¿Por qué la Administración de la Educación es una práctica política?

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Departamento de Ciencias de la Educación

Cátedra de Administración de la Educación y de las Instituciones Educativas

Equipo docente:  

• Asprella, Gabriel
• Vicente, María Eugenia

Estudiante:

• Aprigliano, María. Leg. 110363/4

Trabajo práctico: ¿Por qué la Administración de la Educación es una práctica política?

Para comenzar, queremos mencionar que además del escrito de Codd (1989), utilizaremos un libro de Jara Holliday (2020) para fundamentar por qué afirmamos, en congruencia con lo que plantea la cátedra de Administración de la Educación y de las Instituciones Educativas (FaHCE-UNLP), que la administración es una práctica política.

Codd (1989) nos permite visibilizar las dimensiones interrelacionadas de acción reflexiva y activa pertenecientes tanto al cuerpo teórico de la administración educativa, como a su práctica cotidiana. Aquí podemos mencionar que como herramienta que trabaja en una organización y construcción social específica, está mediatizada por esa realidad socio-cultural y política particular donde La Ciencia construye una combinación de modelos empíricos e interpretativos de indagación y acción deliberada. De estos criterios que pertenecen tanto a la teoría existente, como del sentido común, se nutrirá el trabajo de la administración.

Desde allí diremos que estas dimensiones siempre van a estar atravesadas por una acción moral, que se apoya en principios culturales e ideológicos, sin excepción. Toda decisión será basada necesariamente en una observación llevada a cabo según unos supuestos teóricos que a su vez también responden a principios culturales e ideológicos específicos que, bien sabemos, responderán a enfoques y criterios profesionales particulares.

Nos resulta interesante sumar a Jara Holliday (2020) ya que nos permite añadir, para visibilizar el factor del poder dentro de los vínculos que se establecen en la sociedad y las prácticas educativas en general, y en la administración dentro de ellas en particular. Nos parece relevante poder argumentar que la dimensión política hace referencia a las relaciones de poder que constituyen un entramado plural, disperso, transversal, que circula en todas las relaciones humanas y que están directamente relacionadas con las posibilidades o no de constituirnos en sujetos sociales e históricos de transformación. Esta perspectiva del cambio social puede estar ligada a visiones, “acciones deliberadas”, enlazadas a la distribución equitativa de los capitales simbólicos, materiales, culturales en nuestras sociedades, o no. Y estar construyéndose, transformando, administrando para concentrar esas riquezas en pocas manos, como hemos visto instalan aquellos enfoques con criterios de homogeneidad, la eficiencia y eficacia en la educación y administración.

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