Naturalmente Dispuestos Al Racismo
AnaSofia0619 de Mayo de 2013
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LOS HUMANOS ESTAMOS NATURALMENTE DISPUESTOS AL RACISMO
Adagios populares como “trabajar como negro, para vivir como blanco” o “más caliente que negro en un baile”; son comunes en nuestra sociedad, aunque algunos afirmen que en Colombia no existe el racismo, que más bien este fenómeno que se manifiesta se puede asociar al clasismo o a la exclusión social, vemos que la discriminación racial se ha vivido desde siempre, incluso antes que el raciocinio humano le diera un concepto, nadie le ha enseñado a la humanidad a ser racista, esta se debe a que el racismo es inherente al ser humano, está escrito en nuestros genes gracias a la herencia cultural producto de la larga historia colonial, subyugación y esclavitud, donde la variabilidad humana es convencional o arbitraria y puede llevar a una generalización abusiva.
Comencemos por examinar el entorno donde nos desarrollamos, este influye en gran manera en lo que somos y en lo pensamos, ya que moldeamos varios aspectos de nuestra personalidad de acuerdo a la cultura que pertenecemos; por esto, es necesario tener presente que nuestra cultura está formada por costumbres, vivencias y oficios que se han ido fortaleciendo a través de los años como tradición familiar; de manera que si alguien es racista, todo indica que tuvo una crianza en un entorno que también lo fue; tal como se afirma a continuación:
La cultura de manera general se entiende como la suma de las creaciones humanas acumuladas en el transcurso de los años, producto de los procesos de desarrollo intelectual, espiritual, tecnológico y científico del acontecer humano, las cuales determinan pautas de conducta adquiridas tales como las costumbres y las tradiciones. (Vásquez, Gómez, Lugo, 2005, p.9).
Del mismo modo, si un niño crece en una sociedad racista, seguramente, se convertirá en un adulto con aversión a individuos de otras culturas o etnias, no obstante, si este niño no hubiese crecido en un ambiente racista, él si encontrara diferencias entre quienes componen su grupo social y generalmente será afín con los seres y personas de este; como lo señala Alvear (2004):
Aun cuando es verdad que todos los hombres pertenecemos a la misma especie y somos esencialmente iguales, no es menos cierto que, nos hemos diferenciado por la forma y fisionomía de la cultura elaborada en cada parte y en cada época. (p, 8).
Es cierto que el racismo ha existido desde siempre, pero con la llegada de la diáspora africana a principios del siglo XVI, emerge en América Latina, un fenómeno de prejuicio racial, donde las personas eran prejuzgadas con base a sus características superficiales sobre todo por su color de piel o procedencia y es en esta etapa de la historia donde se impone una cultura discriminatoria y un entorno segregacionista hacia los esclavos, como lo afirma Zambrano (2006), “el colonialismo es una relación coercitiva entre grupos de poder desigual, en la cual el que controla y gobierna al otro se esfuerza por imponer su orden cultural en los grupos que han sido subordinados en el proceso”, (p, 6); siendo esto así, a lo que llamamos racismo hoy en día corresponde a una construcción social e histórica relacionada con estructuras económicas de explotación de un grupo humano por otro y que éste, en nuestra realidad, lo entendemos como los sentimientos de superioridad que muestran los grupos de personas; pero, ¿realmente somos exteriormente diferentes unos de otros?
Si bien es cierto que la discriminación racial es un asunto que va más allá de señalar con el dedo a una persona que creemos es diferente a nosotros o que no pertenece a nuestro grupo social, no obstante esta es una problemática que se encuentra arraigada en la sociedad, pues hace parte de ella y hasta de nosotros mismos, tanto como si estuviera escrito en nuestros genes, en nuestra propia esencia, pareciera que naciéramos
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