Profesional De Enfermería

Hasta hace algunos años la enfermería se consideraba un oficio en el que el enfermero se encargaba de cuidar la salud de los seres humanos, diagnosticando y tratando los problemas que cada persona presentaba en algún momento determinado de su vida, sin embargo, un contacto tan directo y personal con los pacientes no era apropiado para dejarlo en manos de una persona sin una preparación profesional, profunda y minuciosa en cuanto al funcionamiento y cuidado del cuerpo.

Con el paso del tiempo y el aumento en las necesidades de personal capacitado para la atención de un paciente, se abre paso a una nueva oportunidad de laborar en el ámbito de la salud, combinando los conocimientos y habilidades del área médica, con los juicios que implica la ejecución de la ética profesional ante situaciones de adversidad: ser un profesional en enfermería. A diferencia de un enfermero común o un enfermero empírico, el profesional en enfermería, a lo largo de su proceso de formación, obtiene un título universitario que le permite respaldarse como elemento competente en el área de la salud y está preparado para realizar diversas funciones tales como exámenes físicos, pruebas de laboratorio, diagnóstico y tratamiento de enfermedades, suministro de medicamentos, entre otras ocupaciones que en tiempos pasados correspondieron exclusivamente a los médicos, haciendo énfasis en el proceso que éstos tenían que seguir para considerarse aptos en el ejercicio de la medicina.

Como profesional de enfermería en formación, aprecio la oportunidad que tengo de capacitarme en el ámbito de la salud para el servicio de la gente por dos razones que considero muy importantes: en primer lugar, el paciente tiene el derecho de ponerse en manos de una persona competente, que pueda ayudarlo en el tratamiento de su enfermedad y que le brinde un trato digno y respetuoso, pues no simplemente nos preocupamos de lo médico, sino también de las relaciones interpersonales de los agentes que intervienen dentro de los procesos. En segundo lugar, por ética, no podemos presentarnos ante un paciente sin la preparación adecuada ya que una falla en nuestras funciones, podría cobrar la vida de una o varias personas.

Debido a las implicaciones de una formación profesional organizada, detallada y validada por expertos en la materia el profesional en enfermería adquirió la capacidad de realizar en sus pacientes análisis más minuciosos de la situación en la que se encontraba el enfermo, tomando en cuenta aspectos en los cuales antes no se ponía tanto interés, como lo son los antecedentes familiares o posibles causas por las que el paciente desarrolló la enfermedad y las acciones a realizar para favorecer la salud del paciente. Es así como nace el proceso de atención de enfermería, el cual se ha comparado en ocasiones con las fases del método científico, pero aplicadas en el área médica, considerando al paciente como el elemento más importante del procedimiento. Este proceso incluye varias etapas que se realizan por separado y en distintos momentos, pero que al final son parte de un todo. Son cinco las etapas que tomamos en cuenta dentro del proceso de atención de enfermería: valoración, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación, que, como podemos observar, implican un análisis desde el primer contacto del paciente con médicos y enfermeros, una propuesta de las posibles causas por las que el paciente ha llegado hasta ahí, una serie de actividades a ejecutar para erradicar o detener el avance del problema, la ejecución de las acciones antes mencionadas y planificadas y por último, el resultado de los actos realizados durante el proceso, con sus aspectos positivos y negativos y el posible replanteo del proceso, respectivamente.

La atención al paciente nos permite conocer a nuestro elemento principal de manera precisa. Lo que nos distingue como profesionales en enfermería es la forma de actuar

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