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Recuerdos de una rumba colegiala


Enviado por   •  18 de Mayo de 2017  •  Trabajos  •  630 Palabras (3 Páginas)  •  116 Visitas

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Recuerdos de una rumba colegiala

Al despertarme me di cuenta que no pude escuchar con claridad a mi mama pasarme la voz por mi desayuno como lo hace todos los días. Mi tímpano se sentía sensible como si  me hubieran tocado una bocina en la oreja. Ignorando este percance pase a  limpiar mi bolso que lleve puesto en el  encontré una serie de objetos inusuales: un ticket de siu mais, una chapa de cerveza, una pelotita anti estrés y unas cuantas piedritas de tierra. Gracias a lo extraño de esto mi memoria comenzó a trabajar para tratar de recordar las razones de estos objetos y reconstruir los sucesos del día anterior.

No recuerdo bien como termine en ese evento que mayormente es un encuentro de celebración para  alumnos y ex alumnos de ese colegio. Creo que mis primas querían subirme el ánimo tras mi reciente ruptura y decidieron llevarme a su kermesse.

Entramos a un patio gigantesco, algo gastado y viejo en el cual habían organizado cada puesto de tal manera que bordee este rectángulo de cemento hasta su fin en la fachada de la puerta principal de la capilla. Tras llegar el sonido vibrante de la orquesta impedía hacerlos pasar desapercibidos. Desde el fondo del patio se distinguía a un grupo salsero de señores despeinados y sudorosos de haber tocado todo el día. Ellos te recibían con un ritmo imposible de rechazar y a pesar de que faltaban un par de horas para la media noche la celebración no tenía cara de terminar. Ya que habían puesto a bailar a un mar de gente en la pista de baile.  

En una esquina la codicia era engañada por la suerte.  Niños y adultos cruzaban los dedos deseosos de agarrar el papelito que contenía el número correcto que les permitirá obtener su deseado premio. Desde artículos de colección hasta golosinas y electrodomésticos de segunda mano podían ser ganados. Una pelotita de anti estrés me entrego mi destino, sabiendo que la universidad me estaba sacando de quicio y por ello en la tómbola agarre ese numerito.

A la derecha del escenario mi estómago se sentía a gusto, no solo por las delicias peruanas que percibía sino también por la variedad oriental y marina que había. La muchedumbre enloquecía como leones a su presa al no ser abastecidos con los platos que pedían. Se notaba que la demanda era mayor que los insumos. Por ello supongo que al ser tan grandes las colas, olvide recoger la porción de siu mais que había comprado. Adiós a mis dos soles con cincuenta.

Una especie de pequeños almacenes resguardados por mujeres se encontraba en las dos esquinas frentes a la orquesta. Era sorprende las cantidad de cajas de chela que se llevaban cada media hora y como una ronda de esta mágica bebida convertía a unos chiquillos recién graduados en universitarios experimentados. Debo decir que aunque no me gusta la cerveza, la chapa que halle me sirve de evidencia de que peque.

No era extraño ver a los adolescentes de la escuela que andaban en manchita de un lado a otro como si tramaran o se contaran algo. Ya que tras los puestos de comida  se encontraban los juegos oxidados de los niños de primaria que ahora habían sido ocupados por jóvenes parejas quienes se arriesgaban a conseguir su jugada romántica. Lo único que obtuve de pasar por ese lugar fue una piedra en mi zapato que me recordó que era  tiempo de huir del amor.

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