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Reforestacion En El Peru


Enviado por   •  23 de Octubre de 2012  •  6.023 Palabras (25 Páginas)  •  869 Visitas

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INDICE

INTRODUCCION

CAPITULO I

GENERALIDADES

1.1. La reforestación

1.2. Objetivos de la reforestación

1.3. Impactos ambientales

1.3.1. Impactos positivos

1.3.2 Impactos negativos

1.4. Importancia de los árboles y bosques

1.5. Cuidados de los arboles

CAPITULO II

SITUACION DE LA REFORESTACION

2.1. Situación mundial

2.2. Estadística de países más reforestadores

2.3. Especies utilizadas para la reforestación

2.4. Situación en América

CAPITULO III

REFORESTACION EN EL PERU

3.1. Descripción de la deforestación

3.2. Análisis de efectos

3.2.1. La pérdida de la biodiversidad

3.2.2. Los factores climáticos

3.2.3. La industria forestal

3.3. Evaluación de la reforestación en el Perú

3.4 Línea de base de la reforestación en el Peru

CONCLUSION

BIBLIOGRAFIA

INTRODUCCIÓN

Los enfoques o estrategias para la conservación de los bosques son diversos, pero el más motivador a nivel local, regional y mundial, es la protección y conservación de los recursos hídricos para el consumo humano, ya que el agua es indispensable para la vida. Con este trabajo se lleva a cabo una investigación sobre reforestación, dirigido a la conservación y protección del Medio ambiente.

El objetivo del presente estudio es realizar una investigación sobre reforestación a nivel nacional.

Conocer datos estadísticos específicos sobre países más reforestadores a nivel mundial, continental y departamentos a nivel nacional.

Adquirir información sobre los diferentes tipos de incentivos que se dan a través de la práctica de la reforestación.

Conocer que especies se están utilizando para la reforestación.

CAPITULO I

GENERALIDADES

1.1. La reforestación

La reforestación es una operación en el ámbito de la silvicultura destinada a repoblar zonas que en el pasado estaban cubiertas de bosques que han sido eliminados por diversos motivos como pueden ser:

• Explotación de la madera para fines industriales y/o para consumo como combustible;

• Ampliación de la frontera agrícola;

• Ampliación de áreas urbanas.

Por extensión se llama también reforestación a la plantación más o menos masiva de árboles, en áreas donde estos no existieron, por lo menos en tiempos históricos.

1.2. Objetivos de la reforestación

La reforestación puede estar orientada a:

• Mejorar el desempeño de la cuenca hidrográfica;

• Producción de madera para fines industriales;

• Crear áreas de protección para el ganado, en sistemas de producción extensiva;

• Crear barreras contra el viento para protección de cultivos;

• Frenar el avance de las dunas de arena;

• Proveer madera para uso como combustible doméstico;

• Crear áreas recreativas.

Si bien se puede decir que la reforestación en principio es una actividad benéfica, desde el punto de vista del medio ambiente, existe la posibilidad que también produzca impactos ambientales negativos.

Como derivados de la actividad de reforestación se pueden desarrollar actividades relacionadas con:

• Producción de plantas (viveros);

• Producción de madera, pulpa de celulosa, postes, fruta, fibras y combustibles.

1.3. Impactos ambientales

Las reforestaciones y sus componentes que contemplan la siembra de árboles para producción o para proteger el medio ambiente tienen impactos ambientales positivos y también negativos.

Los productos forestales de la reforestación incluyen: madera, pulpa de celulosa, postes, fruta, fibras y combustibles, las arboledas comunitarias y los árboles que siembran agricultores alrededor de sus viviendas o terrenos. Las actividades orientadas hacia la protección incluyen los árboles sembrados a fin de estabilizar las pendientes y fijar las dunas de arena, las fajas protectoras, los sistemas de agro forestación, las cercas vivas y los árboles de sombra.

1.3.1. Impactos positivos

Las plantaciones y la reforestación de las tierras deterioradas y los proyectos sociales de siembra de árboles producen resultados positivos por los bienes que se producen y por los servicios ambientales que prestan.

Reducción del uso de bosques naturales como fuente de combustible

Las plantaciones ofrecen la mejor alternativa a la explotación de los bosques naturales para satisfacer la demanda de madera y otros productos combustibles. Las plantaciones que se realizan para la producción de madera, generalmente emplean las especies de crecimiento más rápido y el acceso y la explotación son más fáciles que en el caso de los bosques naturales pues dan productos más uniformes y comercializables. Asimismo, las plantaciones comunitarias para la producción de leña y forraje, cerca de los poblados, facilitan el acceso de los usuarios a estos bienes y, a la vez, ayudan a aliviar la presión sobre la vegetación local, que puede ser la causa del corte y pastoreo excesivo. El pastoreo se establece, generalmente, en los terrenos marginales o inapropiados para la agricultura (p.ej. los terrenos forestales existentes o las zonas deterioradas); las plantaciones originan un uso beneficioso y productivo de la tierra que no compite con los usos más productivos.

1.3.2 Impactos negativos

Las grandes plantaciones comerciales tienen el potencial para causar efectos ambientales negativos de mucho alcance y magnitud. Los peores impactos se sienten donde se han cortado los bosques naturales para establecer plantaciones.

1.4. Importancia de los árboles y bosques

El árbol amortigua la lluvia: La copa de un árbol es flexible y está diseñada para atrapar la lluvia, causando que ésta se deslice a través de las hojas, ramas y el tronco hasta llegar al suelo. Al amortiguarse el impacto de la lluvia en el árbol se abate la erosión y se protege al suelo superficial.

Regulación Térmica: El árbol da sombra. La copa de un árbol está diseñada para captar la luz solar y al extenderse sombrea el piso, causando bienestar en un día soleado y protegiendo la fauna, la flora inferior y al hombre y sus bienes, del efecto dañino del impacto directo de los rayos solares.

Los bosques regulan el clima: A nivel global los bosques reducen el calentamiento de la atmósfera y regulan el clima de la tierra. En las ciudades, la pérdida de árboles eleva las temperaturas y la evaporación del suelo . La falta de árboles suficientes en varios cuadros de la ciudad permite que las islas de calor sean más severas. Las temperaturas en las calles del centro de la ciudad en primavera y verano pueden ser hasta de 3ºC más en promedio que en las de los parques y alamedas de la ciudad; el equivalente a 200 m de elevación por cada grado centígrado.

Los árboles reducen la velocidad del viento: Es cierto que no detienen un huracán, pero su presencia resta velocidad a las tormentas, disipando su fuerza y mejorando el ambiente.

Reducen la contaminación del aire: El árbol filtra los vientos. Su copa está diseñada para que el aire pase a través de las hojas, filtrando los polvos, cenizas, humos, esporas, polen y demás impurezas que arrastra el viento. Las hojas pubescentes y la corteza rugosa en el tallo atrapa tales impurezas. El árbol secuestra el bióxido de carbono que contamina la atmósfera. A través de la fotosíntesis que realizan las hojas, el árbol atrapa el CO2 de la atmósfera y lo convierte en oxígeno puro, enriqueciendo y limpiando el aire que respiramos. Se estima que una hectárea con árboles sanos y vigorosos produce suficiente oxígeno para 40 habitantes de la ciudad. Un bosque de una hectárea consume en un año todo el CO2 que genera la carburación de un coche en ese mismo período. En este proceso las hojas también absorben otros contaminantes del aire como el ozono, monóxido de carbono y dióxido de sulfuro, y liberan oxígeno.

Reducen la Contaminación Sonora: Los árboles abaten el ruido. El tejido vegetal amortigua el impacto de las ondas sonoras, reduciendo los niveles de ruidos en calles, parques y zonas industriales. Plantados en arreglos especiales alineados o en grupos, las cortinas de árboles abaten el ruido desde 6 a 10 decibeles.

El árbol genera biodiversidad: Los bosques forman las comunidades más diversas de la tierra, porque éstas proliferan bajo su protección. Muchas especies arbóreas han coevolucionado con insectos y aves polinizadoras, dispersores de frutos y semillas y otros microorganismos del suelo, como la micorriza, con quien vive en simbiosis permanente. Los bosques ofrecen nichos diversos a la fauna mayor y menor, lo cual favorece la creación de nuevas especies animales y vegetales, aumentando la biodiversidad del planeta. También en las ciudades el arbolado deberá ser autóctono o nativo para poder generar la mayor biodiversidad.

Social: Mejoran la Calidad de Vida. Queremos tener árboles a nuestro alrededor porque nos hacen la vida más agradable. La mayoría de nosotros respondemos a la presencia de árboles no sólo admirando su belleza. En una arboleda nos sentimos serenos, sosegados, descansados y tranquilos; nos sentimos como en casa. Los pacientes en hospitales han mostrado recuperarse más rápidamente de cirugías cuando desde sus habitaciones se ven árboles. La fuerte relación entre personas y árboles es más evidente en la resistencia de una comunidad de vecinos a que se talen árboles con motivo del ensanchamiento de las calles. O cuando observamos los heroicos esfuerzos de personas y organizaciones para salvar árboles singularmente grandes o históricos en una comunidad.

Los árboles revaloran la propiedad residencial: Siempre una casa con jardín tendrá mayor valor que sin él y los árboles y los arbustos son el principal componente del jardín. Los árboles y arbustos bien ubicados alrededor de la casa y manejándolos apropiadamente, elevan el valor de las propiedades. Los árboles plantados en hileras dan privacía, abaten el ruido externo de las vialidades y dan seguridad a la propiedad al servir de barrera.

El árbol urbano ahorra energía eléctrica. Los árboles bien ubicados alrededor de la casa filtran el aire cálido y lo refrescan al cruzar su copa, sombrean paredes, patios, techos y ventanas, bajando los costos del aire acondicionado.

El árbol urbano y la comunidad. Los beneficios económicos indirectos de los árboles son aún mayores. Estos están disponibles para las comunidades o regiones. Los clientes pagan recibos de electricidad más baratos cuando las compañías del servicio construyen menos instalaciones para abastecer los picos de consumo, utilizan menos cantidad de combustibles fósiles en sus hornos y necesitan menos medidas de control de contaminación aérea. Las comunidades también pueden ahorrar si se precisa construir en la región menos instalaciones para controlar las escorrentías de las tormentas. Para un individuo estos ahorros son pequeños, pero para la comunidad la reducción de dichos gastos supone mucho dinero.

Los árboles brindan sensación de bienestar, embellecen el paisaje urbano y constituyen un valor de patrimonio para el municipio.

1.5. Cuidados de los arboles

Durante el periodo de vida del árbol hay que cuidar el estado de las raíces, el tronco y la copa. Para ello, hay que conocer las peculiaridades de la especie que se ha plantado, así como sus necesidades de riego o luz. Por otro lado, cuando el árbol se plante en una maceta, ésta ha de ser lo suficientemente grande como para permitir que se desarrolle sin problemas. Por ello, a medida que el árbol crezca, habrá que trasplantarlo a una maceta mayor hasta que alcance su tamaño definitivo.

Uno de los factores ambientales con los que hay que tener especial cuidado es el frío. Sobre todo en las regiones donde las temperaturas son más bajas. Para combatirlo, se puede proteger la planta con estiércol o una malla. Otra opción, si el árbol crece en maceta, es trasladarlo a un lugar cubierto.

CAPITULO II

SITUACION DE LA REFORESTACION

2.1. Situación mundial

Para el año 2001 alrededor del 30% de la superficie terrestre estaba cubierta por bosques, correspondiendo ella a 3.780 millones de hectáreas forestales, de las cuales el 95% son naturales y el 5% son plantaciones. Europa y América del Sur poseen el 50% de los bosques del mundo (27 y 23% respectivamente); además, el promedio mundial de superficie forestal per cápita es de 0.6 has, cifra que dista mucho de un país a otro, aunque sólo 22 de ellos superan las 3 ha por habitante.

Los cinco países con mayor superficie de bosque en el mundo son: la Federación Rusa, Brasil, Canadá, EE.UU y China. América del Sur posee el 30% de los bosques subtropicales y tropicales y, a su vez, la mayor parte de los pluviales tropicales del mundo (58%).

Para la década de 1990, la tasa de deforestación mundial fue de 14.6 millones de hectáreas al año y la de forestación sólo llego a los 5.2 millones; lo que indica una disminución promedio del área total forestal de 9.4 millones de hectáreas por año, presentándose las tasas más altas en África y América Latina, donde cerca del 99% de estas áreas se destinaron a usos diferentes a los de su aptitud natural (forestación).

Asia posee el 62% de la superficie de plantaciones forestales, que en el mundo se estiman en 187 millones de ha; en cuanto a las industriales, China, EEUU e India abarcan cerca de 65 millones de ha (37, 16 y 12 millones en su orden), mientras que las plantaciones con otros fines son lideradas por India (21 millones ha), China (8 millones ha), Indonesia (4 millones ha) y Tailandia (4 millones ha), que en suma que representan el 75% del total.

En la actualidad de la biomasa leñosa forestal disponible en el mundo (420 millones de toneladas), Sur América posee el 42.7%, situación que evidencia una ventaja natural de la región. Por otra parte, América Latina posee la cuarta parte del total de área forestal del mundo, pero la explotación de los bosques naturales ha conducido a la deforestación de cerca de 7.5 millones de hectáreas al año, fruto de la utilización de la tierra en actividades agropecuarias más rentables en el corto plazo, situación que se ve potenciada por la desigual tenencia de la tierra. Respecto a las plantaciones forestales, éstas alcanzan a cubrir alrededor de 12 millones de ha, equivalentes al 5% del total mundial.

La tendencia comercial en la región se ha orientado principalmente África lidera campaña mundial de reforestación

Con la finalidad de combatir el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad que conlleva el fenómeno de la deforestación, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha anunciado la siembre de 7.000 millones de árboles antes de 2009. La mitad de ellos ya se han plantado en África.

La nueva iniciativa significa plantar un árbol por cada ser humano que habita el planeta.

En conferencia de prensa en la sede de la ONU, el director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, afirmó que la cifra de 7.000 millones de árboles es perfectamente obtenible, si se considera que la campaña lanzada en 2006 de sembrar dos mil millones de ejemplares, alcanzó sus objetivos en seis meses. Hasta el momento, África es el continente donde se han plantado más de la mitad de los ejemplares. A nivel mundial, entre los países que lideran la iniciativa se encuentran Etiopía, con 700 millones de árboles, seguida por Turquía, México y Kenia.

La reforestación está considerada como unos de los principales procedimientos para contrarrestar los cambios climáticos. Los árboles y los bosques juegan un papel crucial en la regulación del clima y en la absorción del dióxido de carbono.

Las plantaciones forestales abarcaban 187 millones de hectáreas en 2000, el 62 por ciento de ellas se encontraba en Asia. El área de plantaciones forestales aumentó de manera significativa respecto a las estimaciones de 1995 que consistían en 124 millones de hectáreas. La nueva tasa anual registrada es de 4.5 millones de hectáreas en todo el mundo, de las cuales el 89 por ciento se encontraba en Asia y en América del Sur. Se estima que cerca de 3 millones de hectáreas se han desarrollado con éxito. En el contexto mundial, la mitad de las plantaciones forestales tiene fines industriales, un cuarto está destinado a fines no comerciales y un cuarto a fines no especificados. En el contexto mundial, las principales especies de rápido crecimiento y de rotación breve pertenecen a los géneros Eucalyptus y Acacia. Los pinos y otras especies de coníferas constituyen las principales especies útiles con períodos de rotación media, sobre todo en las zonas templadas y boreales.

2.2. Estadística de países más reforestadores

La región de Asia y el Pacífico registró la tasa más alta de plantación forestal del mundo en los últimos cinco años, afirmó la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación.

Esto le ayudó a invertir la tendencia de la década de los años 90, en que se perdieron 1,3 millones de hectáreas al año. Desde 2000, ha venido ganando anualmente más de 600 000 hectáreas, lo que la convierte, junto con Europa, en las únicas regiones del mundo con incremento forestal sostenido.

De los 10 países del mundo que tienen las mayores plantaciones, seis están en la región de Asia y el Pacífico. Son: China, la India, Indonesia, el Japón, Tailandia y Viet Nam.

Aún así, señaló la FAO, la región de Asia y el Pacífico sólo tiene 0,2 hectáreas de bosque por persona, la tasa más reducida per cápita del mundo, en comparación con 1,1 hectáreas por persona en otras regiones.

El Fondo recordó que la rápida expansión de las plantaciones en Asia y el Pacífico es a consecuencia de una constante pérdida de bosques naturales.

La región perdió en los últimos cinco años, más de 6 millones de hectáreas de bosques naturales que fueron convertidos a cultivos agrícolas.

2.3. Especies utilizadas para la reforestación

Especies de clima templado-frío

Pino michoacana (P. michoacana)

Pino blanco (P. pseudostrobus)

Pino ocote (P. douglasiana)

Pino greggii (P. greggii)

Pino de las alturas (P. hartweggii)

Pino piñonero (Pinus cembroides),

Cedro blanco (Cupressus lindleyi),

Pino ayacahuite (Pinus ayacahuite),

Pino montezumae (Pinus montezumae),

Oyamel (Abies religiosa),

Pino ponderosa (Pinus ponderosa),

Pino patula (Pinus patula),

Pino oocarpa (Pinus oocarpa),

Pino oaxacana (Pinus oaxacana),

Encinos (Quercus spp).

Cedro rojo (Cedrela odorata)

Caoba (Swietenia macrophyilla)

Primavera (Tabebuia donnell smithii)

Especies tropicales

Palo de rosa (Tabebuia rosea)

Palo colorado (Caesalpinia platyloba)

Leucaena (Leucaena leucocephala),

Parota (Enterolobium cyclocarpum),

Caobilla (Swietenia humilis),

Ceiba (Ceiba pentandra),

Ramón (Brosimum alicastrum),

Cacahuananche (Gliricidia sepium),

Casuarina (Casuarina cunninghamiana),

Ciricote (Cordia dodecandra),

Ébano (Pithecellobium flexicaule),

Xochicahuitl (Cordia alliodora).

Especies de zonas áridas

Mezquite (Prosopis velutina)

Palo verde (Cercidium microphyllum)

Zamota (Coursetia glandulosa)

Mezquite (Prosopis laevigata)

Huizache (Acacia farnesiana),

Mezquite (Prosopis glandulosa),

Palma yucca (Yucca elephantipes),

Chamizo (Atriplex canescens),

Sotol (Dasylirion sp.),

Maguey (Agave salmiana),

Agave (Agave angustifolia),

Agave (Agave atrovirens),

Agave lechuguilla (Agave maximiliana),

Candelilla (Euphorbia antisyphilitica).

2.4. Situación en América

La subregión de América del sur tropical, que comprende Colombia, Guayana Francesa, Guyana, Suriname, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil, constituye la concentración más grande de bosque pluvial tropical del mundo, con cerca de 885 millones de hectáreas situadas en la cuenca del Amazonas y otras 85 millones de hectáreas en el complejo de la cuenca del Orinoco y del Paraná. El área total de la tierra en América del sur tropical es de 1 387 millones de hectáreas.

El bosque pluvial tropical de Amazonia se considera como el ecosistema más rico del mundo en cuanto a biodiversidad. De acuerdo a una clasificación en orden de país, Brasil cuenta con mayor biodiversidad, seguido por Colombia, en cuarto lugar, y Perú en el séptimo. Esta ecozona da cuenta del 85 por ciento del total de la cubierta forestal y aproximadamente el 60 por ciento del total de la cubierta de la tierra de la subregión, desempeñando un papel muy importante en el contexto económico así como ambiental de estos países. Sin embargo, los climas y tipos de bosque asociados van desde lo árido y semi-árido al pluvial. La zona ecológica predominante es el bosque pluvial tropical, que representa el 36 por ciento del área total, seguido de un bosque deciduo húmedo tropical que abarca el 24 por ciento, un bosque montano tropical que alcanza el 10 por ciento y un bosque seco tropical del 9.5 por ciento. En la parte norte de la subregión, los llanos de Venezuela y Colombia constituyen bosques abiertos subhúmedos típicos, al igual que en el cerrado situado en la parte centro-occidental del Brasil. El certão o caatinga en el nordeste del Brasil es un ecosistema semiárido típico, como lo es el chaco paraguayo y las formaciones de bosque seco situadas a lo largo del litoral Pacífico del Perú.

El bosque pluvial tropical de la cuenca del Amazonas inicia en la cordillera de los Andes en Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela a más de 3 000 m de altitud. El bosque rodea la inmensa llanura amazónica, la mayor parte de la cual se sitúa en el interior del Brasil, y mantiene una fuerte relación de índole ecológica y socioeconómica con las partes inferior de la cuenca. La contribución de los recursos forestales a las economías nacionales de la subregión es aún muy baja, proporcionando menos del 2 por ciento del PIB, a excepción del Brasil, en donde se estima que estos aportan el 5 por ciento del PIB. Sin embargo, en la economía informal, en particular modo en los asentamientos rurales e indígenas, el bosque desempeña un papel fundamental, aportando la principal fuente de subsistencia de la población, en materia de alimentos, agua, materiales para construcción de habitaciones y otros productos forestales (FAO 1989).

CAPITULO III

REFORESTACION EN EL PERU

3.1. Descripción de la deforestación

El Perú ha perdido más de 10 millones de hectáreas de bosques amazónicos en los últimos años. Los actuales cambios climáticos y la crisis ambiental que vive el planeta tienen una estrecha relación con la desaparición creciente de los bosques. La eliminación de los bosques en las Comunidades Nativas de la Selva Central, destinados con fines de explotación agrícola o ganadera disminuye en gran medida la capacidad de la superficie terrestre para controlar el clima y la composición química.

Una de las mayores amenazas para las poblaciones de la zona de la Selva Central es la deforestación. Al desnudar la zona boscosa del planeta, como es la parte de selvas altas (caso del Distrito de Villa Rica y Perené) y otros ecosistemas, tiene un efecto similar al de quemar la piel de un ser humano.

Estas áreas degradadas que proyectamos manejar y reforestar van a ayudar a mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad. En estas zonas nacen los pequeños ríos que desembocan en las micro cuenca del río Villa Rica, río Yurinaki y Cacazú, principales ríos donde se abastecen las comunidades nativas y un sin número de pobladores a lo largo de los valles de Villa Rica y Perené.

Apoyar a la reforestación en el Perú, en especial en la Selva Central, considerando lo frágil de los ecosistemas significa un paso adelante en la lucha contra la destrucción del medio ambiente, la pobreza, los cultivos ilícitos.

3.2. Análisis de efectos

La deforestación avanza a un ritmo acelerado. Si bien muchas de estas áreas se regenerarán nuevamente, las consecuencias no se pueden soslayar. Con el incremento de la deforestación, la capacidad de regeneración del área será cada vez más dura y difícil.

La deforestación con fines agropecuarios, bajo el sistema de rozado con la quema, destruye volúmenes de madera, además de haber destruido los árboles en desarrollo, que debieran ser el potencial maderable del mañana.

3.2.1. La pérdida de la biodiversidad

La perdida de la biodiversidad vegetal y animal de la zona es directamente proporcional a la deforestación. La región alberga plantas útiles, para diferentes usos. Este potencial está hasta cierto punto inexplorado y en peligro de una merma sustancial.

3.2.2. Los factores climáticos

Los factores climáticos, alterados en las zonas más deforestadas, seguirán variando. Las lluvias producen una escorrentía en la superficie de la tierra desnuda; erosionándola a un ritmo acelerado por falta de capacidad de retención de agua. Siendo la colmatación de los ríos una consecuencia.

La falta de la cobertura boscosa tendrá efectos sobre la cantidad de lluvias en la zona, por la disminución general de la evaporación. Menores lluvias pondrán ciertas áreas en peligro de desertificación, como lo ocurrido en el 2004 y 2005, el deslizamiento de tierras de las zonas aledañas a los distritos de Villa Rica y Perené especialmente en tierras de comunidades nativas de Alto Yurinaki donde arrasó las viviendas y cultivos agrícolas de los pobladores dejando cientos de familias damnificadas de dicho sector.

La temperatura se incrementará, lo cual tendrá efectos directos sobre los suelos, que se deterioraran con mayor velocidad. Incrementando las posibilidades de incendios forestales.

3.2.3. La industria forestal

Selectiva por motivos de mercado, ha extraído sólo una pequeña parte de la madera de las áreas ya deforestadas. Se calcula que se ha aprovechado un 20 % del potencial total, el resto fue convertido en cenizas. Sin embargo, hay que aclarar, que la actividad forestal no es la depredadora. Los concesionarios forestales realizaron, en base a su ocupación territorial, un negociado con los terrenos adjudicados, que proporcionó la posterior deforestación.

La sustentabilidad de la extracción de madera no es practicada por los actuales madereros concesionarios. A grandes rasgos, la colonización de la zona, trajo diversos efectos negativos sobre la ecología, el ambiente y el hombre: La ejecución del proyecto no trae ningún problema o daño ambiental. Al contrario, viene a mejorar la situación del manejo, cuidado y recuperación de los espacios con cobertura boscosa de las fuentes.

La deforestación.

La erosión de los suelos en uso actual; la contaminación de los cauces de los ríos; la pérdida de fertilidad de los suelos.

Los cambios climáticos ya visibles.

La pérdida de parte de la biodiversidad.

La pérdida de las experiencias indígenas.

El empobrecimiento cultural, económico y social de la región.

3.3. Evaluación de la reforestación en el Perú

Los primeros intentos de reforestación en el Perú se inician con la introducción del Eucalyptus globulus en la Sierra, alrededor de 1870, por iniciativa de las compañías mineras. Adquiere mayor impulso en la década del 60 cuando el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) financia el primer, único hasta ahora, programa de crédito forestal supervisado, con 2 % de interés anual al rebatir y 20 años de plazo, lo que permitió establecer las primeras 56,000 hectáreas hasta el año 1974 en que se agotó el crédito.

Desde aquel entonces hasta nuestros días se han establecido varias modalidades de financiamiento de la reforestación, como los contratos cooperativos (80/20), inversión, inversión-trabajo e inversión-trabajo más crédito.

En 1980 se crea el Canon de Reforestación en la Amazonia, constituido por aportes de los extractores forestales sin planes de manejo, vigente hasta el año 2000, lo que permitió financiar cerca de 100, 000 ha de plantaciones en la Amazonía.

En lo institucional, desde el año 1992, el uso y conservación de los recursos forestales es competencia del Instituto Nacional de Recursos Naturales, (D.L. 25902, Ley 27308), a través de la Intendencia Forestal y de Fauna Silvestre. Sin embargo no tiene actividades relativas al fomento de la reforestación, excepto el otorgamiento en concesión a particulares de tierras deforestadas abandonadas, con fines de reforestación.

Hasta antes del 1992, las acciones de reforestación fueron competencia primero del exServicio Forestal y de Caza, luego de la Dirección General Forestal y el Instituto Nacional Forestal, todos ellos ya desactivados, como consecuencia de sucesivas reorganizaciones del sector.

Por otra parte, desde 1988, el Programa Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos (PRONAMACHCS) promueve la implementación de políticas y estrategias vinculadas a la gestión de las cuencas, principalmente alto-andinas, utilizando la reforestación como un componente de manejo del ecosistema.

En años recientes, el sector privado en la zona de Oxapampa y Villarrica ha iniciado la instalación de alrededor de 1,000 hectáreas de plantaciones forestales con fines industriales, utilizando material reproductivo importado de alto rendimiento, de eucaliptos tropicales, lo que ha generado expectativas sobre la viabilidad de esta clase de negocios forestales.

Resultado de estos esfuerzos considerables, las plantaciones forestales establecidas ascienden a 750,000 hectáreas, mayor parte de estas, por su ubicación y productividad, y por no haber sido técnicamente manejadas, cumplen esencialmente funciones ambientales y de protección. No se cuenta con un catastro o registro que permita determinar qué porcentaje de estas plantaciones alcanzó su fase de consolidación.

El Perú es uno de los pocos países de América Latina que no ha desarrollado plantaciones forestales eficientes y competitivas. No se ha promovido como política de Estado la participación del sector privado en negocios forestales y la consecuencia económica social y ambiental es, en términos generales, un balance muy negativo para el país.

3.4 Línea de base de la reforestación en el Peru

El Perú es el noveno país de mayor superficie forestal a nivel mundial y el segundo en Sudamérica, después de Brasil. El patrimonio forestal peruano se distribuye en sus tres regiones naturales, con singular importancia en cada una de ellas. Las tierras de aptitud para plantaciones forestales (Figura 1) constituyen un importante potencial para la generación de riquezas y la protección ambiental, que no se aprovechan adecuadamente.

Los bosques naturales están sometidos permanentemente a tumbas y quemas para el cambio de uso de la tierra, hacia actividades no sostenibles; también están sujetos a extracción maderera selectiva, ocasionando el enrarecimiento de especies valiosas.

Según el Mapa Forestal del Perú del año 2000, elaborado por el Centro de Información Forestal de la Intendencia Forestal y de Fauna Silvestre del Instituto Nacional de Recursos Naturales - INRENA, se ha deforestado 7 388 002 ha, de las cuales 3 720 200 ha son áreas libres y 3’667,802 Ha., son áreas ocupadas.

El inadecuado uso de los bosques en los últimos 30 años, como consecuencia de explotaciones sin compromisos de recuperación del recurso, se manifiesta ahora en un incremento de la informalidad y de la tala ilegal, a pesar de los esfuerzos que se viene haciendo por organizar la producción forestal.

Figura 1. Tierras aptas para plantaciones forestales (en millones de hectáreas)

Fuente: INRENA ± CIF, 2000

En el mundo, existen más de 186 millones de hectáreas de plantaciones forestales, de las cuales el 80% se concentra en tan solo 11 países (Figura 2).

Figura 2. Principales países con plantaciones forestales (en millones de hectáreas).

En América Latina, cuando comparamos nuestra legislación y el comercio internacional con algunos países como Chile, Brasil, Argentina, Uruguay y Colombia, en donde la actividad forestal es uno de los pilares de la economía nacional, con la correspondiente generación de empleo y divisas, se observa que el desarrollo forestal tiene que ver con una política de plantaciones forestales y un marco normativo adecuado para la promoción de las inversiones privadas en este rubro.

Uno de esos instrumentos fueron los incentivos para la inversión en plantaciones forestales, que se aplicaron en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala y Uruguay, donde los resultados más espectaculares se dieron en Chile y Brasil que superaron los US$ 3 mil millones y US$ 6 mil millones, respectivamente, por exportaciones en productos forestales maderables, que proceden en su mayoría de plantaciones forestales. En el Cuadro 1, se aprecia algunos indicadores económico - productivos.

Cuadro 1. Indicadores económico - productivos en los países que aplicaron incentivos para la inversión en plantaciones forestales

Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Situación de los Bosques del Mundo 2005.

En nuestro país el marco legal determinado por la Ley Forestal y de Fauna Silvestre y su Reglamentación, son aún instrumentos insuficientes y marcadamente orientados hacia un rol del estado en los aspectos de conservación, control y fiscalización, dejando vacíos en la promoción y fomento de la reforestación, lo que no ha permitido hasta ahora atraer el interés de la inversión privada, ni tampoco generar un desarrollo tecnológico hacia el logro de plantaciones competitivas.

El Estado ha sido hasta la fecha el mayor inversionista forestal pero sin un financiamiento adecuado, sin una selección adecuada de sitios ni una definición clara de los objetivos de la plantación, sin evaluación de los resultados logrados ni retroalimentación de las lecciones aprendidas, sin planes de manejo ni cuidados mínimos para asegurar un nivel aceptable de productividad y rentabilidad, y con escasos beneficios para las poblaciones locales.

En 1974, por Decreto Ley 701 se aprobó un programa de incentivos tributarios, jurídicos y financieros para plantaciones forestales, por 20 años, consistente en una a) Bonificación de hasta un 75 % de los costos de plantación (subsidio del Estado) por 20 años, b) Deducción hasta el 50 % del impuesto a la renta, c) Creación de CONAF y el Instituto Forestal y d) Énfasis en la producción comercial.

Mediante Ley 5106 se promulga un Programa de incentivos fiscales para las plantaciones en 1966 hasta 1988, consistente en: a) Las empresas podrían utilizar hasta el 50 % de los fondos destinados al pago de impuesto a la renta, para invertirlos en proyectos de plantaciones, y b) Estas inversiones serían 100 % deducibles de impuestos.

En 1987 se crea la nueva Ley Forestal Nº 15.939, en la que se aprobó el fomento de la reforestación mediante beneficios tributarios y fiscales (subsidios, exoneraciones impositivas y créditos blandos), financiamiento y la creación del fondo forestal.

En cuanto a los servicios ambientales, se le reconoce como posibilidades no aprovechadas, las que aún no han sido convenientemente valorizadas, como tampoco se ha generado los mecanismos adecuados para realizar transacciones comerciales al respecto.

En general, las redes de valor de productos forestales están aún por crearse o por rediseñarse, con una visión integrada de las cadenas productivas, tanto así que solo se reconoce como aporte del sector al PBI nacional alrededor de 1%, lo cual resta su capacidad de negociación y reconocimiento frente a otros sectores.

Hasta el momento se tiene una balanza comercial negativa en lo que respecta a productos de madera; según estadísticas oficiales, el 2004 se exportó US$ 160 millones (todo proveniente de Bosques Naturales) y se importó US$ 319 millones (más del 90% proveniente de Plantaciones Forestales); principalmente en compra de pulpa de madera para papel. Esta situación se mantiene desde muchos años atrás y tiende a crecer en los años siguientes. Actualmente, el aporte de los bosques naturales del Perú a las exportaciones es de US$ 1,1/ha; mientras que el promedio mundial asciende a US$ 20/ha; las plantaciones forestales en el Perú no aportan nada a las exportaciones, en cambio los aportes de las plantaciones forestales, en Chile y Brasil principalmente, bordean los US $1000/ha, cifras que demuestran claramente el enorme potencial disponible para lograr el desarrollo forestal en el Perú.

CONCLUSION

Las condiciones actuales permiten proyectar algunos escenarios futuros a tener en cuenta para la reforestación, tales como:

En lo económico:

• La economía peruana viene creciendo en los últimos años; en consecuencia, cambios en el modelo económico son poco probables. El esfuerzo seguramente buscará mejorar el modelo para crecer más y quizás se trate de mejorar la redistribución de los ingresos. La demanda interna de productos forestales se incrementará, como consecuencia del crecimiento económico del país.

• Es previsible una mayor presencia regional, que obligará a prestar mayor atención y de manera oportuna a la creciente demanda social desde las regiones.

• Tendencia creciente de integración con Brasil, Bolivia y otros países, con la conformación de corredores económicos interoceánicos, así como otros efectos propios de la globalización.

• Se generará mecanismos financieros y legales que permitan facilitar e impulsar la inversión en plantaciones forestales.

• Aumentará la oferta de madera de plantaciones, pero también aumentará la demanda a consecuencia del agotamiento de los bosques naturales y el crecimiento de la población. Actualmente, la producción mundial de madera rolliza de uso industrial procedente de plantaciones se estima en 331 millones de metros cúbicos por año, lo que representa el 10 % de la producción mundial de madera rolliza.

En lo ecológico:

• Las expectativas políticas por la reforestación otorgan al ordenamiento territorial forestal alta prioridad; en consecuencia, es de esperar que se intensifique este proceso en las regiones naturales del país.

• Los estudios de disponibilidad hídrica le dan una alta prioridad a los procesos de regulación del régimen hídrico de las cuencas.

• La deforestación y la desertificación son una creciente y permanente amenaza difícil de controlar en el corto plazo.

• Los efectos de los cambios climáticos nacionales y globales serán más notorios y tendrán mayor incidencia en las actividades vitales de la población.

En lo social:

• Se tiene un amplio consenso para intensificar acciones que permitan fijar o revertir los procesos migratorios.

• El uso y tenencia de la tierra forestal, actualmente de propiedad del Estado y de las comunidades indígenas, estarán en las agendas del debate político, debiendo lograrse acuerdos consensuados para generar estabilidad jurídica y social a favor de las inversiones de riesgo.

• Del mismo modo, el tema de los Registros Prediales para mejorar la capacidad de inversión del usuario y facilitar el acceso al crédito.

• Seguirá mejorando la estabilidad política, en tanto se logre un autentico Acuerdo Nacional.

• El proceso de descentralización se afianzará y tendrá una ingerencia importante en la ejecución del Plan.

BIBLIOGRAFIA

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www.conafor.gob.mx

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FAO. Anuario de productos Forestales, 1975 – 1986. 1988.

FAO. Situación de los Bosques del Mundo. 1999.

IDEAM. El Medio Ambiente en Colombia. Bogotá, Colombia

MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE.

INRENA

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