Qué Vale Y cómo Vale

LOS VALORES (QUE VALE Y CÓMO VALE)

A) ideal ético

El ideal ético es un claro rechazo de Ia indiferencia, del «tanto de Io uno como Io otro». Para Ia voluntad moral no todo vale: «Yo creo que Ia primera e indis-pensable condición ética es la de estar decidido a no vivir de cualquier modo: estar convencido de que no todo da igual aunque antes o después vayamos a morir». En Ia vida hay cosas que no vale hacer, mientras que otras cosas son excepcionalmente valiosas. Lo que no vale es Io que no responde a Io que el hombre quiere. Por el contrario, Io que vale para el hombre no es sino aquello que él quiere: ser, ser más y ser una totalidad abierta a Io posible y auto determinada.

El ideal ético no puede realizarse de una vez por todas sin dejar de serlo, y ello no porque sea irrealizable, sino por todo Io contrario, porque nunca renuncia a Io posible. Su perfección consiste en mantenerse inacabado, nunca plenamente realizado.

B) La voluntad de valor

La voluntad de valor es el núcleo originario del ideal ético, porque en ella se contiene Io que éste simboliza:

1. Que nuestras acciones no son consecuencia de condicionamientos externos o internos, sino decisiones de una intimidad que se auto determina.

2. Que no es indiferente optar por una u otra acción.

3. Que Ia conducta preferible debe ser justificada racionalmente.

Genéricamente, Ia voluntad de valor es Ia posibilidad de realizar cada cual su querer en el ámbito de las relaciones con los otros hombres. Ella misma es universal, aunque se realiza de forma desigual según individuos y culturas. Encada individuo tiene un componente de predisposición, una facilidad o una dificultad congénita. Las concreciones de Ia voluntad de valor en preceptos de tal o cual rango pueden tener una validez convencional, ser, por tanto, discutibles o derogables. Pero Ia voluntad de valor en sí misma no es convencional ni hipotética ni está sujeta a discusión.

C) Los valores

El origen de los valores está en los distintos niveles del querer humano, y aquí radica su objetividad y su idealidad: fuera de este querer, en el cielo y en Ia tierra, todo da igual. Los valores pueden entrar en conflicto unos con otros, de ahí Ia necesidad de jerarquizarlos.

El criterio jerarquizador es Ia peculiaridad humana: Io más inestable, Io más improbable, es Io más intrínsecamente humano y por tanto Io más valioso, Io más querido por el hombre. En último término, los valores del hombre provienen de sus apetitos. La tradición canónica distinguía tres tipos de apetitos: sentidos, conocimiento y dominio. El ideal ético pretende estructurar y conciliar Io que vale para los diversos apetitos, teniendo en cuenta su racional jerarquía y Ia posibilidad subjetiva de primar los valores de un apetito sobre los de otro.

Lo más valioso para el hombre es aquello que preserva su vida (ser), aumenta su

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