presentadas.

Según las investigadoras Amparo Huertas (Universidad Autónoma de Barcelona) y María Elisa Franca (Universidad de Goiás, Brasil), Liebes (1999), el joven construye su subjetividad entre lo que observa en la televisión y sus propias experiencias; por tanto es un proceso de gran importancia porque es el paso que está dando desde el ámbito familiar hacia su entorno cultural en el cual influyen todos los agentes socializadores siendo la televisión la de mayor influencia y consumo. También argumentan que la juventud es el grupo social más vulnerable y receptivo; y por esta razón la rama legislativa lucha por proteger a los espectadores infantiles y juveniles de los contenidos que puedan ser perjudiciales para su ser; como es el caso de la violencia. La causa de esta mayor susceptibilidad en la adolescencia se debe, según Thompson (1998), al hecho de disponer de pocos recursos simbólicos/cognitivos a los que recurrir en el momento de descodificar los contenidos mediáticos, en consecuencia cabe resaltar el papel primordial y decisivo que juega la familia en el desarrollo del adolescente, es el punto de referencia que debe estar basado en normas y valores de las cuales dependerá su comportamiento en el transcurso de la vida; es así como los padres deberían enseñar a sus hijos que no todo lo que ven hace parte de la realidad que vivimos, resaltando la especial importancia que tiene la familia como espacio social y cultural en el que se hace el visionado televisivo y por otro lado las escuelas deberían tener programas educativos donde orienten el buen uso de los medios de comunicación.

Los jóvenes dedican más tiempo a la interacción con la televisión, lo que disminuye la capacidad de reflexión e imaginación; es decir, la imagen tiene el poder de dominar la reflexión y es ahí donde nos da la sensación de que lo que estamos viendo es verdad, y esto hace que seamos una sociedad consumista. El consumismo es estimulado por la publicidad que aparece en televisión y satisface la pasión compradora del individuo, y le proporciona seguridad en si mismo.

Por otra parte el investigador chileno y productor de televisión, Fuenzalida (2012) afirma que: “la adolescencia y la juventud conforman una de las etapas de menor consumo televisivo, pues durante esos años se amplía la vida extra hogareña, crece la actividad grupal y se desarrolla un mayor interés por la lectura y la música y una gran atracción por el cine” (p.2). De igual forma no se descarta la enorme influencia de la televisión en los jóvenes y más

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