Remesas y pobreza en América Latina

Remesas y pobreza en América Latina

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) las remesas provienen de sumas de dinero ganado o adquirido por no nacionales, trasferidas a su país de origen; y su uso productivo depende de contextos económicos, políticos o sociales muy puntuales. Las remesas tienen distintos efectos en caso de que pretendan ser la financiación de negocios o proyectos de aquellos migrantes que regresan o si por el contrario sirven de sustento para la familia del aquel.

Los países de América Latina son algunos de los principales receptores de remesas y su impacto cada vez aumenta, puesto que son hoy comparables con los flujos de inversión extranjera directo (IED), con la asistencia oficial para el desarrollo (AOD), y en algunos casos son un factor a través de cual aumenta el producto interno bruto (PIB) de determinados países.

La intención del presente ensayo es evidenciar la estrecha relación que hay entre las remesas y la pobreza en América Latina. Si bien se sabe en este hemisferio del planeta hay algunos países en donde los niveles de pobreza son más altos de lo que se quisiera, y por esta razón gran cantidad de personas que se encuentran en edad económica activa, toman la decisión de dejarlo todo e ir en busca de mejores oportunidades, para ellos y para sus familias que se quedan, quienes reciben parte del dinero o remesas que los migrantes envían producto de su trabajo y esfuerzo.

Países como Ecuador, Perú, Guatemala, Cuba, México y Bolivia, son los mayores receptores de remesas y se podría llegar a afirmar que poblaciones enteras de aquellos dependen totalmente de las remesas para cubrir algunas de sus necesidades. La entrada de millones de dólares producto de las remesas cada año fortalece la economía ya que es uno de sus principales ingresos.

Se pueden llegar a presentar situaciones en las cuales cuando se disminuye el envío de remesas, aumentan los niveles de pobreza, teniendo en cuenta que lo receptores en ocasiones son habitantes de zonas rurales en las que hay precariedad de en cuanto al nivel de desarrollo económico y la pobreza es evidente.

La necesidad de la llegada de remesas puede ser vista a manera de preocupación, basados en que su disminución genera que la situación que viven los receptores empeore.

Es por estos motivos que se debe hacer un llamado a los Estados locales para que tomen la iniciativa de buscar métodos a través de los cuales se logren desarrollar actividades económicas que sean productivas y rentables, que garanticen el bienestar de la población y mejorar sus condiciones de vida, y no solo que los Estados mencionados sigan teniendo su actitud pasiva frente al tema al dejar de depender únicamente de la ayuda externa para su desarrollo y sobrevivencia.

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