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Obras Arquitectonicas Del Siglo Xx

yajairamendez26 de Noviembre de 2013

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I N D I C E

CONTENIDO PAG.

INTRODUCCION………………………………………………………………… 03

1-. Las Torres del Silencio…………………………………………………………. 05

2-.Plaza de Toros Maestranza Cesar Girón ……………………………………..... 08

3-.Santuario Nuestra Señora de Coromoto………………………………………... 09

4-.Hotel Humboldt………………………………………………………………… 11

CONCLUSION…………………………………………………………………… 14

BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………………. 15

ANEXOS…………………………………………………………………………. 16

INTRODUCCION

La Arquitectura de Venezuela es el arte edificado tanto en Venezuela, como por arquitectos venezolanos en otras partes del mundo. La arquitectura venezolana es una mezcla de la cultura autóctona indígena venezolana y de las adoptadas en el país por la transculturización artística de las distintas culturas arquitectónicas que se comenzaron a proyectar en Venezuela desde la llegada de los españoles a territorio venezolano.

La arquitectura venezolana en sus inicios se distinguió por tres tipos: la arquitectura civil, que abarca la casa colonial, la arquitectura religiosa y la arquitectura militar.

- La vivienda colonial: Las primeras casas eran de paja en un principio, después se utilizó madera y barro. Ejemplo Las chozas y los palafitos. En el siglo XVII, se empezó la construcción de casas de piedra, ordenadas alrededor de la plaza, siguiendo un trazado urbanístico cuadrangular, es decir de las plazas partían las viviendas hacia los puntos cardinales. Uno de los rasgos característicos de la vivienda colonial fue el frente, con ventanas enrejadas y muros largos. Además destaca el balcón como elemento arquitectónico en la fachada, el zaguán y el patio principal con corredores. Ejemplo: Quinta Arauco en Caracas.

- La arquitectura religiosa: Se caracteriza por ser modesta, con fachadas decorativas que ponen de manifiesto el estilo barroco. En su interior destacan las columnillas que sostienen el techo. Las torres y campanarios terminaban en pequeñas cúpulas de media naranja. Ejemplo: la Catedral de Caracas.

- La arquitectura militar: Que se caracteriza por empalizada a su alrededor, el puente levadizo y las cañoneras. En su interior se encontraban los cuarteles, el comedor y la plaza de armas. Ejemplo: El Castillo de San Carlos en la Guaira y el Castillo de Araya en el estado Sucre.

En la arquitectura del siglo XX, en la ciudad se siente la influencia neobarrocas y neocoloniales en construcciones y remodelaciones. El mejor representante en esta época fue el arquitecto español Manuel Mújica Millán y Carlos Raúl Villanueva, aunque también destacan Cipriano Domínguez, Erasmo Calvani entre otros, algunas de las principales obras:

• La plaza de toros de Maracay (1931).

• Museo de Bellas Artes (1935).

• La escuela Gran Colombia de Caracas (1939), primer edificio moderno en línea de la vanguardia francesa.

• Las Torres del Silencio (1948).

• El Hotel Humboldt (1956).

En vista de la importancia que han tenido estas obras en Venezuela, en el siguiente trabajo se destacaran algunas de ellas, realzando su historia, el arquitecto que diseño la obra, así como el funcionamiento que tiene o tubo en su época.

1-. LAS TORRES DE EL SILENCIO.

Durante muchos años las torres de El Silencio fueron el icono más representativo de la modernidad en la que vivía Venezuela desde mediados de la década de los cincuenta, en pleno auge de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Y lo fueron bastante tiempo, en el que ostentaron el honroso título de los edificios más altos de Venezuela, hasta la construcción de las torres del Parque Central.

Las torres fueron construidas a partir de un proyecto del arquitecto Cipriano Domínguez en colaboración con Tony Manrique de Lara y José Joaquín Álvarez, y sus primeras trazas datan de 1948. Constituyen un ejemplo único de arquitectura urbana, funcionalista y monumental. Su aporte a la ciudad es emblemático y se fundamenta en el escenario de la arquitectura moderna que dará empuje a la ciudad del siglo XX.

Las torres de El Silencio representan la estructura irrepetible de Caracas como emblema de la ciudad moderna. Se pone de manifiesto “el collage perfecto de dos perspectivas urbanas; la abierta, presidida por las Torres hacia el espacio infinito que enmarca Los Caobos (y el cañón del valle al fondo) y la perspectiva cerrada, enclaustrada hacia los bloques blancos y horizontales de El Silencio.

El proyecto tiene una rotunda claridad simbólica y estética en su planteamiento. Aparecen en el mismo centro de la ciudad, impuestas, no se mezclan con el ambiente urbano que le circunda y proponen un nuevo paisaje axial con todas sus formas simétricas, que orienta y definen las directrices del crecimiento de la ciudad nueva. Cada edificio queda suspendido en el aire sobre el terreno, sobre pilotes, que permiten plantas libres y Caracas transita debajo de ellos sin entorpecer su funcionamiento. La cubierta es plana y aprovecha el uso de sus terrazas. El espacio simétrico es riguroso y las ventanas se extienden de un lado a otro. Para hacer posible su construcción fue necesaria la demolición del famoso hotel Majestic, con gran dolor de muchos caraqueños de la época, aunque el esplendor de la nueva construcción lo superó con creces.

Las torres de El Silencio se convierten en la primera experiencia en Venezuela que pone en práctica un organismo arquitectónico multifuncional en el nuevo corazón de la ciudad. “La estratificación de las diferentes funciones, las plataformas equipadas, la especialización del tránsito de vehículos, la experiencia de sus pórticos estructurales metálicos y la importancia otorgada a las áreas cívicas y peatonales, lo señalan como empresa de diseño a escala cuyo valor revolucionario modificó el espacio físico para la sociedad moderna venezolana convirtiéndolo en un icono de valor continental”.

En la propuesta final de Cipriano Domínguez en 1949 se establecen dos hileras continuas de edificaciones que ascienden gradualmente de altura a partir de los bloques 2 y 3 hasta culminar con las dos torres de 32 pisos y 103 metros de altura, plazas cubiertas, numerosas vías exteriores y subterráneas para el tráfico rodado y de peatones, zona comerciales y central de autobuses, constituyen el núcleo de una ciudad múltiple que se prolonga en la avenida Bolívar y posteriormente se enlaza con la autopista del Este.

Ejemplo de arquitectura urbana, funcionalista y monumental, su desarrollo siguió los “cinco puntos” de Le Corbusier: la planta libre, los pilotes, los corredores profundos y verticales, los estacionamientos y las amplias escalinatas, los detalles en bronce, las rampas, los “brise-soleil”, las terrazas-jardín, el desplazamiento vertical, la plaza aérea, la espléndida terraza pública, el sentido albertiano de la arquitectura, la evocación cubista, las calles memorables, las secuencias de puntos estabilizadores… En el nivel avenida se habilitaron 100 locales comerciales y otros 200 en el nivel sótano 1, que fueron todo un referente en su época.

Conocidas también como Torres del Centro Simón Bolívar –organismo encargado de su condominio-, las torres de El Silencio están situadas en el arranque de la Avenida Bolívar, y las preside una imponente estatua del libertador en apariencia civil y en el lateral de la torre sur, hacia la avenida Baralt, se encuentran las plazas Diego Ibarra y Caracas. Muy cerca está el Parlamento, la sede de la Cancillería y la Plaza Bolívar, que es la plaza mayor de Caracas.

Las torres fueron inauguradas el 6 de diciembre de 1954, con la asistencia del presidente de la República. Los apartamentos fueron rápidamente ocupados por las empresas de prestigio entonces asentadas en Venezuela, tanto nacionales como extranjeras, todo ello reforzado con restaurantes, salas de fiestas, comercios de todo tipo, servicios múltiples, amplios garajes, ascensores, escaleras mecánicas, soluciones interiores diversas.

Las torres de El Silencio dieron vida al primer centro comercial de Caracas y contribuyeron decisivamente a la modernización de la capital venezolana. En la actualidad tienen allí su sede varios ministerios (Salud, Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables y Trabajo) y la sede del CONAC (Consejo Nacional de Cultura) y del Instituto de Artes Escénicas y Musicales.

Las Torres de El Silencio son, en la actualidad, las edificaciones públicas más vulnerables de la capital venezolana, debido a una serie de deficiencias que, en caso de incendio, por ejemplo, pondría en serios aprietos un desalojo masivo. Se estima que en el conjunto trabajan unos 1.300 empleados públicos. Las áreas comunes están obstruidas por los tarantines de los buhoneros que campan a sus anchas. Aumento indiscriminado de la carga eléctrica de las oficinas

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