Roles De Genero

Alude al conjunto de normas sociales y comportamentales generalmente percibidas como apropiadas para los hombres y las mujeres en un grupo o sistema social dado en función de la construcción social que se tiene de la masculinidad y femineidad. Éste sería la expresión pública de la identidad de género, y «se forma con el conjunto de normas, prescripciones y representaciones culturales que dicta la sociedad sobre el comportamiento» esperables para un sexo determinado.

Los roles se activan si confluyen valores como las características personales, las ideas del grupo social, las pautas de educación, entre otros. Estos factores influyen para que las niñas y los niños no solo aprendan definiciones culturales de masculinidad o femineidad, sino que las asocien con el sexo al que pertenecen. Por ejemplo:

Los Hombres Las Mujeres

Realizan trabajos que requieren gran esfuerzo físico. Se dedican a actividades “más delicadas”

Gustan de deportes bruscos. Tienen pasatiempos suaves y más pasivos.

No muestran sus emociones. Expresan sus emociones con más facilidad.

Protegen a las mujeres. Deben ser sumisas.

Los padres son los primeros instructores de los roles de género. Dentro del hogar, las hijas e hijos se dan cuenta de las actividades que desempeñan, por separado, su padre y su madre, y los convierten en modelos. Además, los padres también se convierten en juzgadores de las actividades que sus hijos e hijas realizan, porque refuerzan o sancionan una actitud que consideran, o no, “propia de su género”.

Durante la infancia, la información que reciben las niñas y los niños, abarca en la forma en que los visten, los juguetes que les dan y las consignas que les indican cómo comportarse. Durante estos primeros años de la vida, los niños/as reconocen e identifican su propio cuerpo diferenciado. En función de ello, se les suele inculcar que realicen actividades de acuerdo a su sexo.

Sin embargo, aún no son plenamente conscientes de lo que significa ser “hombre” o ser “mujer”.

Por ejemplo, a los varones se les alienta a que jueguen en grupos y al aire libre para que adquieran fuerzas, destreza y se integren con mayor facilidad a otros grupos de niños. A las niñas, en cambio, se les ofrecen juegos relacionados con los quehaceres domésticos, el cuidado de los niños y niñas pequeñas o el arreglo personal. De esta manera se promueve una actitud más pasiva, emotiva y, en cierto modo, dependiente. A las niñas se les exige un comportamiento dócil, obediente, respetuoso y solidario. A los niños se les impulsa a la acción, la competitividad y la capacidad para tomar decisiones.

La idea de saberse mujer u hombre va apareciendo recién en la pubertad, y en esa etapa, el grupo de amistades, la familia y los adultos más cercanos se constituyen modelos a seguir, de acuerdo con su sexo.

A veces, durante la niñez,

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