Primeros Auxilios
mariasar8924 de Septiembre de 2013
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INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA
“JOSÉ ANTONIO ANZOÁTEGUI”
EL TIGRE- EDO. ANZOATEGUI
LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÓN
Profesora: Livia Baquero
Bachilleres:
Alvarado Endrismar 25.568.196
Bogady Lermitt 25.389.086
Chauran Mariangel 26.033.525
Da Silva Joelismar 24.227.985
Guerra Erimar 23.519.684
Millán Roger 25.059.763
Oca Wilmary 20.741.273
Sección A-02 Rivero Angela 25.389.077
Sarabia María 19.141.926
El Tigre, 18 de Septiembre del 2013
Introducción
Los primeros auxilios, son medidas terapéuticas urgentes que se aplican a las víctimas de accidentes o enfermedades repentinas hasta disponer de tratamiento especializado. El propósito de los primeros auxilios es aliviar el dolor y la ansiedad del herido o enfermo y evitar el agravamiento de su estado. En casos extremos son necesarios para evitar la muerte hasta que se consigue asistencia médica.
Los primeros auxilios varían según las necesidades de la víctima y según los conocimientos del socorrista. Saber lo que no se debe hacer es tan importante como saber qué hacer, porque una medida terapéutica mal aplicada puede producir complicaciones graves.
Diariamente, podemos sufrir o ser testigos de accidentes o enfermedades repentinas que puedan amenazar la vida de una persona. Todo ciudadano está en la obligación ética, moral y legal de auxiliar al necesitado de acuerdo a los recursos y sus capacidades; es por ello que se debe tener conocimiento básico sobre primeros auxilios, sus implicaciones y limitaciones.
Desarrollo
Definición
Incendio: Se define por incendio la combustión no deseada de uno o varios materiales.
Combustión: Combustión es un fenómeno de oxidación exotérmica que se produce con carácter irreversible.
Oxidación Combinación de un material con el oxígeno.
Exotérmica Desprende calor.
Carácter irreversible El material afectado por esta oxidación queda transformado totalmente, cambiando sus propiedades físico químicas, sin posibilidad de recuperarlas.
Tetraedro del fuego
Para que un fuego se produzca y/o se mantenga son necesarias cuatro condiciones; la falta de una de ellas produce automáticamente a la extinción del mismo. Estas cuatro condiciones son:
Calor - aumento de temperatura
Combustible - toda materia capaz de arder
Comburente - materia que aporta oxígeno para la combustión
Reacción en cadena - distintas etapas de la combinación de las moléculas de un combustible con el oxígeno
Fases de un incendio
En el desarrollo de un incendio pueden distinguirse varias fases:
1. Según aumenta la temperatura, el combustible empieza a desprender partículas invisibles al ojo humano.
2. La concentración de partículas ascendentes, que se desprenden del material, forma humos y vapores que ya son visibles.
3. En presencia de la cantidad de oxígeno necesaria, los vapores se transforman en llamas, con gran aumento de los humos y desprendimiento de calor.
La duración de cada una de estas fases depende de la clase de material y de las circunstancias en cada momento.
La velocidad de propagación del fuego viene determinada por la superficie de contacto del combustible con el comburente, por la proporción de ambos y por la temperatura.
Los gases combustibles y los vapores desprendidos de líquidos combustibles nos dan el mayor grado de mezcla con el aire. En determinadas proporciones pueden provocar explosiones, al igual que líquidos o sólidos combustibles pulverizados.
Las brasas son productos de combustiones incompletas de algunos sólidos de alta temperatura de oxidación, las cuales forman posteriormente las cenizas.
Formas de propagación del fuego
El fuego puede propagarse por cualquiera de los tres medios o por distintas combinaciones entre ellos. Estos medios son: radiación, convección y conducción.
Radiación:
Es el desplazamiento de ondas de calor, partiendo de un fuego, a una materia próxima. El ejemplo más notorio es el calor que nos llega del Sol. El calor que radia un fuego se transmite en línea recta, calentando los objetos y el aire próximos, propagándose en todas direcciones, sin tener en cuenta la dirección del posible viento reinante.
Las ondas radiadas pueden ser reflejadas, en parte, por ciertos objetos tales como planchas metálicas. Las superficies oscuras absorben el calor radiado más aprisa que las superficies de colores claros.
Convección:
Es el desplazamiento de los gases y aire caldeados. Cuando se calienta el aire o cualquier otro gas, este se dilata y se vuelve más ligero; esto hace que ascienda y cuanto más caliente se encuentre, mayor será su ascensión. El humo y los gases calientes que se engendran en un fuego suben rápidamente, calentando todas las materias que están por encima, pudiendo llegar a su temperatura de ignición y arder.
Cuando el calor se desplaza ascendiendo por un hueco de escalera, está haciéndolo por convección. Estos gases caldeados siguen la línea de menor resistencia y, cuando tropiezan con algún obstáculo en su desplazamiento hacia arriba, se propaga lateralmente, pasando por puertas y ventanas o saturando el lugar si están cerradas. La convección está influida por la velocidad del viento y las corrientes de aire.
Conducción:
Es el avance del calor a través de una sustancia. Esto queda demostrado si calentamos un extremo de una varilla de metal y la sostenemos por el otro extremo; al cabo de un momento notaremos el calor conducido por el metal. De aquí la importancia de la conductibilidad de los materiales en la propagación de los incendios. De forma muy general podemos decir que los metales son buenos conductores y otros, como por ejemplo: el hormigón, piedras o ladrillos, son malos conductores.
Clasificación de los fuegos
Los fuegos se agrupan en cinco clases, basándose en los elementos extintores para combatir cada uno de ellos.
Clase A Son los que ocurren con materiales sólidos como la madera, el papel, los trapos y los desperdicios. La acción sofocante y de enfriamiento del agua, o soluciones que la contengan en porcentajes altos, son de importancia vital en esta clase de fuegos. Hay agentes de polvos químicos secos especiales (de multiuso) que extinguen rápidamente las llamas y forman una capa que retrasa la combustión. Si fuese imperiosa una extinción total, se recomienda continuar con agua o con otro agente extintor de la clase A.
Clase B Son los que ocurren debido a la presencia de una mezcla de vapor-aire sobre la superficie de un líquido inflamable, como gasolina, aceite, grasa, pinturas y algunos disolventes. El limitar el aire (oxígeno) e inhibir los efectos de la combustión son de importancia vital en esta clase de fuegos incipientes. Los chorros de agua favorecen la propagación del fuego, aunque, en ciertas condiciones, las boquillas de niebla de agua han demostrado ser eficaces. Generalmente, se usan polvos secos comunes, polvos secos de multiuso, anhídrido carbónico, espuma e hidrocarburos halogenados.
Clase C Son los que tienen lugar en gases combustibles, con la particularidad de arder muy rápidamente.
Como norma general, los fuegos producidos en gases no deben apagarse si no se puede contener el escape de gas. El peligro de explosión por la acumulación del gas del escape sería peor que permitir que el gas siga ardiendo en el punto en que se está fugando.
La única manera adecuada de extinguir un fuego así es cortándole el combustible. Mientras tanto, es necesario enfriar los materiales o edificaciones expuestos al fuego, así como el propio contenedor del gas.
La neblina de agua es buena para estas operaciones y establece una barrera contra el calor, para proteger a las personas que intentan cerrar las válvulas o trabajan cerca del fuego.
Hay que tener en cuenta que, cuando la llama de un escape es azulada y no produce humos, es probable que en el interior del contenedor exista una mezcla del combustible y comburente dentro de sus límites de explosividad. En el caso de crearse un vacío, la explosión es segura, no se puede arriesgar, el personal al intentar cortar la fuga. En estas circunstancias, si fuese posible, habría que inyectar vapor de agua o gas inerte.
Los agentes extintores más adecuados son el anhídrido carbónico, gases inertes, polvo químico y halógenos.
Clase D Los fuegos que ocurren en metales combustibles como el magnesio, el titanio, el circonio, el litio y el sodio, se clasifican como de la clase D. Para controlar y extinguir fuegos de esta clase se han desarrollado técnicas, agentes extintores y equipos de extinción especiales. En general, no debieran usarse agentes extintores
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