¿Notable decadencia de la profesión jurídica?

¿NOTABLE DECADENCIA DE LA PROFESIÓN JURÍDICA?

Reseña crítica: “La profesión jurídica” de Fernando Hinestroza (In Memorian)

Revista de Derecho Privado 2016, (30)

El autor resalta con tesón la antigua imagen del abogado, culto, estudioso, respetado; cuando digo antiguo me refiero a los abogados de los comienzos de la profesión del derecho, a quienes se formaron en el mundo de las leyes cuando aún se tomaba esta profesión considerando, como bien lo dice el autor, las capacidades innatas de los individuos, eran esos tiempos en los cuales se veía la profunda vocación por el derecho y por el bien común; el autor refiere que éstos abogados tenían una preparación acorde a lo que se esperaba de ellos, su enfoque en el manejo del estado y la tendencia a luchar siempre por el bien de toda la sociedad; con lo cual, demerita de modo reiterado, la imagen de quienes en la actualidad ejercen el derecho; considera que el cambio de filosofía modificó de algún modo la concepción de que ahora no se propende por el bien común sino por el interés particular y económico, culpa, sin razón alguna, a esta nueva generación de abogados, de la pérdida de la fe en las instituciones burocráticas y judiciales; pero pregunto, ¿Será que el detrimento de las instituciones y del sistema judicial puede aplicarse a las actuales generaciones de abogados? o más bien, quienes han ejercido como abogados, jueces, fiscales, a lo largo de la historia, en este caso, de Colombia, quienes crearon y pretendieron basar sus decisiones y las normas en una sociedad que ahora es obsoleta, si se le puede llamar así, ya que ahora, las necesidades de los ciudadanos son diferentes a las de hace más de cincuenta años. Si bien el autor, atina a afirmar que los abogados han tomado el camino fácil de dejar de luchar contra las posiciones de poder, por lo que evitan confrontaciones con los gobernantes o Magistrados, también es importante tener en cuenta que estas prácticas no son creadas por las actuales generaciones de abogados, sino sembradas el ellos por quienes los precedieron y educaron.

Asimismo, critica fehacientemente el hecho de que se ha dejado a un lado el análisis crítico tanto en la legislación como en la jurisprudencia y se ha generado más bien una compilación de normas que no atinan a resolver los conflictos reales; sostiene que la producción masiva de abogados desprovistos de calidades y herramientas van a parar sea al caudal burocrático o al litigio donde la sociedad paga las consecuencias de su falta de preparación; sin embargo valga destacar, que en este asunto tienen más culpabilidad los formadores de los abogados y estudiantes de derecho que ellos mismos.

Finalmente hace un llamado a la humanidad y racionalidad de la justicia, a través de la lucha por el bien común, administrando justicia con honestidad y temple, siendo honesto y leal con el cliente; ante lo cual, solo puedo decir que la profesión de abogado se estudia con ideales de justicia, los estudiantes de derecho, son amantes de la justicia, esperan usar el derecho para hacer el bien, para ayudar a los débiles, para conseguir un país más justo; sin embargo este ideal, una vez enfrentados a la sociedad, se desvanece.

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