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Politicas Publicas

Samiira20 de Marzo de 2014

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RECONOCER LOS MEDIOS Y LOGROS EN EL PROCESO DE LA EVALUACIÓN DE LAS POÍTICAS PÚBLICAS

La evaluación de las plíticas: Las unidades de evaluación de la administración pública determinan en qué medida se han logrado los objetivos de la política pública en cuestión. La evaluación cierra el ciclo de las políticas, y puede retroalimentar el proceso en cualquiera de sus fases. En la práctica, la evaluación no está tan extendida como sería deseable.

. Técnicas cuantitativas y cualitativas de evaluación

Como se ha venido señalando, las diferentes administraciones poseen una gran cantidad de información que permite describir y medir, sobre todo, la asignación de sus recursos y las realizaciones que producen. Sin embargo, el evaluador se interesa más por los efectos y los impactos de tales actuaciones. En general, la carencia de datos disponibles sobre estos efectos contrasta con la abundancia de estadísticas de carácter interno sobre los medios. Desgraciadamente, son raras las políticas públicas que, desde su nacimiento, cuentan con un dispositivo que permita recopilar aquellos datos que posibiliten la medición de sus impactos. De ahí la necesidad que tiene el evaluador de elaborar a posteriori los indicadores de efectos, bien directamente, bien recurriendo a indicadores indirectos que faciliten una buena aproximación.

Las técnicas que se utilizan en los procesos de evaluación son básicamente de dos tipos: cuantitativas y cualitativas. Las características de unas y otras son diferentes.

Recientemente, y gracias a la contribución de las ciencias sociales, se han incorporado a la evaluación las técnicas cualitativas de investigación. En general, las técnicas cuantitativas usan los números como herramienta principal y responden a la pregunta «cuánto», mientras que las de tipo cualitativo utilizan como instrumento la palabra y responden a las preguntas «qué», «cómo» y «por qué». Estas últimas presentan, fundamentalmente, dos ventajas frente a las técnicas cuantitativas:

• Posibilitan la participación de individuos con experiencias diversas (gesto res públicos, directores de obra, beneficiarios…) que ven la actuación desde diferentes puntos de vista y, por ello, permiten obtener una visión multisectorial de los factores de éxito y fracaso detectados.

• Permiten la generación de un gran número de ideas de forma rápida.

Frente a ellas, también poseen ciertos inconvenientes:

• Carecen de la precisión de las técnicas cuantitativas.

• Sus conclusiones no son generalizables.

En definitiva, las técnicas cualitativas y cuantitativas deben utilizarse conjuntamente, de forma complementaria. Las metodologías que se apliquen para llevar a cabo la evaluación deben permitir el uso de la interpretación y de la intuición del evaluador. La neutralidad y objetividad absolutas son, a nuestro juicio, aproximaciones primitivas. En los momentos actuales no podemos permitir que la precisión numérica en los estudios de evaluación asfixie el uso de la palabra, que, en ocasiones, contribuye a presentar los resultados y los impactos con una mayor claridad.

Tipología de los sistemas de evaluación

Una de las dificultades que pueden surgir en el proceso de evaluación es el momento de llevarlo a cabo. En el caso concreto de las políticas financiadas con cargo a los fondos estructurales de la Unión Europea, este problema está resuelto, dado que la normativa vigente para el período 2000-2006 establece tres tipos diferentes de evaluación, según el momento en el que ésta se realice:

• Evaluación previa (antes de la puesta en marcha del programa o la política). A través de ella se trata de comprobar si, efectivamente, las medidas que se proponen en los programas son adecuadas, o no, para el logro de los objetivos que se pretenden conseguir. En esta primera etapa se delimitan los indicadores de realización que van a utilizarse para llevar a cabo el seguimiento del programa. Además, para el actual período 2000-2006, debe prestarse una especial atención a la situación medioambiental y del mercado laboral, así como a la igualdad de

Oportunidades:

• Evaluación intermedia o de proceso (a mitad del período). Mientras el programa está ejecutándose debe comprobarse si está, o no, siendo efectivo. Para ello se lleva a cabo un proceso de seguimiento de las actuaciones a lo largo de toda su vida. Se trata de detectar si realmente las medidas que está ofreciendo la Administración encuentran una demanda entre los beneficiarios, destinatarios últimos de la política. Esta evaluación debe valorar la eficiencia y la calidad del programa, permitiendo una reprogramación de las actuaciones y de los re c u r s o s cuando éstos no estén logrando los objetivos que, en un principio, se establecieron.

• Evaluación posterior (una vez finalizado el período de programación).

Con ella se pretende efectuar un análisis del uso de los recursos, la eficiencia, la eficacia y, sobre todo, los impactos que hayan podido derivarse de la ejecución del programa y que se hacen perceptibles a través de la transformación del tejido productivo y social sobre el que se ha actuado.

La introducción de indicadores de evaluación del desempeño genera múltiples puntos de apoyo para la implementación de una gestión orientada a los resultados. En primer lugar, los indicadores apoyan el conocimiento y el aprendizaje del accionar que a menudo se desarrolla en forma bastante irreflexiva y rutinaria. Si el proceso de construcción de los indicadores se realiza en forma amplia y participativa, tanto los directivos públicos como los funcionarios inician un proceso de reflexión e introspección acerca del quehacer institucional que los lleva a un "darse cuenta" de las fortalezas y debilidades de los resultados de cada unidad y de la institución en su conjunto. Este proceso de aprendizaje tiene su vertiente más rica en el cambio del eje de análisis que realizan los funcionarios desde una visión centrada en los procesos (sobre lo que normalmente hay más conciencia pues son las acciones que se ejecutan diariamente) hacia una visión que se orienta a los resultados e impactos del accionar institucional. Un segundo aspecto se refiere al apoyo que proveen los indicadores para adoptar medidas de mejoramiento de la gestión que se refieren al re-diseño de los programas modificando sus estrategias de entrega de los bienes y servicios a las poblaciones destinatarias. De igual modo, las conclusiones que emanan de la evaluación del desempeño permiten realizar ajustes en la operación y valorar la pertinencia de las acciones realizadas en pos del logro de los objetivos institucionales. Un tercer punto de apoyo para la implementación de una gestión orientada a los resultados es que la utilización de los indicadores favorece la contestabilidad o competencia por recursos públicos (este aspecto no está previsto en nuestra normativa boliviana sobre asignación de recursos). Con la finalidad de romper la inercia presupuestaria, los distintos programas y sectores compiten en igualdad de condiciones para obtener fondos durante la fase de formulación presupuestaria. Finalmente, el cuarto punto de apoyo tiene relación con la transparencia y rendición de cuentas. En la búsqueda de la eficiencia no se puede desentender la participación ciudadana. Para que la accountability sea operativa, la ciudadanía debe disponer de información sobre el accionar público, particularmente en lo que se refiere a los niveles de cobertura y criterios de focalización de los programas públicos.

CUÁLES SON LOS INDICADORES EN EL PROCESO DE LA EVALUACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

Los indicadores son muy útiles en distintas fases del ciclo de las políticas públicas. Un indicador es una magnitud asociada a una actividad que permite, por comparación con los estándares valorar periódicamente dichas actividades. Los indicadores tienen dos funciones: una descriptiva (aportar información sobre una situación determinada y su evolución en el tiempo) y otra valorativa (apreciar los efectos provocados por una actuación). Para que un indicador sea válido debe presentar las siguientes características: pertinencia, objetividad, univocidad, sensibilidad, precisión, fidelidad, accesibilidad. Los indicadores ideales son aquellos que se expresan en un valor numérico.

Construir indicadores no es fácil. Para establecerlos debe seguirse una secuencia lógica:

1) Saber qué se quiere medir

2) Determinar la información necesaria

3) Seleccionar los indicadores

4) Definir los estándares

5) Diseñar el procedimiento de recogida de datos

6) Comparar los datos

Los indicadores son útiles en todas las fases del ciclo de las políticas públicas. Veamos su utilidad en la identificación y definición de problemas, la implantación y la evaluación de las políticas públicas.

Los indicadores en la identificación y definición de problemas. ¿Cómo advierten las administraciones la existencia de problemas en la sociedad? Muchas cuestiones captan la atención de la administración porque algunos indicadores muestran de forma clara y sistemática que esos problemas existen. Esos indicadores permiten cuantificar la incidencia del problema en cuestión:

- Tasa de desempleo (número de personas desempleadas / número de personas económicamente activas)

- Índice de precios al consumo (proporciona información sobre la evolución de la inflación)

- Número de muertos en accidentes de carretera a lo largo del año

- Tasa de incidencia del SIDA (número de caso de sida notificados por millón de habitantes)

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