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OBJETIVO No. 2: Identificar las diversas concepciones filosóficas dei hombre

mariaedyTrabajo29 de Febrero de 2016

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OBJETIVO No. 2: Identificar las diversas concepciones filosóficas dei hombre

  1. CONCEPCIONES FILOSOFICAS DEL HOMBRE

» Concepto e importancia

El sistema educativo de un país refleja la filosofía política de éste, ya que el objetivo último de nuestra educación debe consistir en formar individuos íntegros que sean capaces de vivir en sociedad. Este es el gran reto de la Educación: formar el hombre ideal, el hombre a quien filosóficamente se ha coñceptualizado para servir a él mismo y a la sociedad, “apto para la vida y para el ejercicio de la democracia, el fomento de la cultura y el desarrollo del espíritu de solidaridad humana”.3 Ahora bien, ante este objetivo de la Constitución Nacional deben implemen- tarse metodologías específicas que reflejen, de una u otra forma, esta filosofía educativa que no es más que poseer determinada concepción del hombre.

Para comprender los cambios educativos que han tenido lugar a través de la historia de la educación, es necesario entender hasta que medida se ha modificado también la concepción del hombre, de la vida y del mundo. La escuela, si quiere realmente servir a los intereses del niño, debe ser una institución emancipada, liberada de ataduras de cualquier índole, sean ellas religiosas, morales, económicas, políticas o sociales, en resumen, que se asienten en una nueva concepción del hombre.[1]

¿Cuál es la relación entre la concepción del hombre y la Pedagogía?

Según Merani, la finalidad de la Pedagogía consiste en determinar qué se quiere obtener con la educación del hombre, desarrollando la didáctica una serie de técnicas para transmitir esos conocimientos previamente definidos por la Pedagogía; esta concepción está en estrecha relación con el “tipo” de hombre que se quiere formar y con el régimen social y político que impera en la sociedad.[2]

Aun dentro de la misma sociedad, todas las personas nos enfrentamos con numerosos retos de la vida cotidiana; cada uno de nosotros ha aprendido a solucionar problemas de distinta manera, de acuerdo con las preconcepciones y la forma de ver la realidad. El educador no está exento de enfrentarse a esta realidad, por el contrario, se halla continuamente expuesto a diferentes problemas y situaciones prácticas que demandan soluciones efectivas y rápidas, tales como: ¿Qué hago ahora que Pedro le rompió el carro a Bernardo? ¿Cómo hago para que Inés aprenda a clasificar objetos? ¿Cómo debo tratar al padre de Elena que profesa la religión de'Tírisna? Estas preguntas, algunas más simples que otras, pueden ser vistas de formas muy diferentes; si el docente confía en la capacidad del niño para solucionar problemas y en la posibilidad de aprender de ellos, entonces las soluciones a estos problemas demandarán una toma de responsabilidades tal como: “Voy a preguntarle a Pedro qué pasó, voy a ayudarlos a encontrar una solución que satisfaga a ambos niños. Si por el contrario, el docente es una persona que no cree en la capacidad de los niños de encontrar soluciones por sí mismos, les dirá algo como: Voy a decirle a Pedro que le pida disculpas a Bernardo y que no lo vuelva a hacer”.

Esta manera de responder preguntas, tan simples como las ya expuestas y otras más complejas, lleva implícito un concepto del niño y de la educación. Se actúa de determinada forma porque se cree que el niño es así; el tomar conciencia de lo que se cree que es el niño, es un aspecto muy importante para el adecuado desempeño como docente, ya que estar claro al respecto puede ahorrarle muchos problemas y confusiones. Tal vez pueda ser de utilidad preguntarse ¿quién y qué está frente a usted?

Estas preguntas pueden llevar ai docente a descubrir lo que realmente piensa del niño como persona y por consiguiente le aclara la visión de las estrategias educativas posibles, de acuerdo a su propia visión.

Más adelante consideraremos las respuestas a estas preguntas que plantean diferentes enfoques y sus implicaciones en la educación.

La concepción que se posee del niño determina, en gran medida, la posición que uno toma frente a éste: libe:tad, control, deterninismo, etc., son conceptos emanados de uua filosofía sobre el hombre que se refleja en el proceso de la enseñanza-aprendizaje.

La Filosofía y la Educación comparten en cierto modo su interés y objeto de estudio, ya que ambas se centran en el estudio del hombre. El educador no puede desarrollar integralmente su trabajo si antes no se traza las metas u objetivos del hombre que desea formar: si no tiene clara su concepción de la realidad, del mundo y del hombre mismo.

El enseñar es un proceso basado en valores. El docente, como otros tantos profesionales, ha aprendido que los adultos y los niños necesitan tener un significado y dar un valor a sus vidas, ya que esto es propio de la naturaleza humana el tratar de dar significado a la existencia cotidiana definiendo y delimitando lo que es o soy, de lo que quiero que sea o quiero ser.[3]

Subyaciendo a las diversas orientaciones relacionadas con el desarrollo personal y la educación, se encuentran distintas preguntas concernientes al concepto o naturaleza del hombre: ¿es el hombre básicamente bueno o malo? ¿es racional o irracional? ¿está el hombre ocupado solamente en buscar la satisfacción a sus necesidades? ¿cuál es la relación del hombre con la sociedad donde vive?. A través del tiempo los filósofos, psicólogos y educadores han contestado estas preguntas de manera distinta, y de acuerdo a supuestos sobre la naturaleza del hombre, han desarrollado diversas respuestas a las preguntas antes formuladas, formando así las escuelas de pensamiento psicológico que analizaremos más adelante.

La concepción que poseemos del hombre determina entonces la manera como vamos a regular y controlar la conducta dentro de la sociedad. Si la concepción que se tiene del hombre es negativa, la tarea del teórico y del educador consistirá en definir todas aquellas restricciones externas e internas que controlarán los impulsos destructivos del ser humano. Si por el contrario, se cree en la naturaleza positiva del hombre, la tarea primordial será la de proveer un ambiente favorable en donde cada quien pueda desarrollar su propia forma de vida y sistema ético, dándole así significado a su existencia.

Si la visión que tenemos del hombre es la de un ser racional, la labor del padre y del docente consistirá en desarrollar un sistema educativo que tome en cuenta esa racionalidad. Pero, si pensamos que el hombre es irracional, se dará mayor consideración en la estructuración del sistema educativo, al aspecto emocional de donde se originan todas las conductas humanas. Más aún, si el hombre es visto básicamente como viviendo en constante conflicto con una sociedad que es buena y que sustenta principios honestos, esta sociedad desarrolla métodos adecuados para llevar a ese hombre recalcitrante que se desvía de la norma, hacia lo establecido y aceptado por la comunidad. Pero, si el hombre vive <‘ti forma armónica con la sociedad, entonces no hay necesidad para desarrollar tales restricciones.

• Encontrará ahora el Ejercicio No. 3 con el objeto de reforzar la comprensión de los contenidos expuestos anteriormente. Responda las preguntas y verifique sus respuestas con la clave que se le proporciona.


EJERCICIO No. 3

A continuación se presenta una serie de afirmaciones relacionadas con la adopción de determinada concepción del hombre. Marque con una X; en el espacio correspondiente según la veracidad o falsedad de cada afirmación:        f-

V

F

1.

Las diferentes formas de actuar que tiene un docente frente al niño lleva implícita la adopción de una determinada concepción del hombre

2.

Un docente que cree en la propia capacidad de un niño para aportar soluciones y respuestas válidas ante los problemas que se le presentan, le proporciona al niño las respuestas a los problemas

3.

Para el desempeño de las tareas docentes es importante la concepción que el docente tiene del niño

4

La concepción que un docente tiene del niño se refleja en la adopción de una metodología educativa específica

5. Lea el siguiente enunciado:

“El niño es bueno por naturaleza y es racional”.

Encierre en un círculo, entre las alternativas dadas aquellas que

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