Narración " Un docente Incomunicado"

Narración " Un docente Incomunicado"

Mi nombre es Jason Peter tengo 22 años y actualmente estudio en el MIT.

Desde que tengo uso de razonamiento, yo mismo podría decir que las relaciones sociales nunca han sido mi fuerte, ¿en qué me sustento? desde que era pequeño hasta donde puedo recordar siempre he sido una persona solitaria, dado que al hablar con una persona me cuesta trabajo mantener el diálogo, suelo  tartamudear mucho y a veces nunca hago contacto visual con las personas, pienso que a causa de ello a veces no me entienden cuando hablo o tal vez  piensan que lo que digo no es verdad, solo por el hecho de no verlos a la cara, en ocasiones suelo burlarme cuando me trabo o me pongo nervioso en lo que estoy diciendo, muchos lo podrían interpretar como si me estuviera burlando de algo que dijeron, pero la realidad es que lo hago por no saber qué decir, contestar, o simplemente porque no sé la respuesta a qué más decir ante lo que se me pregunta o porque olvidé lo que diría, y estos pequeños obstáculos en la conversación son «barreras psicológicas» o hasta a veces «barreras semánticas»; y no solo me pasa en la comunicación interpersonal sino también cuando estoy frente a un grupo. Las conversaciones más largas que suelo tener son con las personas que llevan la plática, es decir aquellas personas que son muy parlanchinas y ellos son los que te van contando las cosas, también si el tema es de mi interés y yo lo domino puedo tener un muy buen diálogo.

Uno de mis mayores retos ante esta situación de no saber comunicarse fue cuando tuve que tomar la decisión de entrar a "CONAFE" (Consejo Nacional de Fomento Educativo),  es un organismo descentralizado que tiene como tarea brindar servicios de educación inicial, básica a niños y adolescentes que habitan en localidades marginadas y/o con rezago social.  El motivo por el cual me vi involucrado a formar parte de este programa, fue por el apoyo económico que entrega CONAFE al finalizar tu año de servicio, ya que mi mamá no podía apoyarme al 100% en mis estudios y no quería que se le hiciera pesado y se viera muy apretada económicamente como muchos suelen decir.

Realmente este no fue un reto muy grande para mí, porque uno de mis dos hermanos fue el que me apoyó y me motivó a entrar, así que no tuve que comunicarme con los encargados directamente, ya que siendo sinceros si esa parte me hubiera tocado a mí no hubiera sabido qué decir o cómo pedir prácticamente el trabajo y el lugar a donde me tendrían que mandar para así yo impartir clases, se podría decir que solo llegue y entregue mis papeles correspondientes ya que el lugar ya estaba asignado solo tenía que entrar a capacitación, ¡Gran suerte la mía!  

El lugar que me fue asignado para dar clases fue a niños de preescolar,  una más de mis debilidades pies no soy muy tolerante con los niños pequeños, en ese momento no presté mucha atención a eso, ya que era momento de concentrarme en la capacitación en cómo tenía que prepararme para poder dar lo mejor de mí, en ese papel de "maestro comunitario"  cuando mi capacitadora me preguntaba algo de acuerdo al tema que veíamos siempre era muy directo daba solamente la respuesta, me asombraba la contestación de muchos de mis compañeros ya que ellos daban  ejemplos o hablaban de acuerdo a experiencias vividas, pues ya tenían más tiempo allí, conforme fueron pasando los días me pude acoplar tanto a mi capacitadora como a mis compañeros, muchas de las actividades era el pasar al frente dar temas ante el grupo de maestros y fui teniendo una mejor comunicación con ellos podía sostener un diálogo, sin embargo,  como suele ser hasta el momento, cuando sentía que algo estaba mal o se me olvidaba me ponía nervioso.  Pero la verdadera sorpresa que me guardaba este camino, fue al momento de llegar a la comunidad, lugar donde tenía que vivir prácticamente todo el ciclo escolar ya que solamente podía salir Sábados y Domingos, recuerdo que al llegar mi capacitadora me presentó, después, me pidió que me dirigiera a los pequeños y a los papás les dijera unas palabras, ¡qué sorpresa!, nunca me puse a pensar en los papás, y en ese momento que era mi turno de hablar recuerdo que me temblaron desde las puntas de los dedos hasta el último pelo de la cabeza, solo dije mi nombre y buenos días, en ese momento que mi capacitadora vio como gritaba auxilio hasta por los ojos intervino y dijo "bueno el maestro está un poco nervioso" los papás solo rieron y algunos dijeron no se preocupe suele pasar pero no hacemos nada y claro nunca podría faltar el papá o mamá enojón, el cual recuerdo que solo me miraba y se quedaba callado. Qué sería de aquellos docentes que tienen que pasar por esto, no creo que sea el primero y mucho menos el tener nervios, por aquel famoso papá que siempre le decimos el "gruñón".

...