RECONOCIMIENTO DE NUESTROS SABERES DOCENTE

RECONOCIMIENTO DE NUESTROS SABERES DOCENTES

Se requiere un seguimiento sistemático sobre la práctica educativa, es decir reflexionar constantemente sobre experiencias educativas. Muchas veces por egoísmo, falta de tiempo, contingencias e incertidumbre no realizamos actividades de intercambio de experiencias docentes por lo que muchas veces se pierde esa rica experiencia por lo tanto los saberes se desaprovechan, se pierden y caen en el olvido.

Los saberes docentes de otros, implican un mundo de nuevas enseñanzas, solo que no hay que tomarlos como infalibles o superiores, debemos tomarlos como valiosos ya que nacen de la necesidad de la escuela y un contexto, además hay que construirnos nuestros propios saberes en base a nuestra experiencia por ello la importancia de la elaboración del diario de campo en donde podemos acumular de manera viva las experiencias a través de el acumular más conocimientos prácticos, por ello es muy importante que este se realice diariamente pues este retroalimenta nuestro quehacer en las clases; además nos da la posibilidad de reconstruir nuestra trayectoria docente.

El diario es el más claro reflejo de lo que sucede en la vida escolar así que debe elaborarse de forma que nos permita realizar análisis posteriores para mejorar la práctica-docente, con el también nos hacemos más reflexivos, un profesor reflexivo tiene la capacidad de analizar su propia práctica y el contexto en el que tiene lugar, podemos ser capaces de volver sobre nuestra propia práctica evaluarla y responsabilizarnos de futuras acciones.

Los métodos de trabajo se pueden cambiar, nuevas estrategias se pueden aprender de hecho nos pasamos la vida aprendiendo nuevas maneras de hacer las cosas. El primer paso de este proceso de cambio es desarrollar la percepción de que las estrategias existen e influyen en el aprendizaje, y para lograr estos cambios es importante una buena redacción de lo que es el diario de campo.

La enseñanza es algo más que una buena programación y pedagogía. El mejor programa educativo no tendría ningún valor en manos de quienes no creen en lo que enseñan, no respeten a sus alumnos y no interactúen con ellos. La verdadera base de cualquier experiencia escolar reside en la naturaleza de las relaciones maestro-alumno y la calidad del clima de la clase.

En toda propuesta de aprendizaje se subraya la importancia de las relaciones positivas entre alumnos y profesores. En este sentido es importante que los profesores reconozcamos nuestros saberes que en ocasiones suelen ir mas allá de los métodos previamente programados para llevar los conocimientos a un grupo de alumnos, pues somos nosotros quienes estamos frente a los alumnos quienes podemos desarrollar mejor la manera de enseñar y no un método ya predeterminado en el que no se

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