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Principio De Analogía


Enviado por   •  21 de Junio de 2012  •  1.874 Palabras (8 Páginas)  •  954 Visitas

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“Reflexiona sobre el principio de analogía en los autores modernistas a raíz de la figura del cisne y su utilización en el arte, con especial incidencia en algún poema de Rubén Darío.”

La origen de la palabra «analogía», según la RAE (2001), proviene del griego y quiere decir «proporción», «semejanza». El principio de analogía es una idea primaria; de esta manera la describe Octavio Paz:

La idea de la correspondencia universal es probablemente tan antigua como la sociedad humana. Es explicable: la analogía vuelve habitable al mundo. A la contingencia natural y al accidente opone la regularidad; a la diferencia y a la excepción, la semejanza. El mundo ya no es un teatro regido por el azar y el capricho, las fuerzas ciegas de lo imprevisible: lo gobiernan el ritmo y sus repeticiones y conjunciones. Es un teatro hecho de acordes y reuniones en el que todas las excepciones, inclusive la de ser hombre, encuentran su doble y su correspondencia. La analogía es el reino de la palabra como, ese puente verbal que, sin suprimirlas, reconcilia las diferencias y las oposiciones. (Paz, 1996: 392)

Al mismo tiempo, el poeta explica analógicamente la concepción del mundo como un ritmo gracias a la analogía. Ve el mundo como un poema que, a su vez, es un mundo de ritmos y símbolos. De esta manera, distintas corrientes artísticas como el neoclasicismo, simbolismo y modernismo encontraron en el mito una de las expresiones artísticas con la que mejor se ha representado este sistema de ritmo y correspondencia entre el hombre y la naturaleza. En él confluye un complejo universo de símbolos que los parnasianos y simbolistas reconocerán como una fuente de belleza y exotismo con los que este movimiento combatirá el sentimentalismo de sus predecesores románticos. Sin embargo, Octavio Paz atribuye a los románticos ingleses y alemanes la resurrección de la visión analógica del mundo y del hombre en el momento en que desenterraron los ritmos poéticos tradicionales. (Paz, 1996: 389)

Rubén Darío también reconoció y se reconoció en esta visión mítica del mundo como un sistema de símbolos y correspondencias para forjar el estilo que tanto buscó. Experimentó tanto en la forma como en el fondo a pesar de que la estética del arte por el arte le exigía desatender el fondo en aras de la belleza autónoma. Su espíritu universal y cosmopolita despertó la necesidad de buscar en tierras lejanas y en los distintos ángulos de la realidad aquélla proporción y semejanza que existe en la diferencia de todas las cosas del mundo que se interrelacionan mediante el ritmo.

La recurrencia a la figura del cisne en los movimientos parnasianista y simbolista de los que el modernismo la retoma queda bien documentada en artículos como el de Jerónimo Martínez El cisne, leit‐motiv de la poesía parnasiana, simbolista y modernista (2001 – 2002). El autor comienza su ensayo con un poema de Banville titulado Stalactites (1846) en el que se evoca al mito de Leda a través de la figura del cisne.

En esta revisión de los poemas pertenecientes tanto a la tradición francesa como a la española que evocan al símbolo del cisne y su tradición mitológica, se citan poemas de autores como Gautier y su interesantísimo poema Symphonie en blanc majeur1 (1852). Aparece también Le Cygne de Sully Prudhomme (1869) y uno de Baudelaire con el mismo nombre pero con distinto tratamiento del símbolo. Para terminar, se analizan poemas como Le sonnet du cygne (1857–1861) de Mallarmé y El Cisne del modernista español Salvador Rueda además de los imprescindibles poemas Sonatina y Blasón (1896) de Rubén Darío. De este ensayo y de los ejemplos citados sobre el tratamiento de la figura del cisne, el lector se da cuenta de que la utilización de dicho símbolo aparece en estos autores como la representación de la belleza, la creación poética y la pureza. La estética que estos poetas atribuyen al animal no se justifica como «el ornato pretendido» que José Martí tanto detestaba.

A través del poema de Gautier el lector recibe diversas sensaciones y emociones asociadas al color blanco. Prudhomme acentúa el dinamismo del cuello del cisne y su equiparación con la figura y labor del poeta. Baudelaire no sorprende con su visión decadente del animal en este poema nostálgico que nos habla sobre un antiguo barrio desaparecido en París; el lado oscuro de la belleza se destaca todavía más porque Baudelaire supo aprovechar la perfecta imagen parnasiana del cisne para oponer a ésta su visión nostálgica y decadente. Por último, Mallarmé, compone el poema con distintas imágenes que sugieren la evolución de la creación poética en relación al cisne y que representan la génesis y lucha del poeta por alcanzar la belleza. (Martínez, 2001 – 2001: 91)

Una vez analizada la estética que estos escritores heredaron a Rubén Darío, podríamos preguntarnos: ¿Qué hace Rubén Darío y los poetas modernistas cuando, impulsados por el deseo de renovación y búsqueda, encuentran al cisne posado en manantiales parnasianos, en evocaciones simbolistas y al mismo tiempo, desplumado en un barrio destruido?

Posiblemente, el mismo Rubén Darío nos lo aclara en el poema cuyo título remite directamente al símbolo referido:

EL CISN

Á Ch. Del Gouffre.

Fue en una hora divina para el género humano.

El Cisne antes cantaba sólo para morir.

Cuando se oyó el acento del Cisne wagneriano

fue en medio de una aurora, fuepara revivir.

.

1 La novedad del poema radica en ser considerado como modelo de «transposicón de arte» debido al tratamiento del color blanco como si se tratara de una variación musical sobre todas las escalas del blanco. (Martínez, 2001 – 2001: 84)

Sobre las tempestades del humano océano

se oye el canto del Cisne; no se cesa de oír,

dominando

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