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RETÓRICA JURÍDICA: POR SU IMPLEMENTACIÓN MATERIAL COMO RESPUESTA A LA CRISIS ÉTICA DE LA JUSTICIA

Biografía 12 de Octubre de 2018

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RETÓRICA JURÍDICA: POR SU IMPLEMENTACIÓN MATERIAL COMO RESPUESTA A LA CRISIS ÉTICA DE LA JUSTICIA

MANUELA GÁLVEZ

Ensayo realizado como trabajo de convalidación de la cátedra de Argumentación Jurídica

CIRO MORÁN MATERÓN

Profesor Evaluador

UNIDAD CENTRAL DEL VALLE DEL CAUCA - UCEVA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y HUMANÍSTICAS

PROGRAMA DE DERECHO (NOCTURNO)

TULUÁ

2018


CONTENIDO

INTRODUCCIÓN        3

PRIMERA PARTE: EL ESTADO ACTUAL DE LA RETÓRICA EN LAS PRÁCTICAS JUDICIALES COLOMBIANAS        5

PARTE SEGUNDA: LA CRISIS ÉTICA DE LA JUSTICIA COLOMBIANA        9

CONCLUSIONES: LA RETÓRICA COMO ARMA EN FAVOR DE LA CORRUPCIÓN O SU CONTRA        11


RETÓRICA JURÍDICA: POR SU IMPLEMENTACIÓN MATERIAL COMO RESPUESTA A LA CRISIS ÉTICA DE LA JUSTICIA

INTRODUCCIÓN

Las primeras dos décadas del siglo XXI han significado para el sistema jurídico colombiano una verdadera transformación manifestada en diversas dimensiones: la consolidación del proceso de constitucionalización del Derecho, la fuerza vinculante del precedente, el recibo cada vez mayor del Derecho Internacional de los Derechos Humanos para dar solución directa o criterios de orientación de las decisiones judiciales[1], entre muchas otras.

Una de esas transformaciones es el traslado del régimen procesal colombiano de la familia hispanoamericana a la familia europea[2], con la consecuente adopción en los de las reglas técnicas de la oralidad, la inmediación y la concentración en un modelo de proceso por audiencias públicas de carácter dialectico[3]. Este trabajo no se centra sobre el tratamiento normativo de dichos principios del procedimiento, sino que busca determinar el grado de aplicación material de la dialéctica como garantía del debido proceso y elemento de legitimación de la decisión judicial.

De otro lado, no se puede negar que en la actualidad el sistema judicial colombiano enfrenta una crisis ética que ha destruido su imagen. La justicia colombiana que en otrora fue objetivo militar de los violentos al no someterse a sus intereses, que sacrificó en su altar mayor a algunos de los más destacados juristas de la historia nacional y que hasta no hace menos de una década gozaba de unos de los más altos niveles de legitimidad, hoy en día lamenta que varios servidores judiciales, desde empleados del nivel más bajo hasta dos expresidentes de las Altas Cortes se encuentren implicados en escándalos de corrupción.[4]

Cuando la ética entra en crisis es necesario acudir a la reevaluación de los valores en que se encuentra fundado aquel concepto kantiano del ethos, de la vida común y cotidiana de las organizaciones sociales y los individuos que la componen[5]. Es importante identificar donde está la podredumbre, exponerla y que la sean los mismos miembros de la sociedad quienes realicen los juicios críticos de validez sobre ciertas prácticas sociales.

La tesis que plantea y defiende este ensayo es simple: la retórica jurídica, junto con los conceptos en ella implícita de la dialéctica y la argumentación jurídica, se puede constituir en una verdadera herramienta de lucha contra la corrupción y los comportamientos amorales en que puedan incurrir los sujetos procesales, con el fin alcanzar la tutela judicial efectiva a través de un debido proceso cuyo resultado goce de la legitimación necesaria que requieren las actividades de un Estado social y democrático de Derecho, en otras palabras, se trataría de una profunda y revolucionaria reforma a la justicia sin necesidad de proclamar una sola ley.

Así, en un primer momento se abordará el diagnóstico del uso material de la retórica jurídica en el sistema de justicia colombiano, para que seguidamente se estudiará la crisis que atraviesan las instituciones que componen el constructo de justicia para finalizar con una crítica a como el mal uso de la retórica puede constituir en un factor coadyuvante de la corrupción judicial.

Para el tratamiento de lo anteriormente planteado, se hace uso de varios materiales bibliográficos, destacando como punto de partida la obra Retorica jurídica y su argumentación del maestro Ciro Morán Materón y para extenderse a partir de ella las fuentes utilizadas por el referido. Adicionalmente han sido tomados otras fuentes, dentro de las que destacan varias ponencias presentadas en el desarrollo de los últimos congresos organizados por el Instituto Colombiano de Derecho Procesal, así como el muy importante aporte que hace la obra del filósofo argentino Julio De Zan, quien durante su actividad intelectual abordó el problema de la corrupción y la crisis institucional de su país.

PRIMERA PARTE: EL ESTADO ACTUAL DE LA RETÓRICA EN LAS PRÁCTICAS JUDICIALES COLOMBIANAS

Decía un mártir, aun en su prolífica juventud que “el arte del Derecho se hace con la palabra” y que, por lo tanto, la palabra es al jurista el material que le permite realizar su importante misión, la cual no es otra que la de ser la mano amiga de los justiciables[6]. El Derecho se estructura, opera y enseña mediante el decir y es por el ello que el abogado debe desarrollar una serie de competencias que le permitan abordar efectivamente la práctica de su profesión, entre ellas, la retórica, la argumentación y la dialéctica.

Para Aristóteles, la retórica es el arte del buen hablar y el buen decir y constituye un aspecto fundamental para los antiguos griegos al desarrollar toda su cultura e instituciones básicamente a través de la tradición oral. Famoso es el caso de Demóstenes quien logra superar sus problemas del habla vuelve al ágora para ser escuchado y reclamar su herencia, aquí se encuentra uno de los primeros ejemplos de retórica forense y como la palabra es un elemento vital para la defensa de los derechos. Sin embargo, la retórica poco a poco pasó a ser un término peyorativo sobre el conjunto de artimañas, y trucos argumentativos que usaron los miembros de la escuela sofista[7].

A pesar de lo anterior, durante la segunda mitad del siglo XX la filosofía jurídica retoma los temas relacionados con la retórica, más precisamente en el pensamiento de Chaïm Perelman, para quien la retórica va más allá de la forma literaria para componerse en un verdadero instrumento de los espacios deliberativos en los Estados democráticos de Derecho[8], en lo que se pueden encontrar coincidencias con la obra de Habermas[9], así nace una Nueva Retorica que tienen gran influencia en pensadores como Dworkin o Hart[10].

Pasando a la argumentación, la misma puede ser entendida como el planteamiento retórico, ordenado y sistematizado por las reglas de la lógica que tiene como fin conseguir la adhesión del público al mensaje que contiene el mismo argumento[11]. La argumentación tiene un carácter importante en los escenarios deliberativos y ha sido objeto de estudio no solo en el ámbito de la filosofía del lenguaje y la retórica sino también por parte de la filosofía política[12].

La argumentación jurídica tiene como objeto lograr el convencimiento del sujeto pasivo: para los abogados litigantes, el argumento es un elemento de persuasión para el funcionario público se adhiera a la tesis planteada y la solución que se propone, para los funcionaros[13], la argumentación es el deber legal de motivar sus decisiones con el fin de que sus decisiones obtengan validez, que como destaca Alexy, no es algo exclusivamente jurídico sino de contenido moral y social[14].

Por último, pero no menos importante, es la dialéctica. La dialéctica es el medio que permite articular y poner en práctica los conceptos de retórica y argumentación al servicio del principio y valores democráticos, pues exige que toda discusión, genérica o especializada, se desarrolle en un método de tesis, a la que se contrapone la antítesis y ambas son tenidas en cuenta al momento de la adopción de la síntesis, por lo que como se observa es un instrumento idóneo para la materialización de una democracia deliberativa que goce de legitimidad.

Retórica jurídica permite la defensa técnica de los derechos, la argumentación jurídica da validez formal y material a las decisiones de las instituciones, mientras que la retórica brinda legitimidad de índole político a esas decisiones, pues están sometidas al procedimiento dialectico[15]. De hecho, el proceso judicial es una manifestación de la dialéctica, puesto que todos los procesos están basados en una estructura esencialmente igual: una tesis propuesta en el ejercicio de la acción, una contratesis planteada en la contradicción, la cuales serán valoradas críticamente por el juez en su sentencia, determinando a quien le asiste la razón.[16]

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