ORIGEN DEL BRINDIS
Natali19882 de Diciembre de 2013
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EL ORIGEN DEL BRINDIS
El origen del brindis se remonta a la antigua roma, como símbolo de confianza. El envenenamiento era moneda corriente. Entonces, cuando se llevaba a cabo una celebración, el anfitrión les daba su confianza a sus invitados antes de comenzar a comer y beber. Junto con los comensales, todos levantaban sus copas y las chocaban entre sí, para que sus bebidas se intercambiaran y tener la tranquilidad de que todos bebían lo mismo y no había veneno.
No obstante existen numerosas versiones a cerca de los orígenes del brindis. Algunas relacionadas a pociones, dioses, deseos, entre otras.
¡CHIN CHIN! LOS SECRETOS DE LA CORTESÍA DURANTE EL BRINDIS
Con el paso del tiempo, los cambios y las tradiciones, el brindis llega a ser hoy una manera de expresar buenos deseos o felicitaciones, ya sea acompañado de palabras o no. Se levantan las copas y se entrechocan para luego beber la bebida que contiene.
Si bien el choque entre copas es cuestionado en el ámbito protocolar, cuando me preguntan si es lo que la etiqueta propone, suelo responder que es admisible, ya que se trata de una costumbre social, un acto de urbanidad. Sin embargo solo con el gesto es suficiente.
No me sorprende escuchar, incluso de boca de gente adulta decir “espero a ver qué hace la persona sentada a mi lado para copiar su comportamiento porque yo no se”.
La copa se toma por el tallo, con la mano derecha. Los dedos pulgar e índice toman la copa y el resto de los dedos acompañan el índice. La copa se levanta hasta la altura de la boca y se aleja del cuerpo. El brazo se abre unos 150 grados, nunca debe estirarse por completo ni moverse demasiado hacia el costado de su cuerpo. Si desea brindar con una persona que se encuentra lejos (en del otro lado de la mesa), desde su lugar ofrézcale el gesto del brindis con una mirada a los ojos, una sonrisa y si lo desea un ademán con la cabeza aunque este último podría ser demasiado ceremonioso. Recuerde el aplomo y la serenidad, no importe la cantidad de gente que se encuentre. Debe hacer del brindis un instante cálido y feliz.
La mirada a los ojos, por supuesto, es una norma. Sin embargo, en el momento puntual de beber, los ojos deben estar concentrados en el fondo de la copa. Cortesía y discreción.
UNAS PALABRAS, POR FAVOR…
“Chin chin”, “salud”, “¡viva los novios!”, “por este día tan especial”, son algunas de las expresiones más pronunciadas al levantar las copas. Por supuesto que deben ser siempre acompañadas con una sonrisa sincera y cálida y naturalidad.
Pero ¿cómo hace si le toca decir unas palabras en honor al evento, al homenajeado o a los anfitriones? No sienta vergüenza ni impotencia. Aprenda de antemano cómo debe ser y no se limite a expresar sus mejores deseos de felicidad.
Si le avisan con anterioridad que dirá “unas palabras”, mucho mejor. Será previsor y preparará unas palabras con tiempo, para evitar improvisaciones. Si la idea de hablar lo toma por sorpresa, entonces le sugiero:
Póngase de pie con su copa en la mano. No la deje en la mesa, a no ser que sea necesario porque tenga un micrófono por ejemplo. Mire hacia la persona homenajeada (la persona por la que se brinda o hacia el invitado de honor si el brindis no se dirige a nadie en concreto) y comience a hablar. Si es necesario preséntese (brevemente, quien es y la relación que guarda con el evento o con la persona a quien dirige el brindis). Debe hacer hincapié en el evento o la persona a la que se dirige sin proclamas innecesarias. Ser breves, un minuto es tiempo suficiente para un brindis. Termine con una frase positiva y la indicación que el brindis ya se termina por ejemplo “brindemos por la felicidad de…”. Levante su copa hacia todos los presentes e inclínela hacia la persona a quien le dedicó el brindis para finalmente beber un poquito de su copa.
Cuando otra persona da unas palabras, todos la escuchan, finalmente levantan sus copas. Cuando alguien da unas palabras para usted porque usted es el invitado de honor, debe permanecer sentado sin levantar su copa. Cuando el orador finaliza sus palabras usted de las gracias y levante su copa para después beber.
Si conoce el comportamiento adecuado no sentirá vergüenza, tampoco límites para desenvolverse. Lo hará con mayor seguridad y espontaneidad y quizás disfrute mejor de una celebración, haga sus conversaciones amenas y su momento armonioso y llevadero.
LA POSTURA CORRECTA CÓMO SENTARSE
Cuando nos sentamos a la mesa, lo primero que debemos hacer es mover la silla, sin arrastrarla.
CÓMO SENTARSE DE FORMA CORRECTA.
Cuántas veces hemos dicho o escuchado las palabras:¡Siéntate bien!, esa no es forma de sentarse a la mesa. Pero algunos parece que apenas han aprendido la lección; solo hay que observar a los invitados en muchos eventos.
Cuando nos sentamos a la mesa, lo primero que debemos hacer es mover la silla, sin arrastrarla, siempre que sea posible (a veces las sillas son demasiado pesadas para poderlas levantar).
Si a nuestro lado tenemos una señora como compañera de mesa será todo un detalle que le mueva usted la silla y le invite a sentarse.
Una vez sentados la espalda debe permanecer en línea recta apoyada en el respaldo de la silla, que para eso lo tiene. Ahora bien, tampoco debemos parecer el "palo de una escoba", optando por una postura demasiado rígida. Hay que saber tener un cierto margen entre una postura rígida y una desgarbada.
Durante toda la comida hay que tratar de mantener una cierta "compostura"que decían nuestros padres; esto no significa que tengamos que comportarnos como un "robot". Se puede estar bien sentado y actuar de forma natural.
Aunque no se vean, no se cruzan las piernas cuando estamos sentados a la mesa. Ni los hombres ni las mujeres. Los seguidores del protocolo más estricto, tampoco admiten que se crucen en otras ocasiones.
Cuando estamos de tertulia, tomando un café o el té, etc. como decimos, los más "conservadores" no admiten que ni los caballeros ni las damas crucen las piernas. La postura correcta, "de libro", es con la piernas ligeramente separadas y los pies apoyados en el suelo.
Esta postura, sin las piernas cruzadas, corre el peligro de los despistes y el relajo, dando ocasión a posturas realmente "comprometidas" en algunos casos y realmente ordinarias en otros. No hay nada más feo que ver a una señora o a un caballero, con las piernas muy separadas (como se dice de forma popular, "abierto de piernas").
A nosotros nos parece que cruzar las piernas juntando las pantorrillas y con una ligera inclinación, en el caso de las mujeres, o bien cruzar la piernas a la altura de las rodillas para los caballeros es una postura correcta, al menos para la mayor parte de la ocasiones.
La regla principal a tener en cuenta es que nunca debemos enseñar la suela de nuestro zapato; es decir, nada de cruzar las piernas a la altura de los muslos (pantorrilla apoyada en el muslo).
Ni que decir tiene que no se "desploma" uno en el sofá o en un sillón sino que se sienta con cuidado. Tampoco debe uno repantingarse (arrellanarse en el asiento y extenderse para mayor comodidad) en ningún tipo de asiento.
Resumiendo, si no queremos cruzar las piernas, mantenerlas ligeramente separadas y con los zapatos en el suelo. Si optamos por cruzarlas, siempre sin enseñar la suela de nuestro zapato. Otra postura correcta es cruzar las piernas a la altura de los tobillos.
ETIQUETA DE COMPORTAMIENTO
Las reglas de etiqueta se aplican en todo momento y existen para cada situación. Se podría alegar que son demasiadas para atenderlas todas, sin embargo hay reglas básicas que todas las personas deberían de saber y aplicar.
La mesa parece ser justo el lugar en el cual las personas olvidan las reglas de etiqueta y de pronto se encuentran con una invitación a cenar y desean haber puesto atención al protocolo. Es verdad que la generalidad de los individuos desea comportarse adecuadamente o por lo menos no permitir que los demás duden de que tan finos son. Aquí se enumeran unas cuantas reglas y claves que se pueden seguir a la mesa o en un restaurante:
El celular no se pone sobre la mesa es de pésimo gusto y peor es contestarlo aún sentado.
El mesero debe retirar el plato, no se debe empujar hacia el frente al terminar los alimentos.
Si algún cubierto se cae al suelo, el mesero deberá recogerlo. Si no hay mesero el cubierto se recoge del suelo hasta que termine la comida.
Primero se le debe servir a la mujer de mayor edad en la mesa, y después a las demás mujeres. Al terminar de servir a las mujeres se le sirve al hombre de mayor edad y después a los demás hombres.
No se pide refresco para desayunar.
La servilleta tiene un propósito, hay que usarla para limpiar las manos y alrededor de la boca, no el mantel o la lengua.
Tomarse el cabello en la mesa es de mala educación
Utilizar gorra o sombrero a la mesa es de mal gusto.
Si se encuentra en un restaurante se debe hablar con voz baja, jamás gritar o reír a carcajadas.
Cada persona tiene su plato, no se debe tomar alimento de plato ajeno.
La copa de vino se toma por el tallo y jamás se sirve hasta el tope.
Mientras la gente sigue
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